Capítulo 2: Monstruosidad inesperada
El domingo se pasó rápido: María fue a la comida de la peña Los Camperos junto con su familia y estuvo todo el día ansiosa por si veía a Daniel, pues él y su familia también pertenecían a la peña, pero no fue y ella se quedó pensando en el chico mientras jugaba a las cartas con su abuela, su tía y su padre para intentar distraerse y porque realmente le gustaba jugar a el subastado. Así de lamentable y corto fue su domingo pero se pasó tan rápido que dio paso al lunes 31 de octubre: Halloween.
El grupo de amigos de María quedaron en la casa de Lucía, pues ésta había hecho una fiesta. Lucía, Julia, dos amigas de Lucía y María se disfrazaron de muñecas de porcelana. Pedro y Carmen , la futura parejita del grupo se disfrazaron de Joker y Harley Quinn respectivamente. Laura se disfrazó de Valak y Emma tan solo se puso una máscara. María quedó con Julia a las 5 para maquillarse y tras pasar un rato divirtiéndose y preparándose pusieron rumbo a la casa de Lucía. Llegaron a las 7 y la reunión de amigos comenzó: música, bebida, comida y buena compañía; qué más se podía pedir. Sobre las 8 y media ya estaban cenando. El grupo de amigos no paraba de bailar y divertirse. Decidieron asustar a unos niños; curiosamente, uno de ellos le tenía fobia a las muñecas de porcelana. ¡Vaya coincidencia!
Pasado un rato, María recibió una agradable sorpresa: Daniel estaba en la plaza donde ella se encontraba. Daniel llevaba una máscara pero María lo reconoció al instante, mas no dijo nada e hizo como que no sabía quién era. Daniel, molesto y enfadado porque aparentemente no lo había reconocido, se quitó la máscara y saludó al resto del grupo. Está tan guapa pensó Daniel pero ninguno de ellos se dirigió la palabra. Sus ojos se buscaron todo el tiempo, parecían dos imanes que no podían despegarse pero que no sabían qué decir por miedo a que la magia se rompiese, El tiempo pasó lento y aunque Daniel solo se quedó 5 minutos en sus corazones parecía que habían pasado horas. Cualquiera que los viese pensaría que llevaban siglos sin verse y es que, a pesar de haberse visto el viernes, ambos sintieron que había pasado una eternidad.
El chico se fue y María tuvo que hacer como si no le hubiese afectado el encuentro con Daniel. De repente, comenzó a sonar dos extraños de Merche y María pensó y pensó en Dani. Ojalá las cosas fueran diferente, ojalá él la mirase como sus ojos le miran, ojalá su corazón se acelerase con tan solo escuchar su nombre, ojalá Daniel la quisiese... De repente sonó Melendi y María se enamoró de dos de las frases de desde que estamos juntos: "no hay nada nada más perro que el amor, porque muerde siempre antes que ladra. Me latió tan fuerte el corazón: me dijiste ven desde la barra." y "desde que estamos juntos me muero por tus pecas, me licencié en tu piel y en tu cuerpo tengo una beca."
Sin querer pensar más, María cambió la música por una más alegre y comenzó a bailar sin parar. Pasada 1 hora, salieron a la calle y siguieron haciendo el tonto hasta que el reloj dio las 12 y como una cenicienta moderna- solo que sin un príncipe- tuvo que volver a casa. El día no había estado tan mal, supongo. Al fin y al cabo, María recibió una monstruosidad inesperada...
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Y hasta aquí el capítulo de hoy. Espero que les guste y me gustaría que me diesen su opinión y que me avisasen si ven alguna falta de ortografía. Feliz día de todos los santos y espero que aquel que saliese ayer se lo pasase bien en Halloween. Nos leemos en el próximo capítulo. ¡Besos!
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Aprendiendo a no quererte
Novela JuvenilEscribir con el corazón roto era lo que más la inspiraba, sintiendo ese arrollador dolor el pecho y conteniendo sus lágrimas que, muy a su pesar, sabía que acabarían saliendo de sus ojos. Cuánto tiempo llevaba ya prometiéndose a sí misma y a sus ser...
