Capítulo 6: Apretón de manos

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Capítulo 6: Apretón de manos

Al final María decidió no hablar con Daniel, simplemente dejó que la relación fluyese, y vaya si fluyó...

¿Os habéis puesto a pensar en lo rápido que ocurren las cosas? Dicen que nada dura para siempre pero es increíble lo rápido que los hechos horribles habían sido sucedidos por pequeños maravillosos detalles. Algo en Daniel había cambiado, ahora estaba siempre atento a María, la acariciaba, la miraba de forma especial y la protegía. Eran pequeños detalles con un valor incalculable.

María había decidido no hablar con el chico y, por ahora, no se arrepiente de su decisión. Lo que voy a contaros ahora sucedió en viernes 18 de Noviembre. Los chicos estaban en clase de economía y próximamente, concretamente el Lunes 21, tenían un examen de matemáticas.

Daniel se estaba jugando el trimestre en ese examen, mientras que María quería sacar buena nota para optar al sobresaliente. Los exámenes de matemáticas solían ser difíciles si querías llegar al 9 o al 10, pero medianamente sencillo si querías aprobar aunque fuese con una nota baja.

De repente María sintió que la llamaban. Al darse la vuelta,  se encontró con la agradable sorpresa de que había sido Daniel quien se había dado la vuelta. El chico le propuso hacer un trato: si Daniel sacaba más de un nueve en el examen, María haría lo que él quisiese. Si, por el contrario, su nota era inferior a esa cifra, el chico debía hacer lo que María quisiese. Ella aceptó el trato y lo cerraron con un apretón de manos.

Narra María:

Su mano estaba fría y el contraste con el calor que emanaba mi mano hizo que el momento fuese perfecto, o al menos así lo sentí yo. Nuestras manos encajaban a la perfección, como si hubiesen sido diseñadas justo para eso, como si no tuviesen otra función más que compenetrarse la una con la otra. Parecía que, después de lo que se sintió como una eternidad, por fin había encontrado un sitio donde encajar. Él se ha convertido en mi refugio, y temo al peligro de sus tranquilizadores abrazos más que a cualquier otra cosa en el mundo, pues la idea de perderlo me aterra.

Y su mirada... ¡ay de mí si me mira de nuevo así! Su mirada brillaba como nunca, sus ojos se oscurecieron, desafiantes a la par que galantes y una sonrisa traviesa se dibujó en su boca.

Fue entonces cuando me di cuenta y comprendí que nunca más sería capaz de ver a un chico como lo había visto a él. Travieso, divertido, tierno y juguetón. Fue esa combinación la que hizo a Daniel todavía más irresistible para mí.

Por un lado, deseaba ganar pues, aunque no sabía qué pedirle exactamente, ya tenía una idea de lo que quería. Mi deseo era simple: que todos los días fuesen como ese día, que siempre me mirase así y que estuviese tan atento a mí. ¿Era eso mucho pedir?

Más tarde, al regresar a la clase, Dani se sentó justo detrás, pues habían faltado dos compañeras y él se cambió de primera fila, que era su sitio habitual, hasta el asiento que estaba detrás de mí en cuarta fila.

Dani se sienta con un nuevo compañero de clase, llamado Alfonso. Alfonso lleva gafas y Daniel se las cogió prestada para bromear conmigo. Estábamos en hora de guardia así que se nos permitía levantarnos de nuestro sitio y hablar moderadamente. Julia, mi suspicaz compañera, que vio como estaba hablando con Dani y se fue para dejarnos privacidad, puesto que Alfonso también se había ido.

Dani se puso las gafas de Alfonso en el puente de la nariz. Estaba raro y la verdad es que me lo imaginé como un padre regañando a su hijo, y como me hizo gracia me empecé a reír. Dani se molestó y se puso serio, lo que hacía que mi teoría fuese más cierta.

Cuando me tranquilicé la imagen de él regañando a unos niños, nuestros niños, no salía de mi cabeza.

Definitivamente Daniel me estaba volviendo loca, loca de amor pero loca al fin y al cabo.

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¡Holaa! ¡Feliz cumpleaños a mí! Me gustaría que escuchaseis la canción que os he dejado pues pienso que es una canción preciosa, muy acorde con el capítulo y con los sentimientos de María. Sin nada más que decir os deseo un buen inicio de semana y nos leemos el próximo domingo 😘

Aprendiendo a no quererteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora