Interacción

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  — ¡Oye!, espera- aunque parecía que no sería tan fácil, porque la chica se puso de nuevo frente a el — ¿Cual es tu nombre?

Alzo la ceja extrañado por su pregunta, ¿Porque quiera saber de él?, aunque igualmente contestó — Me llamo Sting

—Bien Sting, Un placer- dijo con una sonrisa —Mi nombre es Lucy, y me temo que no puedo dejarte ir

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 ¿Eh?- De qué hablaba esa mujer,  ¿Se habría  dado cuenta de que estaba solo? , ¿trataría de llevarlo de vuelta a un orfanato como en los otros sitios que había visitado, no sin duda no iría a un sitio así otra vez. ¿porque? -trato de mantenerse calmado ante la situación. 

 Bueno... es que se te cayó esto- dijo recogiendo una moneda que estaba en el piso y mostrandosela. 

 ¡Nuestros ahorros! - hablo de inmediato alarmado el gato rojizo, era todo el dinero que les quedaba y no podían perderlo por lo cual lo tomó dejando sorprendida a la rubia . 

 —¿Un exceede? - dijo en voz alta parpadeando leve al notar la presencia del compañero felino del chico ¿Como terminaria el con uno? 

 ¿Un que?...- repitió el gato extrañado por el comportamiento de la rubia  cuando escucho una voz fuerte a lo lejos. 

 ¡Luuuucy!- voltearon los tres hacia la dirección hacia donde venia notando a un grupo de personas acercarse. 

 ¡Ah!, chicos ¡por aquí! - respondió la rubia levantando la mano para que ese grupo de personas la notaran, el pequeño vio eso como una oportunidad y tomó a su pequeño amigo de la mano saliendo corriendo de ahí junto con el, no quería arriesgarse a que esa chica le hiciera más preguntas.  

 ¡Oye! ¡vuelve! - la alcanzo a escuchar pero siguió corriendo , quería correr hasta estar seguro de que no lo siguieran. 

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Había pasado un buen rato corriendo, no estaba seguro cuanto pero si que se había alejado lo suficiente de aquella mujer rubia. 

  — N-no lo entiendo Sting-kun..-pudo apenas hablar lector recuperando el aliento.  — ¿Porque huimos de esa chica? no parecía mala persona, nos regreso nuestro dinero aparte corrimos mucho.

  — Tu no tienes de qué quejarte Lector, puedes volar. 

 — Pero no si me tomas de la pata y me jalas por toda la estación.- el pequeño rubio se sonrojó ligeramente al caer en cuenta que su pequeño amigo rojo tenía la razón y se aclaró la garganta. 

 — Ahmm...si, creo que no lo pensé demasiado - dijo llevándose una mano detrás de la nuca. — Perdón por eso pero...sabes cómo han sido las cosas, si esa mujer se daba cuenta de que estábamos solos de seguro trataría de llevarnos de vuelta al orfanato y es lo que menos quiero- no quería  volver a convivir con aquellos niños.   

  — Yo tampoco quiero volver a ese lugar  - dijo seguro el gato, no le gustaba que se burlaran de su amigo de aquella forma esos niños. 

  — Entonces tenemos que asegurarnos de no volver- Hablo ya con una sonrisa para animar a su amigo felino el cual se la correspondió, estaba seguro que estarian bien cuidándose el uno al otro. 

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Solo fueron siete añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora