☪- Capítulo 3.

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CAPÍTULO TRES

Los dos días siguientes pasaron lentos. Demasiado lentos. Hasta que finalmente llegó el jueves y Lindsay vendría a mi casa por dos semanas junto con Nathan.

—Ya estamos en casa —entré junto a mi hermano seguidos por Lindsay y Nathan.

— ¡Lindsay, Nathan, bienvenidos! —apareció mi madre con una sonrisa dándoles dos besos a cada uno y pasando olímpicamente de Noah y yo. Vestía un delantal bastante manchado al igual que sus manos por lo que no les tocó.

—El amor de madre —dije sarcástica. Mi madre me miró maliciosa y me abrazó, llenándome de harina.

— ¡Mamá! —me quejé y escuché la risa de Lindsay y mi hermano.

—Por estúpida —dijo Noah.

—Cállate maldito —le saqué la lengua.

— ¿Qué pasa aquí? —apareció mi padre— ¡Oh, Nathan, Lindsay! —sonrió saludándoles.

—Hola a ti también papá —suspiré.

—A ti ya te tengo muy vista —hizo un gesto con la mano restando importancia y yo rodé los ojos.

—Enseguida estará la comida. Chicos, enseñarles sus dormitorios —pidió mi madre.

—Sí mamá —dijimos a la vez. Miré a mi hermano y le pegué una colleja, tomando a Lindsay del brazo rápidamente y huyendo al piso de arriba.

— ¡Te mataré, pulgosa!

—Son divertidos —dijo Lindsay una vez la llevé arriba, con una sonrisa.

—Vaya, gracias —reí— En fin, tú y yo dormiremos juntas y el paleto de mi hermano lo hará con el tuyo.

—Ya veo —sonrió— ¿En la misma cama? ¿Ellos? Mi hermano se negará —comentó acariciando su mentón.

—Mi hermano ya lo hizo —reí— ''Orgullo de hombres'' —dije imitando una voz grave. Lindsay rió fuertemente y, justo entonces, se escuchó un grito.

— ¡No toques eso! —gritó mi hermano en su cuarto, junto a Nathan. Lindsay y yo asomamos la cabeza viendo como Nathan sostenía en su mano un bombón Ferrero Rocher y lo miraba con una sonrisa maliciosa.

— ¡Pero quiero comérmelo! —se defendió el invitado.

—Pero es mío —gruñó Noah.

— ¡Pues me lo comeré yo!

—No, ¡me lo comeré yo!

Y así es como empezaron una lucha verbal por quien se comería el bombón... mientras que yo me acercaba y se lo quitaba a Nathan de las manos, lo partía y le daba un trozo a Lindsay. Nos lo comimos, efectivamente.

— ¡Vuestras caras! —dijo Lindsay comenzando a reír como loca y contagiándome a mí.

— ¡Maldita sanguijuela/niñata! —gritaron a la vez Nathan y mi hermano. Noah corrió hacia mí y yo le golpeé en la espinilla con una sonrisa victoriosa al ver como se retorcía de dolor, pero volvió al ataque dirigiendo sus manos a mi cabello.

— ¡No, para! —me quejé. A nuestro lado Nathan y Lindsay estaban casi en las mismas. Dirigí mis manos a su pecho y le empujé para que soltara mi cabello pero no, así que solo recibí un tirón como resultado. Chillé mientras trataba de soltarme colocando mis manos en su cara, pero me mordió. Logré soltarme de su cabello y subí a su espalda, tirándole los brazos hacia atrás— ¡Esto por morderme, maldito! ¡Te asesinaré...! —grité, pero me quedé a medias ya que mi hermano y yo caímos al suelo de golpe, aún sujetándonos. Un lametazo en mi rostro me hizo fruncir el ceño— ¡Shallow! —saludé a mi perro— ¡Hiciste que nos cayéramos! —me reí, y se me unieron las risas de nuestros invitados.

— ¿Qué mierdas? —dijo la voz de mi padre detrás. Tragué saliva.

—Hola papá —sonreí como niña buena.

—Se escuchaban sus gritos desde abajo —gruñó.

— ¡Se comió mi ferrero rocher! —se defendió mi hermano.

—Riley, eso es sagrado —me reprochó mi padre.

— ¿Qué? —dije con cara de estar alucinando; y lo estaba— ¡¡Mamá!! —grité. Mi madre subió.

— ¿Qué pasa aquí?

—Noah se estaba peleando con Riley porque se comió su ferrero rocher —explicó mi padre.

—Sí, y este hombre que se hace llamar mi padre le dio la razón —me levanté cruzándome de hombros.

— ¿Era el último? —preguntó.

—Sí —me miró mi hermano con odio.

—Riley, te lo mereces —rió.

— ¡En esta casa todos están en mi contra! —me quejé yendo hacia mi cuarto— ¡Vamonos Shallow, de seguro tú me entiendes! —le dije a mi perro. Pero se quedó ahí con mi hermano que sonreía victorioso.

—En verdad no parece hacerlo —sonrió Noah.

—Shallow —dije lentamente— ¿Y si te digo que vamos a salir? —pronuncié ''las palabras'' y mi perro corrió hacia mí dando saltos. Reí y le devolví la sonrisa a mi hermano.

Cogí la correa y lo até, despidiéndome antes de irme de casa a pasearlo.

A Shallow, no a mi hermano.

Tenía que aclararlo.

n/a: paciencia...

HAZEL. [W#2] DESCONTINUADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora