Capítulo 13

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La puerta estaba a punto de derrumbarse bajo los golpes y los elfos atrapados la miraban con ansiedad, preparados. Keldarion y los gemelos de Rivendel estaban arrodillados al lado de Legolas. Elrohir miró el rostro de su amigo, preocupado.

"Tiene un aspecto horrible."

Elladan le dio un apretón en el hombro al príncipe, a pesar de saber que estaba inconsciente.

"Quédate con nosotros, amigo. No te rindas."

Keldarion y Thranduil besaron a Legolas en la cabeza y el rey se detuvo un momento más para inhalar su reconfortante aroma.

"Que los Valar te protejan, hijo."

Después de la despedida, que esperaban que no fuera definitiva, se pusieron en pie y se colocaron delante de la puerta. Cuando ésta se rompió, fueron los elfos de Garmadris los que entraron en la galería, no los orcos. Los elfos dudaron un momento.

"Padre, ¿tenemos que matarlos? ¡Son de los nuestros!" –dijo Elrohir, expresando los pensamientos de todos ellos.

"Ya no son elfos. ¡Acabad con ellos! De todas formas ya están muertos" –respondió Elrond, levantando su espada, listo para atacar.

Y entonces otra lucha comenzó. Blandiendo sus espadas y cimitarras, los elfos de Garmadris los atacaron con intención de matarlos. El pequeño número de elfos del Bosque Negro y Rivendel luchaban desesperadamente por sus vidas, poniendo sus habilidades al límite, pues era una batalla entre elfos. Era un espectáculo hermoso pero trágico, pues nunca se habían enfrentado los elfos entre ellos de esa manera. El hecho de que los de Garmadris ya no estuvieran vivos no hacía la situación más fácil e incluso Elrond vaciló antes de decapitar a un zombi.

Keldarion lanzó un grito de guerra. Intentando no forzar mucho su hombro herido, se defendió de los golpes de los zombis, pero entonces tropezó y lo derribaron con un golpe en la cabeza. Se quedó aturdido en el suelo, con la cabeza dándole vueltas. Aun así pudo ver a Arulin que observaba la batalla con una mueca en el rostro.

Keldarion levantó la mirada al ver una espada en dirección a su cabeza, pero demasiado mareado como para moverse, solo pudo verla venir, aterrorizado. Sin embargo, la espada se detuvo en el último segundo, bloqueada por otra. La de su padre.

Thranduil giró la muñeca, balanceó su espada y le cortó el cuello al zombi. Éste cayó al suelo, pero ante la mirada perpleja de ambos, la cabeza se movió y se volvió a unir al cuerpo, el cual se levantó y volvió a alzar su arma. También vieron que los otros zombis derrotados se comportaban igual a pesar de haber recibido heridas mortales. No iban a salir de ahí con vida.

Pero entonces se produjo un milagro. Un cuerno se escuchó, anunciando la llegada de un batallón de guerreros. Elrond levantó la mirada, con el rostro esperanzado.

"¡El cuerno de Lothlórien!"

Arulin se quedó congelada y luego gritó de frustración.

"¡¡¡No!!!"

Vio, horrorizada, cómo los guerreros de Lothlórien entraban por todas las puertas y ventanas, lanzando una lluvia de flechas con pasmosa precisión. Mithrandir, también conocido como Gandalf el Gris, apareció junto con Haldir, el capitán de Lothlórien. Gandalf vio el estado de los zombis y clavó su mirada en Arulin.

"Gandalf" –dijo ella, con los dientes apretados.

"Arulin –alzando su bastón, Gandalf avanzó hacia ella-. Nos encontramos de nuevo, mi señora, pero en circunstancias distintas."

"Sí, yo solo era una niña hace 4000 años. Era demasiado débil como para tomar represalias."

"Y ahora has venido en busca de venganza."

"¡Vine a recuperar lo que me pertenece!"

"El Bosque Negro nunca ha sido tuyo. Ni de tu padre."

"¡Pues yo no estoy de acuerdo!"

Antes de que pudieran hacer nada empezó a cantar en la lengua oscura de Mordor y los zombis empezaron a moverse con más energía que nunca. Gandalf sostuvo su bastón y empezó a cantar también con los ojos fijos en Arulin. De repente, ella gritó de dolor y terror. Su cuerpo se elevó y salió volando hasta el otro lado de la galería. Cayó al suelo y entonces todos los zombis dejaron de moverse y se desintegraron en montones de ceniza. Los guerreros de Lothlórien ya habían derrotado a los orcos que estaban en el exterior.

Pero lamentablemente, Arulin había caído cerca de Legolas. A toda prisa, cogió el arma más cercana y se puso al lado del príncipe. Sujetándolo por el pelo, tiró de él hasta que estuvo sentado y colocó la hoja en su cuello desprotegido.

"¡No!" –Thranduil y Keldarion gritaron e intentaron correr hacía ellos, pero Elrond los detuvo.

Mithrandir dio un paso adelante.

"Suéltalo, Arulin. Has perdido."

"¡Nunca! ¡Nunca me rendiré! ¡Que nadie se acerque o le corto el cuello!" –gritó Arulin.

Legolas acababa de despertarse y miraba a los otros con calma, con la manta arrugada alrededor de sus caderas. Miró a Keldarion fijamente, intentando enviarle un mensaje. Miró la espada que tenía en la mano y luego volvió a mirarlo a los ojos.

Keldarion se encogió. Entendió lo que Legolas intentaba decirle. No... gesticuló. Pero Legolas asintió ligeramente con firmeza y Keldarion no tuvo más remedio que prepararse.

Arulin seguía gritando cuando Legolas actuó. Giró la cabeza a un lado y se liberó de sus garras de un tirón. Keldarion aprovechó la apertura y lanzó la espada con todas sus fuerzas. El arma se clavó en su corazón y la lanzó contra la pared, dejándola allí inmovilizada. Arulin se atragantó con su propia sangre y su cuerpo sufrió varios espasmos antes de morir. Allí se quedó, con los ojos y la boca abiertos.

Pero su condición era lo que menos preocupaba a los elfos en ese momento. Todos se precipitaron hacia Legolas, que había caído al suelo con la garganta abierta y perdiendo sangre a una velocidad pasmosa.

"¡No! ¡Legolas, estúpido idiota! ¡Esa no ha sido tu mejor idea! ¡Aguanta, maldita sea! ¡Solo aguanta!" –gritó Keldarion, apretando con las manos la herida de su hermano. Thranduil lloraba sin poder hacer nada, acariciando el cabello de su hijo herido.

Elrond se arrodilló y comprobó sus signos vitales.

"Todavía está con nosotros, pero lo estamos perdiendo –miró a su alrededor con impaciencia-. ¡Necesito un sitio para encargarme de él!"

"Arriba. Su habitación está intacta" –sugirió Elladan.

Elrond cogió a Legolas en brazos y salió corriendo, seguido por los demás elfos preocupados. Gandalf los seguía de cerca también y Haldir se quedó abajo para deshacerse de los cuerpos.


¿Qué será de Legolas? O.O ¡Al menos la maldita Arulin está muerta! Espero que sobrevivan a la intriga y nos vemos en el último capítulo. ¡Besitos para todos!

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