Encuentro

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No estaba seguro de cuanto había pasado ya, tal vez seis meses, o quizá siete, incluso puede que un año, dos o tres, lo único de lo que estaba seguro es que la vida como la conocía había acabado.

Sin dar una razón o explicación simplemente le había hecho aquella petición que le causaba escalofríos de solo recordarla.

"Sting,  matame"

No había querido hacerlo, después de todo el lo amaba, aun cando ese era su propósito en la vida y la causa de sus duros entrenamientos no había querido hacerlo, para el no era un enemigo al cual enfrentar no era un dragón malo...era su padre y lo amaba como tal y aun así, termino cumpliendo su petición

Por un tiempo se había quedado totalmente solo sin nade que le hiciera compañía pero para su suerte eso no duró mucho.

  —  ¡Auch! - se había quejado sobándose la cabeza al sentir que algo le caía sobre esta — ¡¿Que rayos fue...?! - se quedo callado de golpe al ver gran huevo que ahora se encontraba en el piso  — ¡Que inmenso! sera..¿Un huevo de dragón?- los ojos le brillaron de solo pensarlo y sin mas corrió a casa para abrigarlo. 

  — ¡¡¿UN GATO?!! - se había mostrado totalmente incrédulo, luego de dos semanas cuidándolo el huevo por fin se había abierto dejando salir aquel gato de peculiar color rojo.

 Y de inmediato se sintió mejor aun cuando no fuera lo que esperaba, aunque aun así no era bueno socializando con el resto de los niños  así que empezó a usar las las palabras de su padre a favor como un mero intento de sentirse mejor con sigo mismo y no verse tan vulnerable ante los demás.

"Mentiroso, tu no pudiste matar a ningún dragón tu solo ¡Ni siquiera existen!"

Pero las cosas no le habían resultado como esperaba y solo había quedado como un huérfano mentiroso ante los ojos de las demás 

Estaba hartó de eso, de las constantes burlas y el recuerdo de alguien que no estaba mas. A si que se fue, tomo sus cosas, todo el dinero que le quedaba y se marcho  de aquel tonto orfanato en sin mirar a tras, no para encontrar a su padre por que algo dentro de el le decía que no lo haría, si no por que simplemente necesitaba una nueva vida

Fue de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, pero no encontraba uno que lo hiciera sentir realmente cómodo del todo, una u otra cosa lo hacia marchar del lugar, ya nada era como antes, no encontraba un sitio que en verdad pudiera llamar un hogar. No tenia a nadie, ni nada, ni siquiera un techo para pasar la noche por lo cual el dinero pronto y no es como que a los años fuera fácil encontrar un trabajo para conseguir mas. 

En cierto punto ya no le quedo nada, ni una moneda para comprar algo de comer, solo estaban Lector y el.  Se encontraban en sima de un tren al cual se habían colado la noche anterior, el totalmente mareado en el suelo y su fiel compañero dormido enzima de el.

—¡Oigan ustedes!  - hablo un hombre quien portaba uniforme de la estación al momento de abrir la puerta del vagón y encontrar a aquellos polizones. 

  — ¡Rayos!- escalmo el minino al verse despertado por el grito  y con sumo esfuerzo tiro de su amigo haciéndolo bajar — ¡Anda Sting, vamonos! - el pobre niño tardo un poco para  poder tomar el paso sin terminar corriendo en zigzag    debió al mareo que aun le era presente haciendo que casi tropezara, pero tomo un mejor ritmo y corrió lo mas rápido que pudo tomando a su amigo en brazos para que no se quedara atrás.

  — ¡Lector! ¿Cuantas veces te e dicho que me levantes justo cuando se detiene el tren?, si esperamos a que empiecen  a bajar las cosas obviamente nos descubrirían, sabes que aun no me acostumbro  a viajar así y no noto cuando se detiene por culpa del mareo.

 — Lo siento Sting-kun, me quede dormido, fue un viaje largo.- El pequeño por fin se detuvo seguro de perder a aquel guardia y miro hacia los lados, aquella era una gran estación y no estaba seguro de hacia donde tenia que ir, aun que tampoco era como si tuviera un plan.  Pero de repente el hombre se hizo visible entre la multitud claramente molesto señalándolo a verlo y gritando un par de cosas mientras otros dos guardias se acercaban junto a el. 

No lo pensó dos veces y se hecho a correr de nuevo sujetando mas fuerte a su rojizo amigo atravezandose en el camino de las personas haciendo que estas se quitaran rápido al ver correr al niño hacia ellas. 

  — ¡Mira Sting-kun! ¡¡Una salida!!- Señalo el gato haciendo que el pequeño girara hacia su derecha notando la gran puerta  que conducía al exterior, sonrió  y de inmediato apresuro el paso hacia la libertad, no dejaría que lo regresaran a un tonto orfanato. De repente uno de los guardias se puso en frente para tapar el paso, pero en vez de detenerse apresuro mas su paso con decisión y se barrio en el suelo para pasar entre las piernas de aquel hombre lo cual no alcanzo a pescarlo, se incorporo lo mas rápido que pudo  y siguió corriendo hasta alcanzar la salida. Sabia que tal vez no lo dejarian de molestar asi que siguió corriendo por aquella ciudad para asegurarse de que estuvieran a salvo.

Corrió y corrió a toda prisa sin poner mucha atención hasta que su cabeza choco directamente con algo   o mas bien algo ya que pudo escuchar un quejido al mismo tiempo que el soltaba el suyo cayendo de senton en el suelo.

—  ¡Auch! - se volvió a quejar algo doloso por el golpe que se dio al caer al suelo, no por el golpe directo en su cabezo, ese se había sentido extrañamente suave.  

  — ¿Te encuentras bien? - pregunto una voy que sonaba algo preocupada lo cual llamo su atención   por lo cual levanto el rostro para ver de quien se trataba. Frente a el había una joven de dorados cabellos al igual que el pero sus ojos en vez de ser de un azul cielo eran mas bien chocolate, los cuales a su parecer eran lindos, aun cuando denotaran en ellos un claro brillo de preocupación  — Parecía que tienes algo de prisa ¿Va todo bien?- Comento en tono amable mientras le ofrecía su mano para levantarse, se quedo quieto por un momento mientras miraba a aquella rubia de reojo, parecía una buena persona, así que al final termino aceptando su ayuda tomando su mano para levantarse, soltandola una vez incorporado para soltar a su amigo peludo y sacudir su ropa. 

   — Estamos bien, no fue nada solo...me emocione por ver la ciudad, es todo.- mintió, después de todo no conocía a esa chica, podría decirle a los guarías donde estaba 

  — ¿No eres de aquí?, Deberías tener un poco mas de cuidado entonces, es peligroso no fijarse al andar- la chica miro al alrededor curiosa para  luego volver la vita a el  — ¿Están aquí cerca tus padres? no te debes alejar mucho de ellos en un sitio que no conoces

  — Ah si ellos...amm...S-seguro no están muy lejos ya los encontrare bueno..¡Adios! - Aun era malo para las mentiras asi que se apresuro a alejarse de aquella joven para evitar problemas. 

  — ¡Oye!, espera- aun que parecía que no seria tan fácil, por que la chica se puso de nuevo frente a el — ¿Cual es tu nombre?

Alzo la ceja extrañado por su pregunta, ¿Porque quiera saber de el?, aun que igualmente contesto   — Me llamo Sting

—Bien Sting, Un placer- dijo con una sonrisa —Mi nombre es Lucy, y me temo que no puedo dejarte ir

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Hola. Espero y les aya gustado esta pequeña inrtroduccion a mi nueva historia, la verdad es una historia algo loca que anda desde hace rato rondando mi cabeza, así que decidí escribirla mientras la inspiración seguía presente, espero que pueda ser de su agrado.

Nos encontraremos en la próxima lectura

Besos

Solo fueron siete añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora