Rubén despertó con la vista borrosa, cerraba lentamente los ojos y vió a un cura, conocido como "Padre Martín", este le habló.
—¿Y tú quien eres?—Preguntó—Ah... Entiendo, Dios, te has apiadado de mi, y me has enviado un apóstol. Protégete, hijo mío. Tienes una misión—Rubén se levantó tambaleante y el Padre Martín se fue a paso rápido.
—Rubén—Escuchó un susurro lejano, miró a todos lado para encontrar a quien lo llamaba.—Aquí arriba.
Rubén miró hacia el segundo piso, vió a Nire en el vidrio roto por donde el había caído.
—Nire, ¿Estás bien?.
—Si, no te preocupes, pero no puedo bajar.
—Joder..., tirate de ahí, yo te recibiré.
—Rubén...
—Sólo tirate, no pienses—Dijo directo, Nire se tiró y Rubén la recibió como una princesa—Hola nena—Sonrió, Nire estaba aún con los ojos cerrados.—Ya puedes abrir los ojos, estás a salvo—Rubén dejó en el suelo a Nire hasta que sus pies tocaran el piso.
—Rubén, hay que buscar luego la sala de seguridad, quiero salir de aquí—Nire estaba atemorizada por el encuentro de Walker, la "cosa" parecida a un hombre deforme, deseaba el calor de su hogar como nunca lo había deseado, estaba de lo peor, necesitaba un abrazo tranquilizador, un café y alguien para acurrucar su cabeza en el pecho.
—Mira hay un ascensor por ahí, veamos que hay—Caminaron hasta el ascensor y presionaron el botón para echar a andar esa máquina.
El ascensor no hizo movimiento ni sonido alguno, sólo un grito lejano.
—Tío, este lugar me está volviendo loca—Comentó Nire
—Aquí huele de lo peor, tengo ganas de vomitar—Dijo Rubén asqueado.
—Hay sangre en toda la puta escalera al subterráneo.
—Allá hay un pasillo largo, quizá está por ahí la sala de contro.
Caminaron al pasillo, de fondo corrió un Variante, este golpeó la puerta y entró en ella.
—Joder, me quiero ir de aquí lo más rápido posible—Soltó Nire, atemorizada por lo que en pocos minutos dentro del edificio ya habían experimentado el miedo al máximo.
Rubén la tomó de la mano, ella lo miró esperando una respuesta coherente para la acción hecha.
—Si hay que correr ambos estaremos juntos—Este sonrió tranquilizador.
Caminaron hasta un puerta plateada intentaron abrirla pero fue imposible, la única forma de abrir esa puerta era con un tarjeta de seguridad, ¿De donde sacarían una?, sólo quieren irse, ¿Tan difícil es hacer eso?.
—Puta puerta de mierda—Gritó Nire golpeando con su pie la puerta, un fuerte estruendo resonó por todo el pasillo.
—Hay que buscar la tarjeta, evitemos los ruidos escandalosos y todo referente a eso—Ordenó Rubén
Recorrieron toda un sala de ordenadores con la pantalla encendida en un contínuo azul, no hallaron nada, en esa misma sala había una puerta con un charco de sangre a la entrada.
Ingresaron a la pequeña habitación, nada que sirviera sólo un documento que decía que Chris Walker, el tío que atacó a Rubén, tenía mutaciones en su cuerpo debido a los experimentos realizados en él.
Siguieron por la otra puerta que había en la habitación, en esta había un pasillo, de un lado una puerta de reja que arriba de ella decía "Exit".
Por el otro lado seguía el pasillo con un hombre en silla de ruedas, este no tenía movimiento alguno, por lo menos ninguno brusco, parecía tranquilo e inocente pero Nire y Rubén mantuvieron precaución al pasar por ahí.
Visualizaron otra puerta abierta en esta habían tres personas mirando fijamente la televisión en estática, esta tenía sangre.
Avanzaron y en una habitación vieron a un guardia muerto con una tarjeta de seguridad en su pecho, Rubén tomó la tarjeta rápidamente y volvieron a la habitación anterior, aún seguían los tres hombres sentados, sin hacer movimiento alguno.
Salieron al pasillo, esta vez Nire iba delante, pasaron rápidamente por donde estaba el hombre discapacitado, este rápidamente saltó encima de Nire, esta soltó un grito de bajo tono, este paciente suplicó a Nire.
—¡Sacamelos! ¡Por favor! ¡El doctor está muerto! ¡Arrancamelos! ¡Tienes que ayudarme!—Gritó desesperadamente, Rubén apartó a este hombre y el paciente se arrastró a una esquina oscura.
—¿Estás bien?—Preguntó Rubén ayudando a Nire, esta se puso de pie.
—Es un puto enfermo—Susurró
—Vámonos, camina.
—Por favor...—El paciente susurró como súplica.
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Outlast ; r.d.g
Horror"Los manicomios siempre han destilado el espíritu de la época. Todas las deformaciones, las jorobas psíquicas y las excentricidades están tan diluidas en la sociedad que resulta difícil percibirlas, pero aquí, concentradas, revelan claramente el ros...