Polvo De Azúcar [Daisuga]

Cap9

- Q-quiero irme a casa.....

- Pues me temo pequeño, que vas a tardar en volver~... Pero no te preocupes, yo seré tu amigo a partir de ahora -el hombre colocó la cabeza de Yamaguchi en su pecho, haciendole creer que no le haría daño.

El pequeño se acurrucó en el pecho de "su nuevo amigo"- P-pero yo quiero irme a casa.... Quiero ir con mis amigos -recordó a Tsukki y a los demás del Karasuno- e-ellos seguro que me están b-buscando.... L-llevame con ellos.

- Oh... No te has enterado? Ellos no te quieren, ellos siguen con sus vidas..... Yo mismo les fui a preguntar si te habían visto y lo único que me dijeron fue "no conozco a ningún Yamaguchi" -acaricio maliciosamente el cabello de Tadashi, el cual estaba destrozado por las palabras tan duras que acababa de oír.

- N-no.... No puede ser cierto..... Y-y en ese caso Tsukki si sabría quien soy -se negaba a creer las palabras de aquel hombre encapuchado- Y-yo soy su amigo! -lo miró con los ojos vidriosos.

- Pues el.... Ahora sonríe sin ti.... Ríe y habla mucho mas que cuando tu estabas, además, en cuanto pregunté por ti, el no quiso saber nada -miraba a Yamaguchi con una sonrisa interior malévola, pero por fuera se hacía el preocupado.

- N-no..... Y-ya no me quieren....?

- Siento decírtelo pequeño, pero nunca te quisieron

El pequeño rompió a llorar y se acurrucó en el pecho del que ahora era su único amigo.

- Nunca me quisieron.... Son unos mentirosos..... Son horribles..... Me mintieron.... N-no quiero volver a verlos nunca más.

- Eso es mi lindo Tadashi~ ahora solo me perteneces a mi -lo miró con una sonrisa lujuriosa.

- Q-que...?! -asustado el pecoso se alejo rápidamente del encapuchado- quiero irme a casa! Llevame a casa!

- SSHH! No te va a pasar nada si te quedas conmigo~ -se acercó al menor y este le propinó un empujón que le hizo caer- Maldito crío insolente!

Yamaguchi empezó a "correr" pero, los dos únicos pasos que pudo dar, terminó cayéndose por culpa de la cadena que amarraba su tobillo.
El hombre se acerco a Tadashi y se sentó sobre su cadera haciendo que este se quejara por el peso del mayor.

- A mi lado vas a estar muy bien~ -una mirada malévola le basto al pecoso para comprender que aquel hombre no era su amigo, sino un degenerado.

El encapuchado empezó a golpear la cara y el cuerpo de Yamaguchi con los puños haciendo que, a cada golpe, la vista de este se nublara hasta perder el conocimiento.

Unos días mas tarde...

Daichi ya se había ido a Europa y como esa semana no había partido los del Karasuno aprovecharon para estudiar y sacar mejores notas. En una de las practicas Suga echó en falta a Ennoshita, al cual habia visto por las escaleras de la escuela, y a Yamaguchi.

- Entrenador Ukai..... Me disculpa pero.... Tengo que ir a buscar unas cosas que me deje en el aula.... Podría ir por ellas?

- Huh? Claro Sugawara, puedes ir tranquilo entrenaremos con Kageyama mientras -una sonrisa del entrenador le bastó para salir corriendo y cambiarse los zapatos para ir a los baños a buscar a Ennoshita.
Una vez llegó, entró y pregunto en alto.

- Ennoshita? Estas aquí? -empezó a abrir las puertas para comprobar que no estuviera. Se quedo decepcionado al no encontrarlo. Vagó un rato por los pasillos y decidió comprobar en la azotea. Estaba a punto de abrir la puerta de esta cuando oyó unas voces.

- Estúpido! Se supone que tu tienes que traernos la merienda! Como es que te la olvidaste!?

Un par de sonidos de golpes hicieron a Suga alarmarse.

- L-lo siento..... O-os lo compensaré...... N-no mas golpes por favor -el agredido sollozaba con una voz entrecortada.

Al escuchar la voz la reconoció en seguida. Ennoshita. Pensó rápidamente el que hacer para sacarlo de ahí. Unos segundos no le bastaron para encontrar una opción correcta en la que alguno de los dos no saliera mal parado. En ese momento recordó las palabras de Daichi. "Hay unos tipos, no se quienes son, que quitan meriendas y no creo que lo hagan para ayudar a alguien, así que estas semanas ten mucho cuidado si?". Eran ellos sin ninguna duda, estaban atacando a su pequeño y no lo iba a consentir. Abrió rápidamente la puerta y se encontró con un Ennoshita golpeado y casi sin conocimiento y tres chicos casi igual de altos que Asahi y con cara de pocos amigo.

- Ennoshita!! Dejadle!! -frunció el ceño para tratar de intimidarlos.

- Sugawara-senpai!! Vayase!! -en pelinegro, dolorido, le hacia señas para que se fuera.

- Con que este es el amable, querido y respetado por todos, Sugawara Kōshi~ -los chicos se acercaron al armador.

- Será mejor que os vayáis o llamaré a algún profesor!! -las manos le temblaban y poco a poco las piernas empezaban a fallarle, puesto que los chicos eran mucho mas altos y fuertes que él.

- Perdón? No entendí muy bien, a quien vas a llamar? -un puñetazo bastó para echar a Suga al suelo.

- A-a -miró a Ennoshita el cual le decía que no con la mirada- a-a nadie.... -bajó la mirada dolorido.

- Eso es lo que pensaba -uno de ellos le dió una patada en la barriga y con eso se fueron los tres riéndose, satisfechos.

En cuanto cerraron la puerta de la azotea el plateado se levantó dolorido y corrió para abrazar a un casi desmayado Ennoshita.

- Sugawara-senpai.... No debió hacerlo... Ahora irán también a por usted... L-lo siento -las lágrimas empezaron a caer por las mejillas del pelinegro.

- N-no Ennoshita, tranquilo -le puso la cabeza en su pecho como si de su madre se tratara y se la beso tiernamente- no te preocupes.... Ya estoy aquí contigo -le secó las lágrimas y lo estrecho entre sus brazos.

El pelinegro iba a quejarse por el dolor pero decidió callar por en calor y el cariño que el mayor le estaba ofreciendo.

- Vamos a la enfermería allí seguramente tengan alguna pomada para tus golpes.

- Gracias.... Muchas gracias Suga -abrazó al armador.

Luego de un rato abrazados decidieron levantarse e ir a la enfermería. Una vez allí se pusieron hielo y unas pomadas, ya que por la tarde la enfermera no estaba no tuvieron que dar explicaciones por los golpes.

"Tengo la sensación de que esto va a ir a peor" pensaba el plateado mientras ayudaba al menor a ir al gimnasio.
"Daichi tenia razón, son muy peligrosos"