Capítulo 2

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La luz radiante que entra en la habitación anuncia que el sol había salido y ya es hora de levantarse. Me incorporo en el futón donde dormí y, aún con los ojos medio cerrados, dirijo mi mirada en el paisaje que observé ayer por la noche. Las montañas ya no son tan oscuras, ahora tienen un color más vivo por los rayos del sol. Pero, por muy bonitas que se vean, me recuerdan a la sensación que me dejó antes de dormirme. Ayer estaba realmente cansado por el largo trayecto que recorrimos y no presté mucha atención.

Hablando de eso, hoy iremos a investigar esas montañas. Por fin vamos a poder ver esas misteriosas marcas que dejó el secuestrador en los árboles. Con ese pensamiento en mente, me levanté y recojí el futón para después meterlo en el armario. 

- Sasuke, veo que ya te has levantado.- escucho a mi hermano detrás de mi cuando salgo de la habitación, debo admitir que me asustó un poco pero creo que no lo logró captar.

- Itachi, sí, hace poco rato. Qué hora es?

- Deben de ser las ocho. Vamos a desayunar, Sarutobi-san ya debe de haber preparado el almuerzo, vamos.- Sarutobi es el nombre del jefe del poblado, nuestro cliente. Ayer en la cena nos dijo que le gustaría que le nombraramos por su nombre. 

Lo seguí, fuimos por el pasillo y Itachi abrió una de las puertas correderas de la casa. Dentro había una mesa baja y encima de ella ya estaba preparada la comida con una pinta deliciosa.

- Veo que que ya te conoces la casa.- le dije acomodándome de rodillas en uno de los cojines al lado de la mesa.

- Después de que mi bago hermano menor se fuera a dormir, Sarutobi-san me enseñó la casa para saber donde podría buscalo si necesitábamos algo.- dijo mientras hacía la misma acción que yo.

- Vamos Itachi, ya sabemos que te la enseñó para que no té perdieras e hicieras el ridículo.- nos reímos un rato de nuestras bromas. Al poco tiempo llega Sarutobi y, junto con él, empezamos a almorzar. 

Cuando terminamos, fuimos a nuestras habitaciones para coger las armas mientras él nos espera en la entrada de la casa.

Las cojí y las coloqué en su sitio. De golpe, me quedo totalmente quieto, un escalofrío recorre todo mi cuerpo, tenía una sensación extraña y no me sientí cómodo. Era la misma sensación de ayer. Miré de lado a lado pero no vi a nadie. Esto activó mi instinto y puse mi guardia en alto. Algo me dice que deberé estar en guardia y vigilar mucho hasta que el caso este resuelto, desde que llegamos en este pueblo siento como si alguien me observara de lejos. Al ver que no había en la sala intenté relajarme un poco y dirigirme a la salida.

- Sasuke, ya estás? Tardaste mucho.- mi hermano estaba esperando en la entrada y se giró al oirme salir.

- Lo siento, ya estoy preparado.

- Bien entonces seguidme, yo os llevaré.- dijo Sarutobi ya empezando a caminar.

Subimos por un sendero que conduce directamente al bosque y nos adentramos en él. En el suelo hay una especie de rastro extraño, como si una ráfaga de viento hubiese pasado por allí y hubiese apartado todas las hojas creando una especie de camino. Lo seguimos hasta llegar a una zona donde los árboles están totalmente rasgados con unas marcas. Es increíble la fuerza que debe tener, eran muy profundas, cualquier persona o animal se hubiese dejado las uñas rasgandolos de esa manera. Mi hermano y yo nos acercamos un poco para observar mejor.

- El cazador tenía razón, no hay ningún animal que pueda hacer esto. Lo único en que puedo pensar es en un demonio, uno bastante fuerte. 

- Pero, Itachi, ni yo sé a que clase de demonio lo podría haber causado. Estas marcas no coinciden con ninguno que hayamos visto antes.- mi hermano se quedó pensativo durante unos instantes.

Miradas en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora