Miradas en la oscuridad

Capitulo 11

- G-Gaara...- Naruto parece sorprendido al haberlo visto, una de sus manos me fuerza a ponerme detrás de él mientras sigue mirando al chico fijamente. Naruto no me dio el suficiente tiempo para ver quién era esa persona.

- ¿Quién es él, Naruto?- el chico empieza a hablar primero, su voz sonaba grave y algo amenazadora. Naruto se había puesto rígido desde que lo ha visto.

- ¿Qué haces aquí?- sonaba seguro de sus palabras, sin tener miedo de la reacción que podría tener el otro.

- ¿Cómo que qué hago aquí? Ya hace días que no apareces y no sabíamos nada de tí, ni tan solo dónde te encontrabas. Nos tienes a todos preocupados así que decidimos buscarte.

- Siento haberos preocupado pero necesitaba estar sólo y tranquilo durante unos días.- su cuerpo seguía rígido, no se relajaba en ningún momento.

- ¿Solo? ¿Para estar con una humana?- se sorprendió al escucharlo, claramente se refería a Sakura.- No pongas esa cara, tarde o temprano lo llegaríamos a saber. Fue Jiraya quien nos lo contó; no lo culpes, nos costó mucho hacerle hablar y que dijera alguna palabra sobre este tema.

Empieza a molestarme la manera en que habla a Naruto y me intrigo al no saber quién es este tipo. Decido sacar la cabeza para poder encararlo sin importarme si Naruto me descubre y satisfacer mi curiosidad.

Es un chico de cabellos rojos, corto y el kanji amor está escrito en un lado de su frente. Tiene unos bonitos ojos celeste aunque se remarcan su ojeras al rededor de estos y, curiosamente, no tiene cejas. Porta un rojo kimono, en mi opinión, favorecedor para su cuerpo pero lo que más resalta son sus orejas y su única cola de mapache. Un demonio en toda regla. Sea quien sea, al parecer Naruto y él se conocen muy bien.

La mirada del demonio que, según lo ha llamado Naruto, su nombre es Gaara, desvía la mirada hacia la mía, observando de arriba a bajo, tal y como he hecho yo con él. Naruto se da cuenta, hace un inútil intento desesperado de volverme a esconder detrás de él pero es demasiado tarde, el pelirrojo ya me ha visto y ahora tenía una extraña mueca de preocupación en su rostro.

- Sus ropas... ¿No será un...?- por su voz parece preocupado- ¡¿Qué hace él aquí?! ¡¿Qué está pasando, Naruto?! ¡Debes aléjate de él!- de golpe los tres nos alteramos, Naruto se acerca más a mí con la necesidad de protegerme, por mi parte hago lo mismo ya que su tono es imponente y por un momento me sentí aterrado.

- ¡Gaara, tranquilízate, déjame explicártelo!

- Claro que lo tendrás que explicar pero antes tenemos que matar a ese sacerdotiso.- dicho esto adopta una postura amenazante, preparado para atacar. En ese momento decido alejarme del cuerpo de Naruto y coger la daga rápidamente, si ese tipo quiere guerra la tendrá.

Gaara empieza a dirigirse hacia aquí con la clara intención de atacarme mientras yo me preparo para defenderme. Naruto parece confuso, se exalta al ver a Gaara acercandose cada vez más a nosotros y decide interponerse en medio de los dos.

- ¡No! ¡Los dos, parad AHORA!- su voz me asustó más que la de Gaara. Mi conciencia me pide que me esconda en cualquier sitio pero mi cuerpo ni tan solo responde a mis peticiones, me siento totalmente bloqueado y asustado. No sabía que su voz pudiera ser tan autoritaria.

Pero al parecer no he sido el único, Gaara ha parado en seco, de hecho él ha podido moverse alejándose nada más que un paso hacia atrás, debe de haber tenido la misma sensación de querer ocultarse en algún sitio.

- P-pero Naruto, ¿Acaso no te das cuenta que ese chico es del clan...?- después de reaccionar de esa manera pensaba que su voz sonaría temblorosa pero parece ser todo lo contrario, este tipo no flaquea fácilmente.

- Sí, ya lo sé, pero él no tiene nada que ver con todo lo que pasó ése día, no tiene la culpa de nada.- miré interrogativo a Naruto ¿Mi clan? ¿Mi clan esta relacionado en esta historia?- Escúchame, Gaara; él no es una amenaza, si hubiese sido así tu ya sabes que habría...

-... Está bien, confío en ti, Naruto- accedió después de un tiempo de silencio y dejando ir un cansado suspiro cruzando sus brazos. El ambiente se relajó considerablemente y pudimos respirar tranquilos.- Pero que sepas que no le sacaré el ojo de encima y lo mantendré vigilado durante todo el rato.- dice mientras me lanza una mirada fulminante aunque carece ser amenazadora. No me he inmutado mucho a su advertencia pero a Naruto parece haberle divertido esta acción.

- Te lo agradezco Gaara.

- De todas formas, tienes que volver a casa, como mínimo para que todos sepan que estas bien.

- Puede que tengas razón, voy a volver pero...- Naruto se gira para verme con cara seria; lo miro curioso e interrogativo expectante a una respuesta- él viene.

- ¿Qué? Oye Naruto...- Gaara abrió los ojos como platos.

- Tranquilo, es de fiar; además, tendrás los ojos puestos en él ¿no? Así que no tenemos de qué preocuparnos- dijo con un tono burlón y una gran sonrisa dibujado en sus labios.

- Muy bien, como tú prefieras, pero a la mínima señal que vea algo sospechoso me lanzaré encima de él.- acaba la conversación girando sobre su eje empezando a caminar por el camino de donde había aparecido.

Ellos deben de conocerse muy bien, cuando Gaara habla con Naruto parece ser alguien tranquilo y razonable pero cuando habla de mí su voz se torna grave y su mirada se posa sobre mí observandome serio y desconfiado.

Supongo que su reacción es completamente normal, al fin y al cabo, mi trabajo es matar a los demonios como ellos. No lo culpo que desconfíe de mi, de hecho, estoy haciendo lo mismo con él, también lo estaré vigilando de lejos.

Pero ahora mismo me encuentro algo perdido en la conversación. ¿A dónde me quieren llevar? De no decir que me ha dejado intrigado la mención de mi clan, me pregunto que esconde Naruto.

- Hey, Sasuke.- cuando salí de mis pensamientos vi a Naruto delante mio mirándome muy de cerca- ¿En que piensas? ¿Vamos?

- S-si, claro.- desvío la mirada sintiéndome avergonzado por su repentino acercamiento.

Gaara ya ha empezado a caminar de vuelta por donde había venido. Naruto me coge de la mano y me guía detrás de él siguiendo al pelirrojo adentrándonos más en el denso bosque de bambú.