Tomó su cuaderno de dibujo mientras su otra mano apretaba su lápiz. En aquella libreta se encontraban todos los dibujos que había hecho durante los dos últimos años. Lo que más dibujaba era el cielo, la luna en todas sus fases, las estrellas rodeándola y los días soleados.
Pego el lápiz a la hoja blanca cuando por fin supo que dibujar. Dibujo el gran sol, con sus llamas iluminando todo a su alrededor, sin embargo, al lado derecho del sol, dibujo a la luna menguante. Sabía de antemano que las estrellas acompañaban a la luna, pero ella deseaba en su interior que la luna acompañara al gran y perfecto sol que brillaba por su cuenta.
Firmó su dibujo, y dejo la fecha debajo de su firma. Cerró el cuaderno, tomó su pijama y cuando por fin estuvo lista, se acostó en su cama. Miraba hacia el techo, el cual estaba adornado con estrellas fosforescentes. Las cuales brillaban en un tono blanco. La hacían sentir que estaba de campamento. Aún recuerda como su papa y ella adhería cada estrella al techo.
Giró su vista a la mesita de noche, tomó el portarretratos y lo observó con calma. Era una fotografía de ella junto a sus padres.
Su padre Martín Brooks, tenía 43 años, su cabello era castaño obscuro y lucía siempre una pequeña barba. Su mirada era penetrante, pero mostraba una sonrisa llena de paz. Era dueño de una ferretería a unas cuantas cuadras de su domicilio, un pequeño local pero que sus padres amaban. El negocio les proporcionaba el dinero necesario para vivir.
Su madre Marcela, contaba con 40 años, una mujer adulta con cabello castaño que le llegaba bajo los hombros, tenía unos ojos grandes color miel. Ella era muy amable y procuraba cuidar los pasos de Davina igual que su esposo. Ella era una excelente repostera, y vendía por pedido, era una buena forma de ayudar a Martín para que no se preocupara si las ventas del negocio estaban bajas. Normalmente ella va y le lleva de comer a su esposo con mucho cariño.
En la fotografía, sus padres la abrazaban. Lo que más llamaba la atención de la imagen, era el cabello de Davina, negro azulado, su cabello era un misterio pero ahora se da cuenta que no es el único misterio en su ser. Tener una conexión de tiempo, también era algo inquietante.
Despertó de un profundo sueño, se encontraba en medio del bosque. Había dormido tranquilamente sobre un montón de hojas secas. Quito varias hojas de su cabello y tosió levemente cuando el fresco aire levantó un poco de tierra del piso. Se levantó con cuidado del piso y pudo ver que no llevaba su ropa de siempre, llevaba un bello vestido color celeste, el cual tuvo que sacudir un poco, para quitarle las hojas y tierra.
Miró a su alrededor, estaba exactamente en el centro de un bello bosque, el color verde la rodeaba. Lo sorprendente era, que no sabía cómo había llegado hasta ese lugar. Escuchaba una voz masculina llamándola, tal vez alguien la estaba buscando. Volteaba para todos lados, buscando al dueño de aquella voz. De pronto, todo el paisaje se volvió de un color café siena. Todas las hojas de los árboles y los sonidos dejaron de escucharse. Todo parecía paralizado, todo menos ella. ¿Qué significaba eso?
En cuestión de segundos, el color y el movimiento regresaron al lugar. Las copas de los árboles se movían con el viento, mientras los pájaros cantaban mientras volaban. Volvió su vista al frente, donde vio de lejos un cuerpo tirado en el césped. No podía verle la cara, pero sabía de antemano que se trataba de un chico. Camino de prisa a su lado, pero mientras ella caminaba, el cuerpo más se alejaba, o al menos eso era lo que pensaba ella.
Dos golpes en la puerta de su habitación la hicieron despertar. Se sentó rápidamente en su cama, pasando una mano por su cara, llevando hacia atrás unos mechones de su cabello. Su corazón palpitaba rápidamente, mientras su madre le comunicaba a través de la puerta que ya era tarde y debía ir al instituto. Llevo una mano a su pecho, tratando de recordar más su sueño, pero mientras más trataba de analizarlo, más borroso se hacia el recuerdo.
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Deja Vu: Conexión del tiempo
Ciencia Ficción¿Has sentido que haces todo dos veces? Que de repente caminas y vez algo que se te hace conocido. Nada es por casualidad, todo tiene un motivo. Y es que ya estuviste ahí. Pero nadie lo cree, solo los guardianes de los astros, ellos viven del tiempo...