Mi Propio Hobbit

Capítulo 8: Cambia pieles.

Cuando conseguimos bajar de la roca del oso tuvimos que ponernos a correr ya que a lo lejos se acercaba Azog, nos escabullimos por los árboles que están a los pies de una montaña cuando oigo el gruñido de un animal que no es un Huargo ni un orco.

-He visto... he visto...un.

-¿Un qué?

-Un oso gigantesco. El gruñido se oyó cerca.

-Pues creo que te ha rastreado.

-Ithil guíanos a la casa oculta.

-Seguidme.

-¿Esperad, de quien es esa casa oculta?

-Thorin puedes confiar en mí, tranquilo.

-La casa es de un conocido de nosotros dos que bueno que puede ayudarnos o matarnos según como le encontremos.

-¿Hay alguna otra opción? El gruñido sonó aún más cerca.

-Pues como has oído, no.

Guio a los enanos por uno de los caminos secretos cruzando por un rio y un prado de flores hasta llegar al otro lado del prado, lo malo fue que nos vieron los cuervos de Azog haciendo que den la señal de donde estamos a su manada. El retumbar del rugido del oso también volvió a retumbar por todo el monte.

-Seguidme, ya estamos cerca, esta justamente allí, rápido. Llegamos agotados de tanto correr pero eso no hizo que perdiéramos la fuerza para atrancar la puerta y hacer fuerza para que no la atraviese nada.

-Thorin tu estas mal herido ponte a descansar ya.

-Ithil no digas tonterías mientras me mantenga en pie luchare con ustedes. Al retirarse el oso los enanos suspiraron de alivio.

-Bueno ahora hay que esperar que vuelva en sí.

-Ithil ¿Qué quieres decir con eso?

-Ya lo sabréis, ahora descasad.

-¡No! Dignos que demonio es ese oso.

-Pues nuestro anfitrión, es Beorn, un cambia pieles, según el momento suele ser un oso como habéis visto y en otras ocasiones un hombre corpulento.

-Beorn fue uno de mis criadores.

-Cuando es un oso es impredecible, pero de humano ya es otra cosa, es más calmado y se puede tratar mejor con él, aunque he de advertiros que no le gusta los enanos.

Los enanos estaban temblorosos, yo en cambio me relajo, enciendo un fuego y me quedo mirándolo, Gandalf les dice que se calmen y vayan a dormir para recuperar energías. Sigo sentada enfrente del fuego, de mi bolsillo saco el mensaje que mi cuervo me trajo.

-¿No piensas leerlo? Me pregunta Gandalf.

-No- lo tiro al fuego junto al colgante -mis amigos son mas importante.

-Ithil hasta cuando vas a seguir engañándote, nunca le podrás sacar de tu corazón.

-Y eso es lo que más asco me da de mí, cuando dijo que era una actriz me hizo recordar esta maldita situación, Gandalf por favor dime la repuesta ¿De por qué tuve que enamorarme de él?

-Ithil algunas preguntas de la vida solo la resolvemos por uno mismo. Gandalf saco del fuego mi colgante y lo metió en agua fría.

-Da igual que lo hayas sacado no volveré a ponérmelo.

-Sin el puesto él pensara que estas muerta.

-Pues que lo piense, no pienso abandonar a mis compañeros.