Loco.

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*POV Hoseok.

Me había tomado un tiempo para que Yoongi se recuperara, aunque sea un poco, de todo lo que le había hecho ya que si seguía así lo iba a terminar matando y no quería detener tan rápido el juego. Todavía hay muchas cosas para hacer con Yoongi, así que con mala gana, volví a ponerle las cadenas (las cuales le había sacado cuando lo violé horas antes), y lo dejé en la camilla blanca desmayado.

Salí de la habitación después de dar un último vistazo a Yoongi, se veía bien hasta desmayado, la sangre seca y de un rojizo oscuro resaltaba más su piel pálida, y ni hablar de su cuerpo desnudo, las costillas eran muy notables, y me hubiese tomado el tiempo de recorrerlas suavemente con mi navaja pero no había tiempo para eso, no ahora. Su cabello estaba desordenado y caía en gran parte sobre su rostro haciendo que no se le pudieran ver claramente sus ojos, lastima, teniendo en cuenta que el rostro golpeado de Yoongi se ve precioso.

Solté un suspiro y me fui directamente a una de las habitaciones de mi casa, en la cual tenía muchas de las grabaciones de hace unos días de Yoongi y actuales también. No quería tirarlas, eran un tesoro, en definitiva valían "oro" y no literalmente hablando, ya que teniendo en cuenta la violación de hace un rato más la tortura anterior podría venderlas a un gran precio, pero con todo lo que me costó conseguir a Yoongi prefería quedármelas para mí y verlas una y otra vez hasta que me cansase, cosa que en verdad nunca pasaría.

Me senté en la silla y me quedé observando a Yoongi a través de la cámara que grababa en la habitación M-YG. Observé con detenimiento cada parte del perfecto cuerpo desnudo de Yoongi y ver los cortes, moretones, sangre que yo había generado en su delicado cuerpo no ayudo mucho a que evitara recordara todo lo que le había hecho. ¿Cómo decirlo en simple palabras? Me enciende ver a Yoongi destruido, pensar que cada parte rota de él me pertenece, pensar que yo puedo generar y hacer lo que yo quiera con él, simplemente me excita en demasía.

Bajé mi mano derecha sin descaro por debajo del pantalón y bóxer haciendo contacto sobre mi ya dolorosa erección. No tenía necesidad de controlarme, así que comencé a tocarme toscamente mientras mi vista se concentraba en la pantalla que tenía frente a mí, mostrando el cuerpo delgado y maltratado de Yoongi, realmente me jodía el hecho de que tuviera que tocarme viendo a Yoongi a través de una pantalla teniendo en cuenta que lo tengo al otro lado de la habitación completamente para mí.

No quería estar mil años, así que apresuré las cosas y comencé a hacer un movimiento mucho más rápido sobre mi erección, mi pulgar pasaba bruscamente sobre mi glande provocando que por reflejo me fuera hacia adelante por la placentera sensación.

Estaba llegando a mi límite, y sólo me bastó pensar que en vez de mi mano, Yoongi era el que se estaba encargando de mi erección haciéndome una jodida felación con su dulce boquita, mientras decía mi nombre entre suspiros y eyaculé, ensuciando mi mano con mi propia esencia. Había sido rápido.

Me incorporé en la incomoda silla, y al ver mi mano llena de semen tuve la tentación de ir y dársela a Yoongi y... ¿Por qué no? Yo podía hacer lo que quisiera con Yoongi, él es mi mascota, así que me pertenece, la lógica es simple.

Me levanté de la silla y volteé encontrándome con Seokjin abriendo la puerta de la habitación.
Antes de decir o hacer algo, regresé mi mirada a la pantalla para ver a Yoongi, y el muy maldito de Namjoon estaba con él, se había atrevido a venir a pesar de la amenaza que le había hecho anteriormente.

-¿Qué haces acá? ¿No te enseñaron a tocar la puerta mi querido Jin hyung~?- Jin seguidamente frunció el ceño y cerró la puerta detrás suyo con seguro.

Bad boy [NamGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora