Después de unos momentos con reflexiones pasando por su cabeza, caminó por todo el pasillo para perder tiempo, al terminarlo y volver, Sanji ya no estaba en la cocina así que se sirvió agua, las manos le temblaban un poco así que un chorro cae en la barra, se sienta en la mesa tomando pequeños sorbos y con unas ojeras marcadas.
Había escuchado ese nombre antes pero no se acordaba, eso le atormentó mucho, la madre de los hijos Vinsmock era un TOTAL misterio para los jóvenes, hasta para ella misma, ¿Pero cómo? Sí ella era muy sabia e inteligente, sabía muy bien de casi toda la historia de su familia, sabía de la mamá de su mamá, de el papá de Luffy, de la madre adoptiva de Nami, de los padres de Usopp, de el papá adoptivo de Franky de el padre adoptivo y la mamá adoptiva de Chopper, poco sabía de sus abuelos paternos, pero su papá era Zoro por lo que no se le hizo curioso que no se lo hayan mencionado. Pero hablaba de Sanji, su modesto tío que aunque no era su favorito tenía unos hijos tremendamente curiosos.
La mamá de Yui y Jackson, ¿A quién se le imaginó que no dejaran que los jóvenes supieran de ella? ¿Era alguien mala? Y si fue así ¿Qué hizo? No, no pudo ser mala sino, ¿Porqué parecía que a todos les dolía hablar sobre ella? Kan pensó y pensó antes de darse cuenta que bebía de un vaso vacío, miró a este y después se talló los ojos, decidió volver con sus padres, caminó cuidadosamente por las escaleras hasta llegar al segundo piso y girar hacía la derecha, el onceavo cuarto y el último cuarto del pasillo derecho era suyo.
Abrió la puerta con cuidado, sus papás estaban durmiendo abrazados con Zoro rodeando a Robin por la cintura, ambos lucían tan tranquilos, se dirigió a el baño y abrió otra puerta para llegar a su habitación, se echó en la cama y cerró los ojos lentamente y suspiró.
-¡Kanon -gritó Zoro, era de mañana y la joven arrugó la frente pues la luz le molestó, se acomodó por debajo de su almohada y pidió en su mente dormir más. -¡Kan! -volvió a gritar, decidió hacerse la bella durmiente.
-¡Roronoa Kanon! -gritó esta vez Robin, la joven saltó de la cama y salió corriendo por el pasillo, al llegar a las escaleras bajó un poco para poder ver a todos comer.
-¿Qué pasa mamá? -preguntó tallandose los ojos, no quería bajar en esas condiciones porqué si lo hacía probablemente su cara terminaría en su plato.
-Luces tan cansada, ¿Te desvelaste? -preguntó Robin agachando la cabeza para poder ver a su hija lo mejor que pudo.
Kan miró a los hermanos Vinsmock y después a Sanji cocinando, hizo una mueca y bostezó. -Mamá deja me baño y después vengo.-dijo caminando para arriba mientras se rascaba la barriga.
Al llegar a la ducha reflexionó sobre hace unas horas en la cocina, estaba decidida a saber que pasó con la mamá de sus amigos, pero no podía hablar sobre ella enfrente de Sanji y sus hijos, pero siempre estaban ahí, las únicas veces donde se encontraban todos juntos eran las veces donde comían y ahí los Vinsmock estaban forzosamente, término de ducharse y eligió un vestido blanco con fresas en la parte de abajo, ¿Dónde podía hablar con ellos? ¡Pero claro! Haría entrevistas a todos por separado, la chica sonrió y bajó las escaleras, se sentó en la barra ya que en la mesa Luffy había roto unas cuantas sillas quitándole el asiento a Kan, miró delante y veía la espalda de Sanji, él... tan curioso, tan intrigante, tan modesto, Kan necesitaba respuestas rápidas pero tenía que ser paciente, el hombre maldijo en voz baja.
-Por un demonio ¡Luffy no tires la comida en el fregadero! -gruñó arremangandose las mangas de la camiseta rosada que llevaba. -¡Tendré que destaparlo!
-¡Yo no fui! -dijo este tratando de hablar lo más prudente posible pues tenía la comida en la boca.
Sanji hizo ruidos raros y bajos, pues tenía a Kat atrás de él y podía escucharlo maldecir, y digamos que no le gustaba la idea de sonar como el "tío malhumorado que dice maldiciones", al querer meter las manos a la sucia agua se detuvo mirando su dedo anular.