Cap17

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Tras la puerta apareció un hombre con una "potente" constitución. Examinó a Suga y a Daichi de arriba a bajo y les sonrió.

- Os habéis perdido? Pasad por favor, hace frío y ya es de noche, quedaos hasta mañana -les ofreció paso hasta el salón donde sirvió dos vasos con zumo.

Antes de entrar Suga agarró fuertemente la mano del capitán, la cual estaba sudorosa ya que el chico estaba también muy nervioso.

- G-gracias

- Muchas gracias -el albino trato de disimular una sonrisa

- Estas muy pálido, ven conmigo, te voy a dar una medicina -agarró la muñeca del armador y lo llevó a la cocina.

El chico estaba tan asustado que se dejo llevar y una vez en la cocina las piernas comenzaron a fallarle- D-disculpe, donde está el baño?

- Esta justo por ese pasillo a la izquierda

Tan pronto como se lo dijo corrió a meterse en el. "Que nos echó en el zumo?! Tengo que encontrar a los chicos, es mi única oportunidad!" trató de calmarse y cogió aire muy profundamente, "listo! Vamos allá!". Con mucho cuidado y sin hacer ruido salió hacia una pequeña puerta que estaba bajo unas escaleras que llevaban al piso de arriba.
Kōshi giró el pomo con delicadeza y resultó que la puerta estaba cerrada. "Mecachis! Donde están las llaves?!" miró a su alrededor y encontró un aparador en el que había un bol con caramelos. Dentro del bol se vislumbraba una llave, la cual Suga cogió con cuidado. Volvió a la puerta e introdujo una de las dos llaves que tenía el manojo.

- Oye chico estas bien? -el hombre se había acercado al baño.

El corazón del armador casi infarta. Cogió las llaves y las guardo en en bolsillo de su chaqueta- S-si ya me encuentro mucho mejor, creo que me cogió el frío

El hombre lo miró y lo llevó de nuevo al salón- Bien chicos os enseño vuestras habitaciones para esta noche -les dedicó una sonrisa y se dirigió escaleras arriba.

En ese momento el albino aprovechó para darle las llaves al moreno- Guardalas estas llaves abren la puerta bajo las escaleras, tengo el presentimiento de que están ahí.

- Tranquilo, estén donde estén los salvaremos confía  en mi -besó algo intranquilo la frente del armador y subió por las escaleras.

- Estas son vuestras habitaciones, tenéis pijamas en el armario, voy a prepararos algo de cenar.

En cuanto el hombre se metió en la cocina, el moreno bajó y abrió la puertecita. Al abrirla solo vio oscuridad así que sacó su celular y alumbró la estancia. Era bastante profundo y había muchas cosas almacenadas en las estanterías que cubrían las paredes. Entre la gran cantidad de objetos que había encontró una ropa que le resultó familiar ya que era el chándal del Karasuno.
"Suga tenia razón! Tienen que estar aquí!" siguió investigando hasta el fondo de aquella especie de desván, sin percatarse de la sombra que lo esperaba a la entrada con un hierro en la mano.

En la parte de arriba Suga daba vueltas por toda la habitación. "Ya tendría que haber vuelto.... Será mejor que vaya a por él!" envió un mensaje a Asahi para que supieran donde estaban, por si acaso pasaba algo. Bajó con cuidado las escaleras y vio al hombre entrando bajo las escaleras. "Daichi!!" se cubrió la boca y se acercó poquito a poquito a la entrada del "desván". En cuanto asomó la cabeza vio al hombre levantar lo que parecía una vara de hierro, para ver a Daichi agachado inspeccionando la ropa.

- DAICHI!!!

- Hu- -el moreno giró la cabeza pero solo alcanzó a ver como el hombre le asestaba un fuerte golpe en la cabeza.

El anfitrión se giró rápidamente para correr a por Suga, quien empezó a correr hacia la salida. Para su desgracia el señor le tiró la barra de metal a las piernas y esto le provocó una caída.

- No nos haga daño por favor, nosotros no hemos echo nada malo -empezó a lagrimear y a acercarse a una esquina.

El hombre sin ningún miramiento agarró al albino por las piernas provocando dolor en estas (ya que habían sido golpeadas por la barra) y lo arrastró hasta en desván- No os van a quedar mas ganas de fisgonear nunca más!

El armador se acercó al moreno quien estaba sangrando por el golpe de la cabeza- Daichi! Oh no! Daichi mirame, no me dejes, sigue conmigo -apoyó la cabeza de su novio en su pecho mientras colocaba la mano en la herida para impedir la salida de sangre y le besaba entre lágrimas la cabeza- estoy contigo, por favor quedate conmigo por favor

El hombre los encerró en aquella oscura y fría estancia. El armador tapó al capitán con lo que encontró y le puso unas vendas improvisadas para que la sangre dejase de fluir.
Pasaron toda la noche así.

El hombre fue a buscarlos por la mañana- Despertad estúpidos! Os reunireis muy pronto con vuestros amiguitos~ -los levantó a ambos bruscamente y los metió en la parte trasera de una furgoneta negra- JAJA a este ritmo tendré el equipo de voleibol completo.

Kōshi no dejaba de abrazar a Daichi mientras sollozaba palabras de ánimo. El moreno no se movía mucho pero le dedicaba palabras de tranquilidad a su novio. Estuvieron en la furgoneta durante un buen rato. Cuando pararon el hombre les vendó los ojos y los sacó a rastras de la furgoneta. De repente el señor les quitó las vendas y pudieron ver a sus queridos cuervitos pero peor de lo que esperaban. El chico de lentes estaba tendido en el suelo con una herida en la cabeza y el de pecas dormía con una tez pálida y parecía no haber comido en días.

- C-chicos

Daichi solo logró expresar una mueca de tristeza al ver a sus niños así- Perdonadme chicos.... Llegue tarde...

Ambos rompieron a llorar pero, fueron interrumpidos por el hombre.

- Bienvenidos a vuestro nuevo hogar chicos~





Aquí tenéis vuestra parte ;)
Hasta la semana que vienee~
...
O puede que antes 🌚😋

Polvo De Azúcar [Daisuga] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora