Like Romero y Juliet (Agustin Bernasconi y tu)

Cap 5 Final:Imposible

Hay varias formas de vivir nuestro amor. No. De hecho solo hay dos formas de hacerlo: en secreto o al descubierto. Pero la segunda opción no nos conviene mucho. Como cualquier otra persona, he escuchado infinidad de historias de amor, de cuentos de hadas. Con, o sin un felices para sisiempre. Y la nuestra tiene las palabras "No hay un final feliz." escrito con letras enormes y elegantes al final del libro. Nuestra historia es como la de Romeo y Julieta, y por el momento la parte más complicada está siendo leída.

A esta altura, que no es mucha, debemos ser precavidos. Mi padre sabe quien es Agustin Bernasconi, y está dispuesto a mantenerme alejada de él a toda costa. Cada paso que demos, o cada visita que nos hagamos debe hacerse con completa precaución.

Bajar las escaleras en silencio no es una de mis mejores opciones. Mi casa es algo vieja, y cada tabla de madera produce un rechinido diferente, que hace que con cada paso mis pies creen una ruidosa y crujosa melodía.
Mi padre asomó la cabeza desde la sala, y observó atentamente la mochila que colgaba de mi hombro.

Papá: ¿Adónde crees que vas? -Se cruzó de brazos.-

Tú: Al colegio, como cualquier otra adolescente.

Di un par de pasos rápidos hacia la puerta, pero su mano la golpeó antes de que pudiera abrirla.

Papá: Tú no saldrás de aquí.

Tú: Toda la vida me rogaste que fuera una niña estudiosa, educada y responsable. Y ahora, ¿no quieres que vaya al colegio?

Papá: En esta ocasión te ruego que te quedes en casa, segura.

Tú: ¿Segura de qué, papá? ¿De mis amigos, de vivir como una adolescente normal? -Grité molesta.-

Papá: ¡No, Caroline! ¡Segura del hijo de un asesino!

Tú: ¿Cuanto tiempo más vas a creer en inventos? ¿Cuanto tiempo más vas a creer en la culpabilidad de Mike Bernasconi, quien es completamente inocente?

Papá: ¡Él me arrebató a tu madre!

Tú: ¡Él no lo hizo! ¡Yo creo en su inocencia!

Papá: ¡Bernasconi me arrebató a tu mamá, tengo miedo de que me separe de ti! -Se quedó en silencio un par de segundos.- Yo... Yo tengo miedo de que me quite lo único que me queda.

Era completamente real la tristeza que reflejaba su rostro. Era doloroso ver como sus ojos enrojecian por el agobio que le provocaba la situación.

Tú: Nadie me va a alejar. Siempre seré la niña pequeña que permanecerá a tu lado, papá.

Papá: No quiero que el hijo de Bernasconi te haga daño, no quiero perderte también. -Me enredó con ambos brazos.-

Tú : Y no lo hará, lo prometo. Yo me cuidaré de él, me alejaré de él.

Probablemente la mentira más grande que le he dicho a mi padre desde niña.

Papá : Promete que tendrás cuidado. -Retrocedió un par de pasos.-

Tú : Lo tendré.

Abrió la puerta con lentitud, permitiendome salir a gran velocidad ya cuando estaba completamente pareja.

Paso, tras paso el camino al colegio se vuelve más largo. Probablemente el día también lo será. Seis horas sin ver a una persona no es lapzo de tiempo más largo que he pasado. He permanecido doce horas sentada en una sala de espera mientras la mujer que me dio la vida se desvanece en una cama de hospital. Horribles imágenes que deben quedar borradas de mi mente, pero que no pueden. De todos modos, hoy no es uno de esos días en que los recuerdos de ese día me abruman. Hoy es uno de aquellos días en que la horrible mueca que normalmente cuelga de mi rostro se ha puesto patas arriba, obligando a las esquinas de mis labios a permanecer adheridas a la parte superior de mis mejillas.
Las enormes puertas de entrada están bien abiertas, y hay adolescentes entrando y saliendo a través de ellas. Dos semanas de vacaciones se acercan, y es mejor mantenerse alerta a que permanecer aquí repitiendo exámenes mientras el resto de la masa de estudiantes está en la playa.
Mi grupo de amigos está justo en medio del pasillo, como siempre obstruyendo el paso de la gente que si trata de llegar a tiempo a clases.