Capítulo 5.

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Marcaron la tarjeta de seguridad en el panel, esta acción resultó exitosa

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Marcaron la tarjeta de seguridad en el panel, esta acción resultó exitosa.

—De puta madre—Susurró Rubén.

Abrieron la puerta, dentro habían pantallas que mostraban lo que grababan las cámaras de seguridad, dos taquillas grises, y a un lado un guardia muerto.

—Pondré el comando para salir.

Mientras Nire tecleaba rápido, Rubén miraba las pantallas una por una, llegó a una pantalla donde vió a el tío anterior, el "Padre Martín", este miraba a la cámara de seguridad.

—Nire, mira—Habló Rubén.

Ambos miraban la pantalla, en ella había una palanca, esta fue agarrada por el Padre Martín empujando de ella.

La luz se esfumó por completo, escucharon pasos no muy lejanos en el pasillo.

—Ve a la taquilla, yo me esconderé debajo de esta mesa.

—Hay dos taquillas...—Nire interrumpió a Rubén.

—Es una trampa, ve.

Nire se agachó escondiéndose debajo de la mesa, a un rincón, Rubén entró rápidamente en la taquilla, esta tenía pequeñas aberturas por donde se podía visualizar que ocurría fuera.

De un golpe entró Walker, Rubén temblaba, trataba de contener la respiración pero le era casi imposible.

Por otro lado Nire estaba con la respiración agitada, se sentía mareada, sus manos sudaban y temblaban, de tantos nervios soltó un suspiro suave que todos en la habitación lograron escuchar, ella se tapó la boca con las manos cerrando sus ojos fuertemente.

Walker caminó a las taquillas y abrió la opuesta a Rubén.

—Estabas aquí, ¿Verdad? Cabronazo. Os encontraré a todos, hijos de puta.—Soltó Walker, este salió de la habitación sin encontrar nada.

Rubén y Nire esperaron hasta que los pasos de Walker no sean percibidos.

Rubén salió de la taquilla en silencio y se agachó para buscar a su compañera.

—Nire, ven aquí, ya se ha ido ese tío—Dijo compasivo, Rubén vió a Nire temblando

—¿Estás... seguro?—Tartamudeó

—Si, ya no se escuchan ruidos—Rubén extendió su mano a Nire, esta la tomó para salir de su escondite.—Vamos.

Nire aún temblaba, sus piernas poco servían, Rubén la tomó y la abrazó.

—Tranquila Nire, él se fue, estamos seguros, hay que restablecer la energía que no debe estar lejos, y nos iremos—Besó su frente, esta lloraba silenciosamente en el pecho de Rubén.

—Rubén, tengo miedo, tengo miedo de perderte, miedo de morirme, tengo miedo a este lugar y sus pacientes agresivos—Susurró Nire.

—Sé positiva, nos iremos luego de aquí, y...—Nire interrumpió.

—¿Y si no? ¿Y si nos quedamos aquí hasta la muerte?.

—Nire, tu eres fuerte, valiente, e inteligente, es lo que necesitamos para salir, ahora vamos, no quiero estar un minuto más aquí.

Ambos salieron por la puerta caminando hasta la escalera que descendía al subterráneo.

—Joder...—Susurró Nire, ante la sangre que había en toda la escalera.

Outlast ; r.d.gDonde viven las historias. Descúbrelo ahora