Esto es un cáliz disfruten
Imaginen esto, un día soleado con varias nubes, pronostico de lluvia a cántaros asegurado por la navegante de pelo naranja. Nada era mejor que un descanso después de el arco de la familia oculta de nuestra protagonista, Minori "Rossette" Akane, "princesa" de el reino de Starsea.
Había sido un gran giro, y nuestra azabache aún tenía que procesarlo todo. Supo que no lograría sentirse cómoda si seguía encerrada en el cuarto, necesitaba ver la luz del día y sentir el viento. Mayoría de los integrantes de la banda estaban en la ciudad, pensaba que la dejaron sola, así que con toda confianza de este pensamiento se desvistió sin cerrar la puerta de el cuarto de chicas y se puso un traje de baño blanco de rayas aqua, iba nadar, sí o sí. Al diablo con su fruta -irónico- Iba a colocar un salvavidas cerca del barco e intentaría saltar en medio de este. Al terminar de hacer esto subió de nuevo a la cubierta y se hizo una coleta, miraba las olas mientras se sentaba en la barda.—¡Oh! ¡Akane-chwan! —dijo Sanji mientras salía de la cocina y contempló con deseo -y lujuria vaya- el cuerpo de su novia. —¡Que hermosa te ves! —dijo sonrojado y una notable hemorragia nasal salir. Akane no era tan sexy como Robin o tan provocadora como Nami, no, no. Esas damas son diosas, a veces nuestra protagonista se sentía rebajada y hasta fea a causa de ellas pero el cocinero no la bajaba de perfección y una diosa en carne y hueso. A pesar de eso, como decía, no estaba para nada fea, tenía busto, tenía caderas, tenía piernas y tenía cara, pero sobre todo tenía una sonrisa y actitud.
—¿Sanji-kun? —preguntó Akane. —Pensé que todos estaban afuera. —dijo mientras se ponía una mano en la cadera, ella aún no estaba consciente de lo que hacía pero Sanji ya estaba demasiado asombrado.
—N-no, solo estamos tú y yo en el barco. . . —dijo tan emocionado y feliz de poder verla así, hacía demasiado que no la veía por completo.
—Ah. —fue lo único que dijo pues ya había logrado entender las reacciones del rubio, le pareció normal, después de todo era un hombre. —Solo voy a nadar un poco. —dijo y se sentó en la barda de nuevo. La expresión enamorada de Sanji cambió al escuchar esto.
—Pero Akane-chwan, —se encaminó hacia esta con expresión confundida y de perro regañado. —usted no sabe nadar, me corrijo, usted no puede nadar tienes una fruta del diablo. —dijo Sanji mientras se ponía las manos en los bolsillos de su saco.
Akane lo tomó de las mejillas y lo dirigió a ver qué había junto al barco. —Mira, es un salvavidas. Voy a saltar en el o por lo menos junto a este por lo que estaré bien, está junto a la costa y lo peor que pueda pasar es que la corriente esté fuerte y me lleve hasta más profundo, eso es lo peor. —dijo mientras aún seguía tomándolo de las mejillas. Lo miró y le pareció lo más tierno del mundo ver cómo se apachurraba su cara con esos cachetes tan grandes y bonitos. —Te ves tan lindo~. —dijo para después darle un beso de pico con sus manos aún en su rostro. Cuando lo soltó, el cocinero se encontraba rojo de la vergüenza.
—¿Qué hice para merecerte? —dijo y tomó a Akane de la mejilla acariciándola. Akane sonrió pero después volvió a mirar el mar.
—Está bien, aquí voy. —dijo y se paró en la borda. Suspiró y se lanzó al mar, pudo sentir como sus pies tocaron la arena, se sintió aliviada pero entonces una ola llegó y la empujó hacia más al arrecife, vino otra ola y la arrastró hasta más profundo, era como si estuviera esperando para volverse loco, Akane se maldijo en su mente por hacer esa estupidez pero bueno, al menos ya no estaba preocupada por lo que sucedió. Sanji observó como Akane tenía problemas.
—Ah mierda, ya sabia que iba a pasar esto. —dijo y se quitó su saco lo más rápido que pudo para lanzarse al mar, buscó a Akane en la costa cerca pero no estaba ahí, se fue hasta un poco más profundo y la vio hundiéndose, esta tenía cara de aburrimiento total mientras pensaba "Bien hecho Akane, el premio para la pirata más estupida es para ti" vio a Sanji y esta se sintió salvada pero también avergonzada.