Epílogo

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Es una noche fría de invierno, la luna llena ilumina el cielo, una joven de ojos azules mira a las estrellas desde lo alto de la torre de Tokio, voltea a ver, como si buscara a alguien, entonces de el elevador, un hombre con gafas oscuras y dos vasos de café en las manos se pone de pie frente a ella.

-¿ya a empezado?-

-aun no, recuerda que en las noticias habían dicho que podría tardar-

-es verdad, lo olvide, por cierto, ¿que es lo que piensas pedir durante la lluvia de estrellas?

-aun no lo se Estefan, todo lo que quiero lo tengo aquí contigo, desde que cambiamos nuestras identidades, me has echo la mujer más feliz del mundo, aunque aveces me gustaría volver a casa-

Una lágrima empezaba a rodear el rostro de la muchacha, justo cuando la mano de su acompañante la freno, secándola.

-no llores, se te van a caer los lentes de contacto amor mio, lo se, pero es peligroso y jamas te arriesgaría, no a ti-

-lo se, solo que me emocione y te entiendo, pero, aveces pienso que todo podría estar olvidado-

-tal ves algún día volvamos, por ahora solo disfrutaré de este momento-

-tienes razón, además, contigo, lo tengo todo-

Ambos empezaron a beber de sus vasos de café con una sonrisa en su rostro, poco antes de que la lluvia de estrellas llenaran el cielo nocturno.

La protegida (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora