Capítulo 5

102 11 6
                                    

Atenea

Desperté algo desorientada, mis ojos pesaban cuando los abrí, estaba todo oscuro, mi espalda me dolía demaciado, noté que no estaba en la habitación que compartía con Hannah, Irene y Amy. Traté de levantarme pero sentí un brazo sobre mi estómago, entonces lo ví entre la oscuridad, Max, estaba dormido junto a mi, me sonrojé al imaginar que estuvo ahí todo este tiempo, lo que en realidad no sabía cuánto tiempo estuve dormida, ¿Que hora serían?. Me removi un poco para encontrar un punto de comodidad, pero eso provocó que Max despertara.

-No te muevas-escucho la voz adormilada de Max

-Esta bien.

-¿Llevas rato despierta?-siento que se levanta y enciende la Luz, luego volvió a acostarse junto a mi.

-No. Desperté recién.

-¿Cómo te sientes?-me preguntó preocupado.

-Adolorida. Pero estoy bien-sonreí un poco para calmarlo.

-El doctor que te curó dijo que las heridas no eran tan profundas así que las marcas que quedarán se irán borrando con el tiempo.

-Bueno, eso es una buena notícia.

-Tuve miedo, Nea-me confesó, eso me sorprendió-Pensé que....

-Shhh... Tranquilo-llevé mi mano hasta su mejilla y la acaricié. Los ojos zafiros me miraron preocupados.

Max unió nuestros labios en un beso dulce y lento, le correspondí, no sabía que estaba pasando entre nosotros, pero si sabía que algo estaba cambiando y no estaba dispuesta en corregirlo.

-Duerme. Necesitas recuperar fuerzas-me dice después de terminar el beso. Me besa la frente y me abraza delicadamente, escondí mi cara en el hueco de su cuello y me quedé profundamente dormida.

π•π•π•π•π

Con la crema que me recetó el doctor y las pastillas que calmaba el dolor volví atender mesas una semana después. Tenía horribles marcas rojas en mi espalda, sólo espero que no tarden tanto en sanar.

Estaba a punto de llevar unos tragos a una mesa cuando ví entrar a Max junto con Zac, su expresión era de total indiferencia al resto, como siempre se notaba serio. Mi corazón se aceleró y una sonrisa se formó en mi rostro cuando él me vio, me devolvió la sonrisa como saludo, llevé los tragos a la mesa y fui a atender su mesa.

-Buenas noches caballeros-saludé con una sonrisa-Ana se está preparando para bailar junto con Laila esta noche, lo que quiere decir que tendrás que esperar-le informé a Zac. Él pobre me dio una mueca de disgusto.

-Me cambio a una mesa más adelante Max. Si alguien intenta tocarla lo estrangulo-con una expresión molesta se sentó cerca al escenario

Cuando se fue Max me tomó del brazo y me acerco un poco a su silla para besarme yo no puse resistencia y le correspondí, por poco dejo caer la bandeja, segundos después de terminar el beso me fui a traerle un vaso de Vodka.

-Tengo que atender por un rato, Mónica hizo su berrinche y no quiso trabajar, como Laila y Ana bailan esta noche tengo que esperar que terminen.

-Esta bien, puedo esperar un rato- me sonrió

-¿Quieres que separe un cuarto cuando termine o prefieres quedarte aquí?

-Sepáralo, tengo ganas de estar a solas contigo.

-Bien -sonreí

Una hora después estábamos hablando en una de las habitaciones del segundo piso.

AteneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora