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La mañana siguiente, Steve volvió a despertar solo. Aún tenía muchas interrogantes sobre Bucky, pero supuso que podría ir preguntando poco a poco. Su ausencia matutina sería una de ellas.

Suspiró y se levantó, regresando resignado a la posada donde se escondía. Desde la noche de su "suicidio", todos le creían muerto y era lo mejor. Si planeaba volver al castillo y reclamar su trono, el efecto sorpresa era indispensable. Cuando llegó a su pequeña habitación, las cosas no estaban en el lugar que él las había dejado. Un escalofrío recorrió su espalda, pero cuando pudo reaccionar, unas manos ya le tenían cubierta la boca para evitar que gritara y otras manos le tenían sujetas las piernas. Estaba acabado.

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Bucky revolvió toda su habitación buscando su tesoro. Desde pequeños, una gema especial les era entregada. Esta gema era su protección cuando decidían caminar junto a los humanos en los días que duraba la luna nueva. Él había jurado años atrás nunca caminar junto a esos seres egoístas. Y allí estaba, buscando frenéticamente la joya porque iba a usarla para ayudar a Steve. Pero es que él no era un humano cualquiera, no. Era su pareja, era el destino quien se lo había entregado.

—¿En dónde demonios está? — exclamó enfadado.

—¿Qué es lo que buscas? — su padre apareció de repente y eso le heló la espalda.

—Mi gema — dijo sin más.

—¿Es que perdiste la cordura? — su padre se puso rojo de ira — ¿acaso no atiendes órdenes? ¡Te pedí que te mantuvieras lejos de todo y cada noche desafías esa orden subiendo a la superficie!

—Encontré a mi pareja — dijo cortante — es un humano.

La cara de su padre fue del rojo al pálido. Tuvo que apoyarse en la columna cavernosa de la habitación para dar crédito a lo escuchado.

—No lo planeé, simplemente sucedió — continuó — bajo la bendición de la luna, le vi y lo supe: el misterio del océano en sus ojos, la certeza de que la calidez en el pecho no es una fantasía.

—Cuando es un humano nunca acaba bien — dijo al fin su padre con inmensa tristeza — son viles, traicioneros... ¿qué harás si no te ama?

—Es un riesgo que puedo correr.

—¡Morirás si no te ama! — la voz se esparció como un trueno — cuando entregas tu corazón la mitad de tu alma va a tu pareja y si no es correspondido...

—Me marchitaré lentamente, lo sé — terminó girándose al fin para encararlo — pero sabes bien que esta es nuestra regla más sagrada y debe respetarse. Así signifique la muerte.

—No vas a morir, hijo mío... no después de que logré arrancarte de las garras de la muerte.

—¿Y enclaustrándome acá para siempre? — Bucky sintió su brazo metálico punzar — ¿no te das cuenta papá? si no estoy en la batalla, entonces estoy igual de muerto. Déjame cumplir mi destino.

El viejo rey al final asintió. Sabía que no había nada que pudiera hacer más que desear que su hijo encontrara la paz al lado de quien había elegido. Aún si era un vil ser humano.

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Steve suspiró aliviado cuando vio quiénes eran sus "captores". Eran cinco de sus mejores hombres, que habían huído tras la toma del castillo para reorganizarse y atacar de nuevo. Creían que Steve había muerto, pero luego de los rumores habían seguido su rastro y estaban dispuestos a morir por él. El joven príncipe se sentía como un inútil, tener que depender de otros era algo que definitivamente minaba su ego. Pero debía ser humilde y aceptar que sin su ayuda, no podría lograr nada. Además, también tendría a Bucky.

The Sea In Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora