Capitulo 2

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Corrí lo mas rápido que mis piernas daban, mire a mis espaldas al cabo de un rato... Él no me seguía.

Me detuve, dándome de cuenta de lo estúpida que había sido, ¿Ahora que pensara de mi?

Intente recuperar el aire perdido por la carrera, inclinándole y apoyando mis manos en mis rodillas.

Además... Había olvidado mi mazo...

Mierda, no podía tener tanta suerte.

De seguro él se aprovecharía de eso para que yo lo buscara y así lograr que yo le diera respuestas.

Pero no, no podía ni verlo a la cara, aparte me daba vergüenza ya que él la había visto prácticamente llorando.

De todas formas tenia que enfrentarlo tarde o temprano.

Intentaría quitarle el martillo a la fuerza, sin siquiera dirigirle la palabra. Soy fuerte, se que puedo hacerlo... No me pondré nerviosa ni mucho menos me mostrare débil ante él.

Bien, solo tenia que volver a la creepyhouse y esperar a que él llegara, o que me buscara.

Cuando ingrese a la cabaña todas las miradas se posaron en mi, incomodandome un poco.

— ¿Que miran? Pendejos. - gruñi.

Todos volvieron a lo suyo.

— Zero ¿Donde estabas? The Puppeteer te andaba buscando como un loco. - me dijo Laughing Jill.

Yo la fulmine con la mirada.

— ¿Y a mi que me importa lo que haga o deje de hacer ese inútil? Además, yo puedo salir las veces que a mi me de la gana, no tengo porque darle explicaciones a nadie. - camine en dirección a las escaleras, Jill soltó una risita algo infantil.

— ¿Y tu mazo? - pregunto esta vez Nina The Killer.

— Que te importa. - respondí seca.

— Hay, pero que gruñona. - se burlo la del mechón fucsia. Yo le enseñe mi dedo corazón, subiendo las escaleras e ingresando a mi habitación, cerrando la puerta de un portazo.

Me arroje a mi cama boca abajo, ya me había pasado un poco el malestar, pero aun así no me sentía del todo bien, al cabo de unos minutos me quede dormida.

Desperté por el ruido de la puerta, alguien estaba tocando.

Me levante de mala gana, sin preocuparme por mi cabello despeinado y mi ropa desarreglada.

— ¿Que quieren? Joder. - dije con fastidio en mi voz mientras abría la puerta, bostezando sin pudor alguno.

Quede en blanco al levantar la cabeza y mirar esos resplandecientes ojos que para todos eran dorados pero para mi eran de un brillante gris.

— P-Puppeteer... - Murmuré.

— Zero, dejaste tu mazo en el lago. - dijo él, extendiendo la herramienta, yo se la arranque prácticamente y le cerré la puerta en la cara, recostando mi espalda en esta.

— JAJAJAJAJAJAJAJA - escuche la risa de Jeff, al parecer se estaba burlando de The Puppeteer, es un idiota.

— ¡Callate imbécil! - ese era mi Puppeteer...

Espera... ¿Mi Puppeteer? ¿Mi?

Sacudió mi cabeza, me estaba volviendo loca... Bueno, en realidad hace mucho tiempo que perdí el coco...

Además, ese pensamiento fue demasiado estúpido, él jamas seria mio... Él ya tiene una dueña... Y esa no era yo.

Me volví ha arrojar en mi cama luego de tirar el mazo en el suelo, hundí mi rostro en la almohada, intentando conciliar el sueño nuevamente, y lo logre a los segundos.

Odio Amarte [Zero X Puppeteer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora