El reloj marcaba las dos con treinta de la tarde. Lo que le dejaba media hora para ir al pueblo a comprar algunos suministros y de paso recoger a Sammy de la escuela.
Ya hace seis meses que había traído a Sam de aquella habitación abandonada y todavía no habían dado con el paradero de los Winchester. Bobby, fiel a su palabra acogió a Sammy en su casa, le compró ropa y muchos libros. Además le inscribió en la escuela de la localidad, pero sin llegar a perder la esperanza ni la convicción que algún día encontrarían a John y Dean.
El Pastor Jim y Joshua tuvieron que seguir su camino después de estar un mes en su propiedad ayudando con la búsqueda, cada cazador tuvo que volver a distintas cazas pero cada dos semanas llamaban para comprobar cómo lo estaba llevando Sammy, por su parte Sam se deprimió aún más cuando ellos se fueron ya que lo vio como si otra vez estuviera siendo abandonado, a Bobby le costó mucho tiempo y paciencia lograr hacerle entender que nadie lo había dejado atrás y que eso nunca sucedería.
Bobby nunca pensó que sería tan difícil cuidar de un niño y muchas veces se preguntaba cómo diablos John no se había vuelto loco con esos dos bribones. Sammy era un chico adorable y muy inteligente, pero cuando estaba de mal humor era peor que un fantasma vengativo.
Bobby caminó hacia la puerta con las llaves en la mano, listo para salir hacia el pueblo cuando se detuvo por el sonido del teléfono, él se planteó ignorar la llamada y seguir su curso pero quizás fuese de la escuela, con la decisión tomada se apresuró a responder la llamada antes de que colgaran.
—Propiedad Singer
—Bobby, ¿cómo estás?
—Rufus no tengo tiempo, de hecho iba de salida y si necesitas que te ayude con una caza puedes... —Bobby se vio interrumpido de su divagación cuando Rufus volvió a hablar.
—Lo encontré —La voz de Rufus sonaba algo preocupada, el cazador también se había sumado a la búsqueda de los Winchester, y también había caído rendido ante el cariño del niño.
—¿A qué te refieres?
—El auto de John, lo encontré en una venta de autos usados a tres estados de tu propiedad.
—¿Qué? ¿Estas seguro que es el mismo auto? —Diablos, eso cambiaba toda la situación. Quizás fuese un paso más cerca de la verdad, pero sin duda algo malo tuvo que suceder para que John dejara atrás el Impala y mucho más importante para que no volviera por Sammy.
—Sí, estoy seguro. Ya comprobé y es la misma matrícula que me diste, además el propietario describió muy bien a John y hay algo más...
—¿A qué te refieres? —Definitivamente eso no le gustaba nada y algo le decía que las cosas se complicarían antes de arreglarse.
—Al parecer el propietario todavía tiene el auto en venta y también guardo los objetos que venían en el, solo por si acaso John los había dejado olvidados y quería regresar por ellos.
—Bueno, dime de una maldita vez qué es lo que encontraste —Maldición, Rufus pensaba darle un infarto con tanto misterio.
—Solo se encontraron cosas de Sam. Libros, ropa y uno que otro juguete pero en fin todo lo que se encontró fue del chico.
Diablos, es como si buscarán deshacerse de todo lo que les recordara a Sammy, pero ¿por qué diablos John haría eso?
—¿Bobby, sigues allí?
—Sí, sí, aquí estoy. Dame la dirección del lugar —mientras Bobby apuntaba los datos, miró el reloj de pared para llevarse la gran sorpresa que ya eran las tres en punto —Diablos. Maldición te tengo que dejar Rufus, muchas gracias por la información. Te lo agradezco realmente.
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Carry on you are not alone
FanficJohn y Dean Winchester deciden salir por un par de horas, dejando a un Sammy de 8 años solo en la habitación de hotel. ¿Pero qué sucede cuando no regresan? ¿Qué pasara con Sam? Y si el destino dicta que se encuentren años después...