Traté de no alejarme de Mike, estaba pasando más tiempo con él. Aunque él ya no fuera a la escuela yo acostumbraba ir a su casa en las tardes y hacíamos de todo. A veces sólo hablábamos de distintos temas, otras veces jugábamos videojuegos o salíamos a la calle, mirábamos películas y escuchábamos música hasta que yo tenía que irme. Adoraba pasar tiempo con él.
Toqué la puerta de su casa, Vic abrió y sólo dijo "está en su cuarto" creo que ya se comenzaba a volver algo común tenerme ahí. Pero los padres de Mike se veían felices con eso y lo que Vic pensara no me importa.
Subí corriendo, la puerta estaba cerrada así que tranquilamente toqué. Desde adentro él gritó.
—¿Tony?
—Sí, Mike, soy yo —. Dije
Abrió y entré, cerró la puerta rápidamente. Me pareció extraño, Mike no hacía eso normalmente pero no diría nada sólo caminé hacia la silla que, por cierto, tenía una hoja con mi nombre pegada y estaba en una esquina de la habitación. Yo le pegué esa hoja para dar a entender que esa era mi silla.
Me miró sin decir nada y se sentó en la orilla de la cama. Se veía tan... Bien. Él era simplemente perfecto.
—Tenemos que hablar —. Dijo y en seguida me puse nervioso
—¿De qué?
—¿De qué te gustaría hablar a ti? —. Ya no estaba entendiendo
—Bueno, creí que tal vez tú querías hablar de algún tema en especial...
—Sí, sí quiero, pero tenía la esperanza de que quisieras hablar de lo mismo —. Me confundió
—Si no se de qué quieres hablar tú ¿Cómo puedo saber si quiero hablar de lo mismo?
—Si yo te digo de qué quiero hablar antes de que tú lo hagas entonces dirás que quieres hablar de eso también —. Dijo seguro, tenía razón.
—No es cierto...
—Claro que sí, eso haces tú, todo lo que yo digo o hago esta bien para ti ¿hay algo que te moleste de mi?
—No, nada y si estoy de acuerdo con todo lo que haces o dices no es porque seas tú quien lo hace o dice
Me miró y yo a él, no le aguanté la mirada y baje la vista. Vi sangre en el piso, casi un charco, pero decidí ignorarlo, más que ignorarlo, creo que cuando iba a preguntar él comenzó a hablar y terminé olvidándolo.
—Tony, ¿algún día Preciado te dijo que me gustas desde que te vi? —. Dijo tan firme y sin pena, como si no hubiera nada que perder. Él era tan valiente.
—Tal vez
—Claro que lo hizo, no te mintió. Yo le pedí que te dijera.
—¿Qué?
—La mayor parte de las cosas que Jaime te ha dicho sobre mí yo le he pedido que te las diga
—¿Por? —. Ahora sentía curiosidad
—Porque él es tu amigo, confías en él. Yo le pedí que te contara sobre lo que hicimos a ese chico, quería realmente que te alejaras de mi
—¿Qué ganas tú alejandome?
—Adivina —. Sonrió
—Mike, estamos hablando en serio
—Resulta que no quiero que me extrañes, Tony —. Continuó
—¿Te irás?
—Si, el doctor dice que en unos meses, posiblemente no pase del año.
—¿De qué hablas?