Odio Amarte [Zero X Puppeteer]

Capitulo 3

— Zero... Confiesa lo que sientes y te quitarás un peso de enzima.

Escuchaba la voz de Alice algo distante, pero la escuchaba, estaba demasiado ida como para mandarla a callar o quizás era el simple echo de que no tenia ánimos de nada, ni siquiera de insultarla.

Me senté en una gran roca que se encontraba por uno de los extremos del bosque, desde allí podía admirar parte de la ciudad, hasta escuchar el bullicio de la gente y los motores de los coches.

— Vamos Zero, cuando lo veas al menos intenta tratarlo mejor.

Rodé los ojos.

— Ya callate Alice... - en vez de sonar con tono de reproche reproche salio mas bien como un suspiro.

Pero en cierto modo la estúpida tenia razón... Odiaba admitirlo, no me gustaba darle la razón a Alice pero en fin, solo intentaría tratarlo mejor, pero que conste que si lo hago es porque quiero, no porque ella me lo diga.

Ya pensare en que inventarle.

Pero lo de declararme era algo descabellado y estúpido.

Observe el oscuro cielo estrellado, hacia frío.

Me levante, dispuesta a ir a la ciudad, necesitaba algo para despejar mi mente y ¿que mejor que una cacería nocturna?

Tome entre mis dedos el borde de mi bufanda y la eche hacia atrás, ajustándola un poco mas a mi cuello.

Apoye el mazo en mi hombro y emprendí mi camino en búsqueda de una buena víctima.

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Lo tenia en la mira, lista para partirle los sesos con mi martillo, levante la herramienta, esperando el momento preciso para estrellarlo en su cabeza.

Yo me encontraba detrás de un deposito de basura, metida en un callejón, y un chico bastante joven de cabellos negros se encontraba bebiendo una botella de vodka del otro lado.

¿Que...? ¿Que carajos?

— ¿Donde mierdas se metió ese estúpido? - me pregunte, en voz alta.

No sabia como carajos había desaparecido tan rápido de mi vista, de un momento a otro, ya no estaba.

Eso me había desconcertado, y de repente, tuve un deja-vú y un pequeño flash back un recuerdo vino a mi mente.

El día que había conocido a Puppeteer.

¿Había sido él nuevamente? Que inoportuno.

Suspire, saliendo del callejón y caminando a la siguiente cuadra, no me había equivocado.

Puppeteer estaba ahí, con mi víctima, la cual ya no era mía, enredada en sus hilos dorados, claro, yo no los veía de ese color.

Él me miro y yo lo mire, gris y dorado chocaron.

— Zero... - le escuche susurrar.

— Puppeteer... - Murmuré, ida.

Pasaron unos minutos, el silencio no era incomodo, bueno, al menos para mi no lo era.