Capítulo 12: Un final y un comienzo.

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-Es otro dragón. Vuelvo con el resto y dejo otra vez el dragón durmiendo en mi brazo.

-¡¿Hay trato?!- chilla Bardo mientras pongo a salvo a Bilbo con Gandalf -lo que nos debes por la piedra del Arca. Thranduil ya pasaba del trato dejo de mirar hacia Thorin para mirarme a mí.

-Thorin ya has visto cual son las opciones- mientras se lo digo me situó entre Thranduil y Bardo - ¿Cuál vas a elegir? ¿Salvar a los tuyos o luchar hasta el último suspiro de ellos? Un cuervo se posó enfrente de él.

-¡Elijo luchar por lo que nos pertenece! A lo lejos se aproximó un ejército de enanos.

-¿Qué demonios? Thranduil me coge, me monta en su ciervo, me lleva con él y chillando en Elfico hace que su ejército se ponga en formación de defensa contra el de los enanos.

De entre ellos salió al frente un enano montado en un cerdo negro, muy arrogante.

-Buen día a todos, me gustaría pediros algo que no se si os importa y aunque no importe me da igual, pero me haríais el favor de marcharos de este ¡Sitio!

-No tengáis miedo, seguid en guardia.

-¡Vaya cuanto tiempo, mi señor Dáin!

-Pero si es Gandalf el Gris, decidle a toda esta escoria que se vayan o fregare el suelo ¡Con toda su sangre!

-No hace falta pelearnos entre nosotros, deberíamos unirnos y luchar contra la legión de orcos que viene hacia aquí.

-Nunca me aliare con una panda de sucios Elfos y sobre todo con ese duende de orejas picuda del bosque, él solo quiere ver sufrir a mi pueblo, si se atreve a ponerse entre mi gente y yo le espachurrare su hueca cabeza- Thranduil me agarra fuerte contra él, tanto que noto sus latidos mientras sonríe - ¿Seguirás sonriendo después que lo haga? Los enanos menos Thorin estaban felices.

-Lo dos están locos, uno por su primo y él otro por mi amada. Me sonrojo al oírle declararse libremente a todos.

-Ha, ha, ha, que chiste tan bueno ¡Prepararos que vamos a luchar! ¡ENSEÑEMOLES EL PODER DE LOS ENANOS!

Los Elfos se pusieron en posición de ataque, los enanos no paraban de chillar en su lengua hasta que el gruñido de unos Devoradores de Tierra los apago. Thranduil miro a la montaña muy asustado, asustado me apretó más hacia él.

-Thranduil me estas estrujando.

-No te separes de mí para nada.

Los Devoradores de Tierra salieron a la superficie, en los libros siempre me parecieron simples gusanos pero en la vida real son más grandes. Después de que desaparecieran los Devoradores de Tierra un cuerno orco empezó a sonar por todo el lugar. Los enanos corriendo se pusieron en posición de ataque al lado del de los Elfos y Humanos e incluso diría que un poco más adelante.

Los orcos bien armados corrían a hacia nosotros con sed de sangre. Thranduil no parecía que les iba ayudar, yo me separo de él mientras Gandalf le hecha la bronca, él enfadado me vuelve agarrar mientras da la señal a su ejército de ayudar a los enanos. Thranduil y yo en su alce luchamos juntos con una sincronización eficaz.

Azog desplego una parte de su ejército hacia la ciudad haciendo que los humanos regresaran para proteger sus seres queridos, detrás de ellos le siguió Gandalf con Bilbo. Los orcos con la ayuda de unos Trolles dispararon rocas contra la ciudad ruinosa de Valle donde se refugiaban los ciudadanos del lago. Abriendo una brecha en el muro de la ciudad los orcos lograron entrar, desde donde estoy oigo los chillidos de los ciudadanos.

-Thranduil necesitó ayudar a mis amigos. Invoco mi dragón.

-Ve con cuidado, yo me reuniré contigo luego. Monto rápidamente en mi dragón y me dirijo a la ciudad, donde veo apurado al hijo de Bardo que peleaba sin ventaja contra un orco, le ayudo cortándole la cabeza al orco.

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