capitulo 9.

273 12 4
                                    

Estaba muy feliz desde que me llegó el mensaje de Harry. Y como quería estar preparada a las 21:00 para cuando viniera a recogerme decidí ir a la biblioteca y adelantar mis estudios y así tener un rato libre para prepararme. Así que salí de mi casa poco después de comer. Iba andando tranquilamente por la calle, hasta que empecé a oír unos gritos muy cercanos. Me giré extrañada y venían del instituto de al lado. Me acerqué a la valla y vi a unos chicos peleándose, dándose fuertes puñetazos en la cara, me fijé un poco más y… uno de ellos era Harry. Me quedé parada, inmóvil. No podía creer que Harry estuviera pegando a otro chico. De repente le dio un fuerte golpe en el labio y empezó a sangrar. Me vino la imagen a la cabeza de cuando el hombre que me violó me partió a mí el labio. Empecé a tener miedo, mucho miedo. Me alejé rápidamente de la valla y salí corriendo de allí. Estaba muy asustada. Subí a mi habitación sin contestar a mi madre, que me preguntaba que cómo había llegado tan pronto de estudiar. Me encerré en mi cuarto y me senté en la cama. Pensé en llamar a Valentina, pero no le iba a decir que su hijo andaba por ahí pegando a diestro y siniestro. Me calló una lágrima, por esta razón evitaba a cualquier ser masculino. Pero era imposible, era imposible que el chico que me dijo la noche anterior que me protegería, el chico que me sonreía nada más mirarle a los ojos, que ese chico estuviera pegando a otro chico, haciéndole sangrar. No se me iba la imagen de la cabeza, Harry arrugando la cara, mostrando rabia, lanzando sus puños, era horrible. Me llegó un mensaje de Harry.

Ya queda menos para vernos, lo estoy deseando.

No quería verlo, quería que me dejara en paz. Sólo de pensar que podría hacerme lo mismo que a ese chico me entraban escalofríos por todo el cuerpo. Le dije:

Lo siento, no podré ir. No vengas a buscarme.

No sabía cómo iba a librarme de él sin hacerlo enfadar. Me imaginaba que me pegaba como había hecho hace unos minutos.

Bajé a la cocina a por una taza de chocolate, quería relajarme. Pero entonces mi mdre comenzó a hacerme preguntas.

-Valeria, ¿cómo es que has venido tan rápida de la biblioteca? – me preguntó extrañada.

-Es que… me he acordado de que no había nada que estudiar para mañana – le solté lo primero que se me ocurrió.

-Ah. ¿Y por qué has subido corriendo a tu cuarto? ¿Ha pasado algo? – insistió.

-No, nada. Todo bien – respondí.

Me miró  durante unos segundos y se fue al salón. Solté un suspiro, no había notado nada. Subí a mi habitación con mi chocolate caliente cuando me llamó Harry. Comencé a ponerme nerviosa y le colgué. Mierda, se habría dado cuenta de que lo estaba evitando. Volvió a llamar, y lo deje sonar hasta que se cortó. Así sucedió dos veces más, hasta que a la tercera se lo cogí.

-Valeria, ¿por qué no coges el móvil? – preguntó.

-Por… porque estaba en la ducha – respondí.

-Ah, vale. ¿Qué pasa que no vienes esta noche? Estaba muy ilusionado, te iba a encantar el sitio a dónde te iba a llevar – dijo.

-Es que mi madre se ha cabreado conmigo y me ha castigado. Lo siento mucho – dije mientras intentaba que no me temblara demasiado la voz.

-Joder, es una pena. Quería verte…

-Ya, yo a ti también – solté.

-Bueno, no pasa nada. ¿Lo dejamos par otro día entonces? – preguntó.

-S-si, otro día.

-Bueno, adiós Valeria, descansa – respondió.

-Buenas noches Harry.

No podía más. Necesitaba ayuda, no podía ni ver a Harry de nuevo. Estaba demasiado asustada, no me esperaba que fuera tan violento. La noche anterior era dulce y gracioso, ¿qué le ha pasado? Necesitaba contárselo a alguien, y ese alguien iba a ser Valentina.

Tú me cambiaste.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora