VISITA DE MADRUGADA

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VISITA DE MADRUGADA  


Ding Dong.

—Alec.

—Ding Dong.

—Alec, la puerta.

Silencio.

Ding Dong.

—Aleeec.

—Mmmh.

—Alguien está tocando el timbre.

Alec abrió sus ojos lentamente y detuvo un bostezo. Vio el reloj: eran las 3 de la mañana.

Por el Ángel, pensó, ¡¿quién estaría ahí a las 3am?!

Alec volteó a ver a su novio y vio las ojeras bajo sus ojos cerrados. Magnus se había estado durmiendo tarde por un hechizo que un cliente le pidió, por eso ese día se había acostado a la una de la mañana. Alec sabía eso porque sintió la cama hundirse y a un par de brazos que lo abrazaron por la cintura, abrió los ojos y vio la hora.

Por eso Alec, con todo el sueño que tenía, se levantó y fue al interfono.

— ¿Quién es? —preguntó con voz cansada.

—Tu maravilloso parabatai —fue la respuesta.

Dejó pasar a Jace y el chico apareció en la puerta segundos después.

— ¡¿Qué demonios haces aquí a las 3 de la mañana?! —Alec trató de sonar duro pero bostezó al final.

— ¿Qué? ¿Estabas durmiendo?

Alec iba a ser un comentario sarcástico pero por el sueño no se le ocurrió nada.

— ¡Claro que estaba durmiendo, tonto!

—Oh, bueno pensé que tú y Magnus estaban... tú sabes... haciendo cosas...

— ¡Jace!

—Oh vamos...

—Sólo —Alec lo interrumpió, y entraron a la casa, cerraron la puerta y se sentaron en el sofá— dime por qué estás aquí, porque deber ser algo importante o sino patearé tu trasero por despertarme.

—Tranquilo, Alec. Es importante, y necesito tu consejo.

— ¡¿A las 3 de la mañana?!

—Sí, sabes, estaba pensando y...

— ¿A las 3 am?

— ¡Sí! ¡Vamos, no me juzgues! No podía dormir por eso y estaba cerca de aquí y pensé en que podría venir a ti por un consejo y...

—Espera, ¡¿estabas cerca de aquí?! ¡Jace! ¡¿Qué hacías en Brooklyn a las 3am caminando solo?! Hablando de tu comportamiento suicida...

—Esto es serio. Yo... Yo quiero pedirle matrimonio a Clary.

Alec abrió mucho los ojos.

—Wow... Eso es genial, Jace..., felicidades. ¿Pero por qué necesitas mi consejo?

—Porque yo... —titubeó.

—Tú... —le animó.

—Bueno... Hoy Clary y yo estábamos en el centro comercial y vimos a un chico pedirle matrimonio a una chica y Clary se les quedó mirando con esos ojos, como si... y luego suspiró y... tú sabes que nosotros, cazadores de sombras, morimos jóvenes y sabes cómo soy...

— ¿Arrogante?

— ¡No! Me refería a mi...

— ¿Ego?

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