Parte 4

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Día 133: Salí culpable del juicio realizado hace dos días, mi castigo: gravitarme, es decir, someter mi cuerpo a una gravedad, el cuádruple más grande que la habitual de la Tierra, haciendo explotar mis órganos, hasta morir desangrado, no hay recursos posibles para salvarme, buscaban mi muerte y creo que la encontrarán, pido ayuda, por favor, si veis este video ayudadme, me quedan veinte horas.

Día 135: Adelantaron mi condena, hermanos me voy a este matadero, sabed que hay futuro, venid y ahora sí, conquistadlos y vengad mi sangre, esta tierra será algún día nuestra. Ánimo hermanos, no digáis nada de esto ni a María ni a mis hijos. Recordad, hay posibilidad, seguid  las instrucciones que dejé en el cajón de mi mesa, la llave está debajo del cajón. Os quiero, un beso grande para todos los de la comunidad. ¡Os recordaré siempre!

Pasaron horas hasta que Eustaquio murió, falleció desangrado, con todos los órganos destrozados, explotados y con una muerte agónica que parecía que nunca terminaría, murió sufriendo alrededor de gente que sin conocerlo lo odiaba.

Pero esto fue como una brecha y gasolina, el resultado tenía que ser un fuego aplastante; el fuego aplastante: salvar al pueblo de la Tierra, la gasolina fue Eustaquio, gracias a él estamos más cerca de lo soñado; y la brecha es...

Uthopia. Diarios de aquel que nunca volvióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora