7 de la mañana
Me había levantado a las 5 para poder marcharme pues artículo sobre la vuelta de la pana y de los corsé debía estar listo antes de pasado mañana. En aquella solitaria oficina la única música que se escuchaba era el rápido tecleo de mis desdos y el silbido de Michael, el señor de mantenimiento.-Buenos día señorita Montgomery -Me saludaba él.
-Buenos días Michael ¿Qué tal Ivonne?
-Tan guapa como siempre ¿Y sus sobrinos?
-Tan ruidosos como siempre.Esa conversación mañananera era siempre igual, pero ambos hallabamos el gusto en ella. Era como comprobar que todas la mañanas nuestra visa seguía igual. Y eso no era malo en este caso.
-Elena tan madrugadora como siempre.-Decía mi jefa todas las mañanas y yo sin levantar la vista del ordenador la saludaba. Mi jefa, la señora Jessica McClorin era una mujer rubia, con botox que siempre iba a la última moda. Era buena persona, algo superficial, pero siempre estaba para echar una mano.
-Su café muy cargado se encuentra encima de su escritorio.-Le dije repasando mi artículo con la mirada.
-Y tan eficiente como siempre.-Añadió para encaminarse a su despacho, o eso creía yo, pero mi jefa siguió ahí. -Elena quiero presentarte a alguien. Este es mi sobrino Harry, Harry está es la chica de la que tanto te hablé, Elena.-Yo levanté la vista del ordenador para encontrarme con unos ojos verdes familiares.
-El es policía - continuó mi jefa hablando- pero durante sus vacaciones será mi guardaespaldas, quiero que os conozcáis porque algunas veces Elena tendrás que ir al algunos sitios en mi lugar y Harry te acompañará.El ya me había visto al entrar naturalmente pero seguro que su cara inicial fue tan cómica como la que había yo tenido hace unos segundos. Mi jefa se encerró en su despacho y Harry se quedó en la puerta mirándome por el rabillo del ojos, yo solo decidí no darle la satisfacción de devolverle la mirada y ponerme a escribir.
Hora del almuerzo
Reía con la cómica historia de Lisa, una mujer de mediana edad, algo rellenita y con una belleza digna de admirar. Pelo rizado y unos labios naturales rojos que como guirnaldas quedaban encima de unos dientes blancos como las nubes.
-Y yo le dije Tom, tenemos un problema, esa modelo tiene piojos y el sin más agarró una peluca y...-Ella de quedo callada y la bonita sonrisa se borró.
-¿Lisa? -Pregunté extrañada acercándome a su expresión un tanto boquiabierta.-¿Qué te pas...
-Elena.-Pronunció una voz ronca por encima de mí. Me dí la vuelta para encontrarme con Harry ahí de pie serio, como de costumbre. No tenía ganas de hablar con el, estaba cansada, y prefería evadir sus disculpas.
-Lisa.-Me levante de mi asiento.-¿Quieres un café? -Ella sólo asintió e ignorando y pasando por delante de Harry bajé las escaleras hacia la planta baja. El me seguía , escuchaba sus zapatos dar contra el suelo intentado alcanzarme. Antes de entrar en la sala de descanso, le señalé una placa de color dorado "Solo personal autorizado" y ahí el tuvo que parar el paso. Me quedé ahí encerrada hasta que la hora del almuerzo terminó.
Durante esa semana había estado evadiendo a Harry todo los días. Primero, por la mañana, dejaba el café de la señora McClorin y yo me sentaba en la mesa de Lisa que estaba lejos y no podía verme ni ser molestada, luego 5 minutos antes de la hora del almuerzo bajaba siempre a un bar diferente para que no pudiese saber donde iba y allí tomar mi almuerzo. A la hora de ir al despacho de mi jefa me adecuaba a la antigua usanza, hacia que no existía, y así toda la semana, pero ¿Cuánto podría aguantar?
Sábado por la noche
El vestido dorado y atrevido que dejaba ver mis piernas, brillaba con las luces del salón de celebraciones {Foto}. El gran número de personas que se encontraban allí congregadas armaban gran bullicio. La revista celebraba que tras 500 publicaciones, se seguía manteniendo en el número uno de revistas de moda y las modelos soñaban por aparecer en su portada.