Pequeñas historias MALEC

PESADILLA

PESADILLA

"Alec estaba caminando hacia Magnus con una sonrisa resplandeciente en su rostro. Era raro ya que él raramente sonreía.

Se detuvo a unos metros de Magnus y se metió las manos en los bolsillos de su pantalón.

Luego pareció que iba a decir algo pero abrió los ojos como platos y dejo salir una exclamación ahogada de sus labios; luego puso los ojos en blanco y cayó al piso de boca.

Magnus no podía moverse de donde estaba. Tampoco hablar. Sólo mirar.

Y vio que dé la espalda del nefilim sobresalía el mango de un cuchillo..."

Magnus se despertó gritando y se llevó rápidamente las manos a la cabeza. Su respiración era rápida y estaba sudando. Oyó un golpe y se volteó para ver qué había pasado. Al otro lado de la cama, abajo en el piso, estaba Alec sobándose la cabeza.

En otras circunstancias a Magnus le hubiera resultado gracioso pero en ese momento no. Sólo confuso.

Lo único que se le ocurrió hacer fue estirar la mano para ayudar a Alec a levantarse.

—Alec, cariño ¿qué hacías en el suelo? —dijo Magnus con un hilo de voz.

—Yo... Me despertó tu grito y caí.

—Lo lamento. —Magnus trataba de serenar su voz.

—Magnus, ¿estás bien? ¿Qué te pasó?

—Nada, cariño, sólo... Tuve una pesadilla.

Alec agarro cariñosamente a Magnus por el brazo.

— ¿Quieres hablar de ello? —preguntó Alec con ternura.

—No, ya... Ni siquiera recuerdo que era. Volvamos a dormir.

—Bueno... —dijo no muy convencido Alec.

—En serio, no es nada. —dijo Magnus para quitar la preocupación de Alec.

A veces los brujos tenían premoniciones en sus sueños. Magnus pensaba que tal vez este era uno de ellos.

Pero por nada del mundo le iba a decir a Alec. No quería preocupar al pequeño nefilim de ojos azules. Tal vez ni quiera era cierta la premonición o sólo era otra pesadilla.

—Te amo Magnus —dijo Alec.

—Yo también te amo Alec —respondió Magnus.

—Sabes que puedes contarme cualquier cosa, ¿no?

—Lo sé, bebé, lo sé.

Magnus no podía ver muy bien en la oscuridad pero sabía que el nefilim se había sonrojado.

Alec, aún preocupado por Magnus, se acurrucó contra el brujo, lo abrazo protectoramente y se quedó profundamente dormido.

Magnus aún se quedó despierto un rato más, pensando.

Oía como en sueños Alec murmuraba su nombre.

Una vez dijo: "Te amare por el resto de mis días, Magnus".

Y una vocecita en el interior del brujo dijo: "Los que te queden..."

Magnus rápidamente se maldijo en silencio por ese pensamiento, pero la pesadilla no se le iba de la cabeza.

Tal vez iba a ser real...

Tal vez no...

Y si...  

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¡Hola! Yo de nuevo aquí con una pequeña historia. Bueno, voy a recopilar pequeñas historias Malec (como el título XD) mías, como One-shots, de hecho eso. Van a ser diferentes historias de diferentes cosas y así. Espero les gusten :D

Ahora, si alguna les gusta y quieren que la continúe comenten para que haga una segunda parte y así.

Hago esto de recopilarlos en una misma historia porque luego se me vienen pequeñas cosas y así pero no sé cómo publicarlas y eso. Así que con esto será mejor. No sé si me expresé bien.

Como verán algunas personas que leen mis otras historias, no subo muy seguido por la escuela y así. Yo creo que esta la actualizaré más seguido porque como no es de un mismo tema y son al azar y así pues será más fácil.

Bueno, espero les haya gustado mucho el primero que subo :D

Voten y comenten que les pareció, se los agradeceré demasiado, en serio.

Gracias :D



PD: Y si quieren pasar a leer mis otras historias ("A Malec story" y "Una mundana, 2 subterráneos y 4 cazadores de sombras.") son súper bienvenidos.