Capítulo ocho: «Celos»

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Verano, playa, sol, unos smoothies de fresa y SeungKwan. ¿Quién hubiera imaginado que yo disfrutaría de todo eso?

Durante las dos semanas de vacaciones, sucedió lo imposible. SeungKwan y yo nos volvimos cercanos.

Íbamos a todas partes juntos y de esa manera logramos recorrer la ciudad entera en bicicleta. Aprendimos mucho uno del otro, a pesar del corto tiempo, pero a mí me bastó con saber que él era fan de las películas de ciencia ficción como para compartirle mis planes de ser director de cine. 

Siempre teníamos un motivo para conversar y así fue cómo descubrí que le gustaba cantar. Por lo que cada noche nos reuníamos bajo el porche de la casa que rentábamos y yo tocaba la guitarra para él. Su voz era dulce y su tono tranquilo. Incluso nuestros padres se sumaban a nosotros para disfrutar del modesto show acústico que nos montábamos durante las cálidas madrugadas.

La última noche conseguimos el permiso para asistir a una fogata en la playa. No conocíamos a nadie, pero todos fueron muy amigables y nos hicieron parte del evento. Y si bien éramos menores de edad, no le pudimos decir que no a una pequeña lata de cerveza (por favor, no sigan nuestro ejemplo). De pronto, no solo nos convertimos en seres sociables elevados al cubo, sino que también participamos de la danza pactada por el sonido de los tambores, brincando y bailando alrededor del calor del fuego.

No obstante, después de todo el alboroto, SeungKwan terminó entonando una canción lenta junto a otro muchacho al que llamaban "DK". La totalidad de los presentes se conmovieron con sus voces y olvidaron cualquier actividad que hayan estado haciendo. Cuarenta personas los contemplaron cantar en calma y se dejaron envolver por la melodía. Yo en cambio, sólo tenía ojos y oídos para SeungKwan, quién permaneció gran parte del rato con los ojos cerrados y sonriendo. Era indiscutible lo mucho que disfrutaba de ello.

Hasta aquí, podría concluir diciendo que fue una noche genial, pero sucedió algo más, algo increíble.

Inicialmente creí que el alcohol había surtido un efecto indeseado. Que algo me había caído mal y trastornado mi humor. Porque no encontraba una explicación racional por la cual sentirme celoso. Si, leyeron bien. Celoso. Sentí c-e-l-o-s. ¡Y fue horrible! 

Al estar concentrado en SeungKwan, pasé por alto el modo en que el tal DK comenzó a verle, y solo caí en cuenta de ello cuando básicamente estuvo murmurando cosas a su oído, causando que se riera nervioso.

Deberían haber visto la escena. Era una toma perfecta para una película dramática. Estaba sentado en la arena, abrazando mis piernas, mientras a través del fuego observaba esa manera especial con la que el otro chico posaba los ojos en SeungKwan. Entonces mi expresión pasó de la curiosidad al desconcierto, y finalmente del malestar al enojo. Fue fatal.

Tenemos que irnos. ㅡDije en voz alta cuando me planté frente a ellos. Iba a poner los brazos en jarras, pero me abstuve.

SeungKwan me miró extrañado, pero se incorporó casi de inmediato. Rondaban las cuatro treinta de la mañana y debíamos regresar antes del amanecer.

Es verdad. Ya es tarde. ㅡconvino al aplanar algunas arrugas de su camisetaㅡ. Fue un gusto conocerte y cantar contigo, DK.

Espera, SeungKwan ㅡexpresó el muchachoㅡ. ¿Me das tu número? Me gustaría volver a hablar contigo.

"Oh, claro que no" pensé yo. Entonces dejé a DK sorprendido al llevarme a SeungKwan de allí antes de que diera rienda suelta a mi instinto homicida.

¿Por qué hiciste eso? No fue para nada educado ㅡreprochó.

Qué importa. Además, ¿para qué querrías su número? ㅡme encogí de hombros.

DK fue amable, Hansol. En cambio tú...

¿Podemos dejar de hablar de él?

¿Qué sucede contigo?

Nada.

Já. Por supuesto que nada. Estás enojado.

No lo estoy. ㅡmentí.

Dime qué ocurre. ¿Algo te cayó mal? Creí que la estábamos pasando bien.

Así fue hasta que... ㅡguardé silencio y suspiré. La situación rápidamente me hizo sentir demasiado nervioso.

¿Hasta qué? ㅡSeungKwan tironeó de mi mano, interrumpiendo mi andar.

Lo miré a los ojos y torcí una mueca al buscar las palabras. ¿Qué iba a decirle? ¿Confesarle que me sentí celoso por culpa de aquel chico guapo con voz magnifica que lo veía con segundas intensiones bajo la manga?

¿Por qué insistes? ㅡpregunté.

Porque me estás mintiendo y quiero saber qué te pasa.

No, no quieres saberlo... ㅡmurmuré.

Vernon... ㅡHabía advertencia en su voz y por otro lado, jamás me había llamado de esa manera.

Demoré unos segundos en reaccionar y darme cuenta de lo que tenía intensiones de hacer, cuando mágicamente pasó.

Lo había besado a mitad de la calle y él me miraba confundido.

¿Eso qué fue? ㅡtitubeó.

Mh... No lo sé... ㅡcontesté con el rostro acalorado.

¿Por qué me besaste? ㅡinterrogó.

Creo que me gustas, SeungKwan. ㅡconfesé con timidez repentina.

Sin embargo, él no respondió nada y guardamos silencio durante el trayecto restante. Podría haberme sentido incómodo, pero no fue así. SeungKwan no soltó mi mano hasta que llegamos a la casa. Y eso definitivamente significó el inicio de algo increíble.

Continuará...


{ 💛🙈}

Me quedó un poquito larguito el capitulo, pero ya el próximo es el final. ¿Vale? 💜 ¡Tengan un bonito día! Besos a todos. 😙

Mr. Caprichitos 🐸 :: VerKwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora