Odio Amarte [Zero X Puppeteer]

Capitulo 10

[Zero]

- ¡¿Que carajos hace ella aquí?! - no pude evitar exclamar aquello en un susurro, arriesgando ser descubierta. Inmediatamente me cubrí la boca con la bufanda en un brusco movimiento, mal diciendo mi estupidez.

Barrí mis grisáceos ojos a mi alrededor, notando que no había llamado la atención de nadie.

Me encontraba en una discoteca, si, un lugar muy bullicioso, ajetreado y sobre todo, apestoso, en el cual odio estar. Pero bueno, supongo que esta vez necesitaba asesinar en otro tipo de ambiente que los que habitualmente utilizo.

Pero grande fue mi sorpresa al notar la presencia de cierta "rival" en estos lares.

Estaba encapuchada para evitar las miradas de las personas normales, y es que no me imagino lo que pensaría cualquier ser humano cuerdo al ver una marioneta tan horrorosa como ella.

Sobre todo horrorosa.

Y no es que yo sea la gran cosa, pero hay que estar claro que soy mejor que ella.

No se que le ve Puppeteer.

Touch, vuelve la burra al trigo... ¿Hasta cuando Zero?

No le aparte la vista de enzima a la marioneta esa, a pesar de mi falta de color en mi campo visual, tengo una muy buena vista y pocas cosas se me escapan. Ella no seria la excepción.

Me escabullí entre el gentío que bailaba y bebía descontrolada, el apestoso olor a sudor me daban ganas de vomitar, pero debía aguantar.

Llegue a la barra, permaneciendo solo unos cuantos metros de distancia de donde se había detenido ella, también en la barra.

Pedí una copa de vodka para disimular, no apartando la vista de mi nuevo objetivo por mucho tiempo, no es que me importara la tipa, en lo absoluto, es solo que me causaba curiosidad que estuviese justamente allí, y dudaba que sus razones fueran las mismas que las mías.

Vacíe el contenido de mi copa de un solo trago.

Cuando volví mis ojos a Emrra esta ya no estaba.

- ¿Pero que...? - Murmuré, recorrí rápidamente los alrededores, no se me podía escapar. A mi nada se me escapaba tan fácilmente.

La encontré, con un tipo, y por lo que pude percibir, se estaban besuquiando.

La sorpresa fue tal que mi quijada casi toca el suelo y la copa por poco se me resbala de las manos.

No sabia como sentirme, si feliz o mal porque era Puppeteer el que estaba siendo engañado. Pero la verdad era que me sentía eufórica.

Tenia que decírselo a Puppeteer.

Rebusque en los bolsillos de mi chamarra, buscando mi teléfono para sacarles una foto pero no lo encontré, hice lo mismo en mis pantalones, pero tampoco.

- Rayos, lo deje en la Creepy House...

Bueno, tendré que decírselo sin pruebas, el tiene que creerme, ¿Soy su mejor amiga, no?

Su mejor amiga...

Moví mi cabeza a los lados para despejar mis pensamientos, yo siempre de pesimista, tendré que arriesgarme a que puppeteer descubra mis verdaderos sentimientos en el intento de demostrarle lo que su zorra marioneta le esta haciendo, sinceramente no me importa lo que tenga que pasar.

Con tal de que deje a esa zorra.

Pero no me importa a lo que me tenga que enfrentar luego, ese estúpido espíritu me va a escuchar.