Capítulo 2 «Mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca».

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El día acabó con las últimas preparaciones del salón real donde se realizaría el importante evento, Sasuke se encontraba en su habitación, precisamente en el balcón, mirando la luna llena en el cielo mientras que una pequeña opresión en su pecho le decía que algo malo iba a suceder.

Ignorando aquel presentimiento cerró los ojos dejando que la brisa cálida de diciembre despeinara sus azabaches cabellos, una rápida imagen apareció en su mente, unos ojos enormes del color del cielo, se veían decepcionados y por alguna extraña razón eso provocó un sentimiento de angustia en su ser.

-Vaya estupidez...- Murmuró el de ojos ónix adentrándose a su habitación mientras que cerraba las puertas del balcón con brusquedad, sintiendo temblar la superficie. Apoyando sus manos en el cristal de ésta, se dejo caer al piso, sintiendo un sudor frío recorrer su espalda.

Cerrando sus ojos con fuerza se volvió a concentrar y una vez más esos ojos aparecieron, pero esta vez era una mirada cálida... Tan dulce que lo abrumaba, era una sensación de paz que creyó antes haber vivido, cuando era niño. Pensó ir a buscarlo a aquél país...

Pero eso es imposible porque él está muerto.

Dejando de lado todo esos pensamientos comenzó a desvestirse para minutos más tarde entrar a la tina, antes preparada por Karin, la doncella de su madre. Sentía tanta rabia que deseaba tener el pequeño cuerpo de la princesa chicle entre sus brazos una vez más. Iba a buscarla en cuanto terminará su baño.

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La noche había caído en el país del viento y como de costumbre todos los miembros de la familia real se bañaron para luego presentarse en la cena, en la cual nadie había dicho palabra alguna debido al mal humor que se cargaba el rey Minato. Acabada la cena, cuando el rey dejó de usar los cubiertos y aprovechó para retirarse, cada uno siguió con sus respectivas actividades.

El rubio corrió a su habitación sin dar ninguna clase de explicación pasando por al lado del rey sin cuidado alguno, éste pensó que quizás estaba nervioso por su viaje, pero la reina, quién estaba unos metros más atrás de los hombres, conocía muy bien a su hijo y sabía que algo no andaba bien.

-Naruto... ¿Estás despierto?- Preguntó la reina suavemente mientras que entraba sigilosamente a los aposentos de su pequeño, no recibió respuesta por lo que soltó un suspiro al ver a su hijo entre las sábanas, al parecer había caído en sueños antes de su llegada. No pudo evitar sentarse en el borde de la cama y acariciar el hermoso rostro canela de su niño.

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- ¿Quién eres? - grito fuertemente, persiguiendo esa cabellera azabache.

El sol iluminaba fuertemente, casi nublando la vista del chico con rasgos zorrunos, no sabía porque pero por alguna razón tenía que seguir corriendo, tenía que alcanzarlo.

- ¡Hey! ¡Teme! ¡Espérame! -Volvió a gritar, pero en cuanto sus dedos rozaron su hombro todo se volvió negro y a la lejanía podía escuchar los gritos de... ¿la dama de honor de su madre?

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- ¡Joven amo! ¡Joven amo!- La pobre mujer se encontraba algo exaltada, moviendo bruscamente por los hombros al príncipe que parecía haber tenido un horrible sueño ya que sudaba y se removia en su cama de forma rara. Rin, como se llamaba la mujer, se tomó el atrevimiento de abrazar al príncipe, pero este al no entender qué sucedía se sentó en la cama y la alejó de su pecho desnudo de forma cortes.

- ¿Qué sucede? ¿A qué se debe tanto alboroto?- Preguntó con el ceño fruncido, no por enojo, sino por confusión. La pobre mujer avergonzada hizo una pequeña reverencia en disculpas mientras murmuraba.

Polos opuestos - Sasunaru. YaoiWhere stories live. Discover now