Cap 31: Pichina

247 20 1
                                    

PROHIBIDO EL PLAGIO Y/O ADAPTACIÓN DE ESTE CAPITULO. OBRA REGISTRADA EN SAFE CREATIVE BAJO EL CÓDIGO 1610109414074. EVITA QUE TE DENUNCIE

[EDITADO]

A partir de ese momento de revelación, me aparto un poco de los dos cabros y camino moviendo la lata en mi mano de un lado a otro.

—¿Ponemos algo aquí?

Pregunta el Mike quitándole la lata al Luke.

—Seguro.

Responde el rubio y abro mi lata de pintura agitándola. Dibujo un pico en la pared de la casa y luego me marcho  dejando a los otros dos atrás. El repiqueteo de mis tacones me mantiene concentrada hasta que alguien me agarra por el brazo.

—Oye.

No huebees.

—Que.—Me volteo y observo al rusio con los brazos cruzados.

—¿Qué te pasa?

—Nada.

—Estás rara.

No me digai.

—Ah.

—Ya po, podi confiar en mi.

Lo examino con la mirada durante unos segundos hasta que finalmente cedo.

—Estoy confundida.

Enarca una ceja.

—¿Con que?

Suspiro y doy un paso hacia atrás debido a que se esta acercando.

—A esto, a nosotros.

Asiente y me agarra por el otro brazo también acercándome a el.

—No tienes que estarlo, después de todo, es obvio que me amas.

Arrugo la nariz y el ríe.

—Solo te estoy hueando.

Pongo los ojos en blanco y el rápidamente se inclina para darme un beso, coloca una de sus manos en mi cadera y yo una en su nuca hasta que alguien nos separa bruscamente.

—¿¡LUKE?!

Observo a la pequeña chica que se encuentra parada junto a nosotros con el ceño fruncido y casi que botando humo por la nariz. La miro confundida y luego miro al Luke que se encuentra igual que yo.

—Yo...

—Yo ni que na' eri entero maricon culiao.

Ke raios sta pasando.

—¿Quién eres?

Le pregunto mas perdida que la chucha y ella gira su cabeza como Chucky hacia mí.

—¿Qué quién soy? ¡Su polola, maraca de cuarta!

¿Ke?

Esperen, ¿Ke?

—¿Qué?

Miro al Luke enojada y le tiro la lata de pintura en el pecho.

—Cara e' raja.

La hueona se empieza a reír como desquiciada y la fulmino con la mirada.

—No entiendo nada.—Murmura el Luke rascándose la nuca.

—¿No te acordai de mi? ¡Soy la Cata! Vivía al lado tuyo cuando eramos pendejos, nos vimos la otra vez en un carrete.

El se queda pensando durante unos segundos, luego sonríe y le da un abrazo. Los observo confundida y tocando el violín a la vez que recojo mi lata de pintura del suelo.

Rusio rico// LH, chilensis- TERMINADA/CORRIGIENDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora