14. Un poco de pena

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- ¡Qué sorpresa! ¡No os esperaba!

- ¿Qué tal, Lena? – Dijo un tímido Leo.

- ¡Muy bien! ¿Y vosotros? ¡Estáis adorables! – Mi vena shippeadora del Wontaek salió demasiado evidente. Ante mi último comentario Leo se tapó la cara con las manos y como un acto reflejo Ravi se las quitó mientras le sonreía. –Bueno ¿Qué os trae por aquí?

- Antes de decirte nada, - Comenzó Ravi. – Que sepas que ya lo hemos hablado aquí, tu solo tienes que decir que sí. – Les miré extrañada.

- Bien, continuad...

- Como sabes muy bien, Hak Yeon ha hecho muchas cosas por nosotros y no sólo en el ámbito profesional. – Asentí. – Queremos hacer algo por él y vamos a aprovechar su cumpleaños para agradecerle.

- Me parece estupendo chicos, pero ¿Qué tengo yo que ver?

- Nos gustaría que adelantaras tu viaje y estuvieras aquí para su cumpleaños. – Ravi no me dejó contestar. – Como he dicho antes, ya hemos hablado con los de la empresa donde trabajarás y han dicho que no hay problema si quieres venir con antelación.

- Yo... verás, todavía tengo cosas que preparar y papeles que dejar listos antes de irme, no sé si me daría tiempo en dos semanas.

- Hak Yeon está insoportable con el tema de que vas a venir. – Habló Leo mientras sonreía. – Sería agradable que estuvieras aquí en su fiesta.

Accedí y esta vez no tuve que pensarlo. Hak Yeon me repitió incontables veces que le encantaría que estuviera allí el treinta de junio y yo le respondía una y otra vez que no era posible debido a toda la preparación del traslado.

Ravi y Leo me explicaron lo que tendría que hacer para poder venir en esa fecha y yo me puse a arreglar todo lo que me faltaba. Gina se sorprendió bastante de mi decisión cuando le expliqué todo, también se entristeció ya que me iba antes de lo planificado y estaría menos tiempo con ella.

Durante la siguiente semana vinieron varias personas al hotel a ser entrevistadas para cubrir mi puesto, finalmente escogieron a una chica que acababa de terminar sus estudios y Gina sería la encargada de enseñarle todo. El último día todos comimos juntos en el restaurante del hotel y me hicieron una pequeña fiesta de despedida.

Y al fin llegó el día de mi viaje, eran las tres de la mañana y me encontraba facturando mi equipaje en el aeropuerto. Gina no se despegaba de mi lado.

- ¿Tienes todo? Acuérdate de llamarme en cuando llegues, duerme en el avión, cuando llegues allí será por la mañana y estarás cansada.

- Sí mamá...

- Te echaré de menos. – Y comenzó a llorar.

- Gina... dijimos que no íbamos a soltar ninguna lágrima.

- Lo sé... - Y me dio el último abrazo antes de irme a la fila que había formada para pasar el control de las maletas. – Lena... se feliz, lo mereces.

Minutos después me encontraba en el asiento del avión, sorprendida de que hubieran escogido la primera clase para mi viaje. Mi asiento era bastante más ancho en comparación al que tuve cuando fui a París. No me acomodé mucho ya que ahora volaría hacía Milán donde haría el trasbordo hacía Corea del Sur.

Dos horas más tarde me encontraba en el aeropuerto de Milán esperando para mi siguiente vuelo. Miré mi reloj y reí acordándome de Hak Yeon, me dijo que hoy me llamaría para verme antes de su cumpleaños ya que durante ese día estaría tan ocupado que no tendría tiempo libre para hablar conmigo. Me dio un poco de pena el pensar que estaría llamándome sin recibir respuesta.

Mi pequeña cómpliceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora