Capítulo seis: «Revelación»

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Sé muy bien lo que están pensando. "Vernon fuiste muy cruel". Y tienen razón. Lo fui. Pero jamás pensé que SeungKwan huiría de mi llorando. En realidad solo quería molestarlo.

Ése sábado, al encontrarme con mamá, le conté lo ocurrido (aunque omití mi comentario despectivo sobre la rana). Le dije que SeungKwan la había visto y rompió en llanto. Entonces ella dijo "Oh, cariño. Ya es tiempo que conozcas la historia de ese peluche", y lo que reveló me hizo sentir poco orgulloso de mi mismo.

La rana, a la cual había agredido brutalmente a la edad de diez años, había sido un obsequio que su abuelo le entregó en su cumpleaños meses antes de fallecer. 

Comprendí el porqué de sus lágrimas. Y si, tenían toda la razón. Fui bastante cruel al burlarme de aquella manera, ¡pero yo no sabía! Sean condescendientes conmigo, por favor.

Mamá también me dijo que la mudanza había sido programada con anterioridad, ya que su abuela se encontraba muy sola luego de la pérdida, y sus padres no deseaban que así fuera.

En ese punto me sentí un poco engañado, ya que a mi corta edad de aquel entonces, había creído que la partida de SeungKwan y su familia había sido por mi causa. Y me culpabilizé mucho al respecto. Supongo que lo merecía, ¿cierto?

En fin. Luego de acabar la conversación me sentí mal. Ya saben, como si fuera un pedazo de popó insensible, y planeé mi discurso para solicitar el perdón de SeungKwan.


No obstante, al llegar el lunes, me ganó la cobardía y decidí que lo mejor era pedirle al profesor que hiciera una excepción y me uniera a otro grupo.

Lo siento, Hansol. Pero le dije lo mismo al joven Boo la semana pasada. No puedo hacer ninguna modificación. Tendrán que esforzarse para trabajar juntos.

«Con que SeungKwan había hecho lo mismo» pensé con una extraña sensación en el pecho, después de marcharme a clases.


Durante el día, mantuve una enorme distancia entre nosotros, hasta que me crucé con él en uno de los corredores, siendo el objetivo de un bravucón. 

El sujeto era igual de alto que SeungKwan, pero robusto. Por primera vez reparé en lo delgado que se veía con el uniforme del instituto.

¡Hey, hazte a un lado! —intervine.

SeungKwan se dio la vuelta para verme y el otro chico sonrió socarrón.

No es asunto tuyo —contestó arrogante.

Chwe, no necesito tu ayuda —repuso SeungKwan.

Vaya... Yo creería que si. —Levanté su cuaderno del suelo y encaré al otro muchacho—. ¿No es hora de que tu papi pase por ti para ir al psicólogo? Deberías comentarle del gran problema de inferioridad que sientes. Ya que de lo contrario no estarías buscando pleito con estudiantes de años que están por debajo que el tuyo.

Ni siquiera sé cómo logré decir todo aquello antes de recibir un puñetazo e involucrarme en una pelea cuerpo a cuerpo. ¿Conclusión? Ambos terminamos en la oficina de la directora y con una suspensión de dos días. 

A pesar de la vergüenza de manchar mi intachable conducta con un episodio violento a mitad del pasillo, y ganarme un ojo morado, me sentía bien al respecto.


Cuando llegó la hora de salida, encontré a SeungKwan por el camino.

Quería hablar contigo —le dije.

¿Olvidaste que no quiero que lo hagas? —contestó sin mirarme. A continuación aminoró su andar—. Si lo que buscas es que te dé las gracias por defenderme, eso no pasará. Te advertí que no me ayudaras, pero actuaste c-... —Le tapé la boca.

Lo siento. —murmuré y liberé sus labios—. Siento lo que pasó el sábado en la juguetería. No lo de hoy. —aclaré por si acaso—. Lo de hoy ha estado bien. Ese idiota no debería meterse ni contigo ni con nadie.

SeungKwan guardó silencio y noté que examinaba en silencio el poco-atractivo hematoma que se estaba oscureciendo en mi rostro, pasando del rojo al morado.

También siento mucho lo que pasó cuando teníamos diez años. No sabía lo de tu abuelo. Mi mamá me lo contó hace unos días. —confesé al tener su atención—. Fui un niño tonto... Y de hecho, soy medio tonto aún. Lo lamento. ¿Podrás perdonarme?

Mh, no lo sé, Hansol. Déjame pensarlo... —respondió.

¿Y saben qué? Esa fue la primera vez que SeungKwan me sonrió sincero.


Continuará...

Mr. Caprichitos 🐸 :: VerKwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora