6 ;(El último copo de nieve)

291 46 9
                                    

Diciembre; Navidad 21:30 PM.


Las yemas de unos largos y blancos dedos pasan por la suave y olivada piel de unas extremidades largas. El toque se siente tan bien, tan fluctuante y convulsiona su pulso. La sonrisa de los labios rojos y gruesos que su dueño les da hace por alguna razón que su corazón. Siente una presión que no es suave y mucho menos gratificante.

Muy en el fondo él sabe por qué. Había arruinado todo, otra vez.


* *


Joonmyeon termina de acomodarse correctamente el nudo de su corbata mirándose en el espejo, resopla con melancolía. Es la fiesta anual navideña que siempre se ofreció en la empresa de sus padres y como buen hijo y presidente estaba siguiendo la tradición de realizarla que está obligado a asistir aunque no quisiera.

Se retira unos pasos para sentarse en el borde de su cama, saca del bolsillo de su pantalón una pequeña esclava, ese día por la tarde se la habían devuelto de la joyería donde la mando arreglar y el brillante nombre de Jongin resaltaba en ella. Ya casi son dos noches de mortificación por el tema con Jongin y han sido dos noches que sueña de nuevo con él.

El haber dejado todo inconcluso era como de adolescentes en una situación para solo una respuesta de personas maduras de sí o no, no de estar lleno de rodeos o bicas de pez en el momento crucial así como a él estúpidamente le paso. Cierra los ojos en frustración, recriminándose de lo cobarde y poco inteligente que fue, reprochándose de que pudo haber sido mejor y dar una sencilla respuesta como era él; sí, o un: por supuesto que te extrañare, porque simplemente te tengo como mi maldita iridiscencia de invierno desde el primer momento que te vi saltar en ese charco de lluvia, o solo un: No quiero que te vayas, no sabes cuánto.

Sin embargo opto por callarse quedando en la indagación de que no le importaba ni una pizca su presencia, que hubiera sido el hermano menor de su mejor amigo, su estadía en la ciudad y por lo tanto le importaría menos que se fuera. Realmente era un idiota.

Él quería volver el tiempo tanto, que era estúpido.

Joonmyeon jura que aquella noche arruino todo. Desde no haber entrado en aquel teatro y luego de no haber hecho algo para arreglar esa situación que creo alrededor de la prácticamente confesión de Jongin que termino arruinándola por completo con un silencio escalofriante hasta que la espalda de Jongin desapareció en frente de sus ojos cuando ingreso por las puertas giratorias de ese hotel lujoso que Joonmyeon tuvo que incrustarse a la idea de que Jongin no era ningún vago y que en realidad era hijo de un político influyente que vivía en el extranjero y que incluso tenía un niñero todavía a los dieciocho años que lo seguía a todos lado, salvo cuando se le escapaba como casi todas las veces.

Todo eso se acumulaba en su tonta e insolvente historia de un invierno más en su vida, ya estaba cansado y no quería buscar desviaciones como el: si hubiera, o el: y sí. Porque simplemente ya no se podía hacer nada, Joonmyeon un año más de su vida era pasado a la irrelevancia de un hombre que hacía poco y nada para mejorar su estilo de vida.

El timbre suena sacándolo de su ensimismamiento, vuelve a guardar la joya de donde la saco. No recuerda el esperar visitas, sale de su habitación con dirección a la puerta principal que al abrirla se lleva la gran sorpresa que todos sus amigos están parados sonriendo de lo más grácil aunque lo más curioso es que están vestidos todos formales y elegantes.

—Hey baby. ¿Ya estás listo? — Jongdae es el primero en adentrarse al departamento y hacer los respectivos pasos de siempre que es, allanar su casa.

Días de invierno | SukaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora