El llanto se hacía presente a medida que el tiempo pasaba. Quería salir corriendo de ese lugar. Me pongo en pie, salgo sin avisar.
-¡Jessica!-escucho la voz alta y segura de Fernando-
Lo miro venir a hacia mí. Sus brazos me rodean la cintura.
-Fernando, si tienes que dejarme hazlo de una buena vez-digo llorando-
-Jessica....
-No quiero atarte a esto.-continuo, Dios para mí era imposible soltarlo. Pero tenía que hacerlo.
-No me iré.
Sus palabras fueron claras.
-¿Qué?
-¡Mierda Jessica, no puedo abandonarte!
-No lo hagas....
-No me iré a un lado, te elijo a ti y elijo todo lo que tenga que ver contigo.
-Pero creí...
-Yo también creí no ser el adecuado para esto, pero resulta que si estoy cien por ciento seguro de ser un buen esposo y padre de familia.
-Fernando...
El me cayó y comenzó a besarme. Sus labios y todo su cuerpo me reclamaban como suyo.
-No permitiré que nadie vuelva a humillarte, ahora ven tenemos una cita a la que asistir.-respondió tomándome de la mano con seguridad.
-Aquí está el latido
Un sonido fuerte y rápido se escucha en la oficina. Fernando estaba fascinado con lo que escuchaba y observaba en la pantalla.
-¿Quieren saber el sexo?-nos preguntó el doctor.
Ambos asistimos. No se tardó mucho encontrando lo que buscaba.
-Serán dos hermosas niñas, ve este pequeño orificio aquí-responde señalando con pequeñas flechas los pequeños orificios vaginales de mis bebes.-por ahora usted está en el mes 4 y sus niñas miden 10.cm y pesan 70 gramos, ese es el peso y las medidas normales de un embrión a ese mes, si todo va bien la próxima semana tendrán que pasar de 100 a 105 gramos y llegue a medir 11.6cm.
Mis ojos observaron a mi europeo charlar con el Doctor sobre mi salud la de mis niñas y las posibles complicaciones. Podía ver su interés por que todo saliera bien. Bajo la mirada sonrojada "Esto es todo lo que quise"
Nueva York, la cuidad que nunca duerme tan viva y enérgica. Al salir de la cita mi europeo y yo fuimos al cine a ver una película en blanco y negro. Creo que lo más interesante de la película eran las palomitas deseosas y saladas. Luego pasamos por Brooklyn para que Fernando recogiera las ganancias del mes. Patricia observo mi vientre. Ambas éramos mujeres, sabía que en su mente calculaba el tiempo que andaba con Fernando y el tiempo que podría tener de embarazo. Tomo el brazo de mi Europeo, estaba asustada no quería que ella descubriera que los niños no eran suyos.
-Debo decir felicidades ¿No?
Fernando la observa y sonríe.
-Gracias...
-Lo tenías muy escondido verdad picaron-ella volvía a observarme-
-Quería que fuera sorpresa...
Ella seguía observándome con cara de pocos amigos. Le gustaba, pero yo había robado su corazón. Fernando tomo mi mano y la beso.
Mientras me duchaba mi europeo preparaba la cena. ¡Caray! Había olvidado por completo el baby shower y lo más importante la habitación completa de mis bebes. Mientras secaba mi cabello con una toalla, Fernando besaba mi cuello.
-Cariño ¿Cuándo podemos comenzar el cuarto de las niñas?
-Cuando quieras, es más puedo mudarme aquí contigo.
-¿Enserio? Pero tú casa...
-Puedo seguir con ella y volverla casa de vacaciones para nuestra familia.
Sonrió, oficialmente mi europeo se mudaría a mi casa. Luego que cenamos ambos fuimos a mi habitación, allí saque toda la ropa de bebe que había comprado durante estos cuatro meses. Fernando observa asombrado.
-Tienes aquí todo un centro comercial para bebes.-se ríe-
-Soy una mujer preparada-comienzo separar la ropa por categorías. Separe la ropa de niña de la de niño la cual metí en una caja para llevarla al ejército de salvación. Fernando limpio la pequeña habitación, mientras terminaba de acomodar la ropa de varón en la sala sentí una pequeña presión cerca de mis costillas, toco de una manera suave y sutil mi vientre
-Ahora tengo que pensar en sus nombres, mami no ha tenido tiempo de escoger
Respiro ondo, no obtengo respuesta de mis niñas. No tenía nombres de niñas solo tenía nombre para varones, hubieran sido llamados Lucas y Mateo. Había desarrollado un pequeño vínculo sensorial con mis criaturas.
-Son las princesas de mama, nunca dejaría que algo malo les pasara. Es un milagro que mi vientre pueda con dos vidas, es una locura pero me alegra saber que puedo con esto.
En respuesta ciento una presión en mi abdomen, tocó aquella parte. Quizás estaba loca pero juraba haber sentido diez pequeños dedos, estirando con suavidad mi vientre hacia afuera. "¿Nacerán bien? ¿El líquido amniótico no las ahoga? ¿El cordón umbilical está bien?" -Sonreí, mi madre tenía razón. Pero entonces volví a preguntarme-:" ¿Qué clase de madre seré yo? ¿Sería estricta o liberal?"
La tarde llego y con ella un frio escandalizador. La nieve llegaría más temprano de lo pronosticado. Encendí la calefacción, Fernando había terminado de limpiar y se duchaba. Cocinaba la cena: pasta junto con albóndigas.
-Jessica!-me grita-
-¿Qué sucede?- pregunto confundida-
-Ven...
Apago la estufa camino hasta el baño y lo veo completamente desnudo. Todo un "Adonis" no puedo evitar observarlo boquiabierta.
-¿Qué sucede?
Sonriendo salió y me tomo del brazo metiéndome a la ducha con él.
-Fernando ¿Qué haces?-sonrió-
-Ducharme con Jessica-besa mi cuello- quiero tomarte en mis brazos aquí y ahora-añade-
-Déjame desvestirme
-Es mejor cuando yo lo hago ¿no crees?
Sus manos bajaron mi pantalón,
-Mierda acabas...
-Si Srta. Robert acabo de romper tu camisa-respondió con rudeza-
-Sus atrevimientos me fascinan Sr. De la Sierra.
En respuesta me torno de frente y beso mis labios mientras una vez más se hundía dentro de mí.
La comida me había quedado deliciosa, observo la ventana y entonces ocurre. La primera nevada, suave pero inminente.
-Está nevando...-digo nostálgica-
-¿Estas bien?
-Sí, es solo que estas fiestas serán diferentes, estoy agradecida por tener tenerte. Todos los anos organizaban una cena en la que asistían personas desconocidas. Esta será diferente solo seremos tu y yo.
Él sonríe.
-Después de salir del trabajo tendré que comprar un árbol artificial.
-Yo lo comprare, no quiero que cargues con eso por toda la ciudad.
-Tomare un taxi, tontito
-Jessica, estas embarazada no lo olvides-me regana-
-No me trates como si estuviera impedida-formo una mueca-
-Estoy protegiéndote
-Termínate la comida- aunque el tenía razón, yo era una mujer que no podía quedarme quieta. Tenía que cuidarme pero tampoco quería ser la carga de nadie. Una patada me aviso que mis pensamientos ya no eran míos del todo.
"Está bien, seguiré su consejo"-sobo mi vientre mientras ese pensamiento es enviado a mi vientre-
Estaba acurrucada en el pecho de Fernando con mi vientre hacia arriba.
-¿Has pensado en nombres para las niñas?
-Bueno. Si ¿Qué te parece Aurora y Matilda?
¿Matilda? ¿Enserio? Estaba demente si creía que le pondría ese horrible nombre a mi hija.
-Aurora me gusta mucho
-¿Y Matilda?
-Vomitare si vuelves a mencionarlo.- suelta una carcajada-
-¿Tú has pensado en nombres?-pregunta-
-Bueno no, pero siempre he querido llamar a mi hija Isabel.
-Tengo el nombre perfecto-declara-
-¿Ah sí?
-Aurora e Isabel De la Sierra Robert.
Se escuchaban perfectos. Siempre pensé que los gemelos idénticos tenían personalidades diferentes, no creía esa mierda de vestirlos iguales y esas cosas. Los nombres diferentes eran perfectos y llevaban un toque español en ellos. Mis parpados me parecieron pesados....
Despierto gracias al dolor de espalda. A mi lado Fernando había sido suplantado por una nota:
"Fui a Trabajar, no me esperes hasta la noche" te quiero –Fernando
Dejo la nota a un lado y me pongo en pie, camino hasta la ventana. Nueva York estaba cubierto por un espeso manto de nieve. Tenía una reunión en mi oficina a la cual nadie quería darme explicación. Por mi cabeza paso la palabra "Despido" fugazmente. Me visto con ropa de invierno. Mi cabello estaba mucho más largo que hace cuatro meses y todo mi nuevo crecimiento color cenizo estaba en todo su apogeo. Mi color natural nunca me había gustado y lo primero que hice al llegar a la cuidad fue teñirme el cabello de rubio.
Definitivamente el invierno había llegado a Nueva York, una helada ráfaga de viento roso mi cara cuando salí del taxi. En VOGUE la recepcionista asiática miro sorprendida mi vientre, podía notar que hacía mucho que no pisaba mi oficina.
-Buenos días, Lily
-Buenos días, Srta. Robert-le sonrió para al entrar al elevador. Mis pies pisaron el suelo de mi oficina al tiempo que todas las miradas de mis compañeros miraron mi vientre asombrados. La realidad era que eran pocas las personas de mi trabajo que sabían sobre mi embarazo. En mi oficina estaba Hayle junto a la directora general de "VOGUE" la Sra. Marlene Sloan. "Estas jodida, prepárate Jessica estas despedidas"-me dije a mi misma-. Aquella mujer rondaba por los 40 años. Alta, piel oscura cabello castaño con pequeños destellos rubios y ojos grandes color canela. Tranquila tomo asiento en mi silla.
-Buenos días, Srta. Robert-el tono de Marlene era tranquilo-
-Buenos días
-Organice esta reunión, no para despedirte.
Suelto el aire de mis pulmones. Evidentemente no estaba despedida algo que me relajaba. Pero entonces ¿Para qué me han citado?
-Entonces...
-VOGUE está organizando una edición especial llamada "Embarazos de Primavera". Fuiste elegida como el número 5 entre las 50 más bellas embarazadas. Esta edición especial saldrá en Marzo, pero tengo entendido gracias a la Srta. Topson darás a luz para Abril, así que tendremos que hacer tu sección de fotos lo más pronto posible.
-Esto si es una sorpresa...-estaba asombrada-
-¿Aceptas?
-Claro que acepto-las palabras salieron atropelladas de mi boca, sonrió-
Marlene estrecho mi mano satisfecha.
-Recuerda, 29 de diciembre a las 12 del mediodía. La Srta. Topson te llevara a donde será tu sección.
Asiento, ella vuelve a sonreírme y se va. Hayle se queda conmigo sonriente.
-Saldrás en la portada de VOGUE.
-Pensé por un momento que estaba despedida.
-¡Claro que no, tonta!
-Bueno Hayle, tengo que mandar algunos correos y comenzar el artículo navideño.
-De eso quería hablarte.
-¿Qué sucede?
-Como saldrás en la portada de VOGUE no tendrás que hacer los artículos de este mes ni el próximo. El salario te será acumulado en las fotos. Además si no me equivoco tu aguinaldo navideño llega en 24 horas.
-Tienes todo muy bien pensado, Hayle
-Soy tu jefa, que esperabas.-sonríe en tono burlón- también quiero que sepas que luego del nacimiento de tus niñas, dejare VOGUE.-añade-
-¡¿Qué, pero estas de broma!?
-Me iré junto a tu hermano, queremos viajar por todo el mundo. No renunciare, sabes que amo mi trabajo pero me hace falta un buen cambio y tu hermano lo es.
Me sorprendía escucharla hablar así, sabía lo comprometida que era Hayle con su trabajo pero estaba contenta que quisiera un descanso. La abrazo, cálidamente
-Ve y patea el mundo, te lo mereces
-Eres la mejor
-Lo sé-respondo sonriente-
-¿Quieres ir de compras?
-Claro, tengo que hacer la lista para el baby shower
-Perfecto, entonces déjame
Al llegar al apartamento mis ojos se encontraron con un árbol de navidad montado y una pequeña nota adherida a él.
"¿Lo decoraremos juntos?"
Sonrió. Christopher siempre provocaba este tipo de felicidad. Al tomar asiento en la sala observo mi lista de regalos, era demasiado larga. No sabía que un bebe usaba un bulto para cargarlo. Me sentía inexperta, era primeriza y para colmo un embarazo gemelar.
Le tenía terror al parto, las mujeres que me rodeaban decían "imagínate dar a luz una calabaza". El dolor seria indescriptible. Tenía la opción de la cesaría pero mi parte masoquista quería dar a luz de manera vaginal. Vuelvo a mirar mi lista de regalos. Estaba tranquila porque Hayle se encargaría de toda la fiesta, invitados, comida, local en fin todo estaba en manos de mi mejor amiga. Mis pensamientos tomaron otro rumbo: la decoración del cuarto de mis hijas. Quería algo natural, ni animales, ni insectos y el rosa no podía aparecer. En mis pensamientos rondaban los girasoles como una buena elección.
Mientras preparo la cena, deje que el pollo hirviera y camine a la sala a ver como la nieve caía. Cuando la nieve se adelantaba solo significaba una cosa: una tormenta invernal se acercaba. Los brazos de Fernando rodean mi ancha cintura sorprendiéndome.
-¿Cómo están las tres mujeres de mi vida?
Beso sus labios en respuesta.
-El árbol es hermoso, gracias.
-Pensé en ti en cuanto lo compre
-Eres el mejor-sobo su cabello-
-Lo sé-toma mi mano y comienza a caminar-
-¿Qué sucede?
-Vamos a ducharnos-su sonrisa era traviesa-
-Eres todo un seductor...
Una risa seductora se oyó en la sala haciéndome caer derretida.
La noche buena estaba a la vuelta de la esquina y Nueva York había adquirido aquel toque navideño que amaba. Las personas corrían desesperadas comprando regalos para la navidad, la tormenta invernal había arropado la cuidad dejando a 7 muertos por hipotermia. También había dejado aquel frio excesivo que me hacía desear estar con mi papa en Miami. Mi vientre aumentaba junto a mis pechos y piernas. Fernando había decidido que pasaría la noche buena junto a mí, en cuando a la habitación de mis niñas ya estaba lista los enceres eran color roble y el tema eran los hirasoles.Hayle ya había enviado las invitaciones de la fiesta su decoración consistía en un pequeño biberón amarrillo rodeado de un hermoso lazo blanco, aunque opinaba que era demasiado temprano para enviarlas sabía que era necesario ya que en la cuidad se celebraban fiestas todos los días. Se necesitaba saber cuánta comida, bebida se necesitaba ordenar. Según ella la fiesta comenzaba a tomar forma.
Fernando observaba como ponía un adorno que su madre le había enviado desde Barcelona, una pequeña pascua roja. La Sra. De la Sierra estaba deseosa por conocerme, ella no sabía que estaba embarazada y peor aún no sabía que su hijo no era el padre biológico.
Fernando tomaba una copa de vino mientras me observa. En la radio sonaba "Everything" de la banda "Lifehouse". Aunque la canción era un poco vieja seguía provocándome tranquilidad y calma. Mi europeo se puso en pie dejo la copa en el suelo y tomo mi brazo.
-¿Qué haces?
-Quiero bailar esta canción contigo...
Sonrió, una de sus manos baja a mi cintura mientras que las mías rodean su cuello. Al ser una canción suave bailamos un improvisado vals.
-Nunca pensé en volver a sentir esto...
-Yo tampoco Fernando eres todo un cambio.
-"Eres todo lo que quiero" "eres todo lo que necesito, eres todo"- Fernando recitaba frases de la canción en mi oído.
-"Quiero sentirte" "necesito sentirte"-respondo-
-Jessica, te amo.
Hacía mucho que no escuchaba decir esa gran palabra salir de los labios de un hombre. Las lágrimas caían con lentitud. No comprendía como este hombre me amaba. Yo también lo amaba, a veces creemos que tendremos solo un gran amor pero no es cierto, siempre hay una segunda oportunidad. Ame a Ethan pero nunca igual que con Fernando el cual me hacía sentir segura.
-Te amo, Fernando-respondo sonriendo
-No pienso abandonarte ten eso siempre presente.
Asiento recostando mi cara contra su pecho mientras la música sigue su curso...
La mañana de navidad era una tibia cuando abrí mis ojos. Fernando no estaba en la cama en cambio había una nota junto con una gran camiseta de lana color roja.
"Feliz Navidad, vístete y encuéntrate conmigo en Central Park no llegues tarde" -Fernando
Luego que me duche mi vestimenta consistió en una camisa ajustada color perla y encima me visto con la camisa que me regalo, jeans negros y botas de invierno. Deje mi cabello suelto para así alisarlo. Desayune una ensalada de frutas, mientras comía observo que debajo de árbol habían más regalos. No quise investigar, quería ver el de Fernando primero...
Fernando estaba parado junto a un carruaje color plata. Vestía como todo un príncipe británico, ropa elegante negra junto con un pequeño lazo que cubría su cuello. Sus ojos me encontraron mientras caminaba nerviosa y sonrojada hacia él.
-Hola, Hermosa-dice besando mi frente-
-Eres sorprendente...
-Adoro ver tu cara de asombro, vamos sube-me ordena-
Subo el primer escalón cuando mi mano sostiene la suya con firmeza. Al tomar asiento observo el blanco parque. Él toma asiento a mi lado y me pega a su pecho.
-¿Te gusta la sorpresa?
-Es el mejor, pero... ¿Cómo sabes que nunca he montado un carruaje?
-tu hermano es fácil sonsacarle información con varias copas de vino tinto...-responde en tono bromista-
-Así que Stan fue el soplón, le daré las gracias.
-Quiero obsequiarte algo mas-saco un pequeño estuche de su bolcillo. A mi mente la palabra "Matrimonio" resonó al instante. Quería casarme con pero no en el estado en el que estaba, no sabía si era vanidad o simplemente tradición pero no quería usar un vestido blanco mientras estuviera embarazada.
-No es un anillo de compromiso.-respondió como si hubiera leído mi pensamiento-
-Y entonces ¿qué es?
Lo abrió y del saco un pequeño collar con una estrella en medio
-Es hermoso...gracias...-suspiro aliviada-
-Mira lo que dice en la parte de atrás
Le hago caso, mis ojos se topan con una estrofa de la canción que habíamos bailado la noche anterior estaba escrita en letras cursivas.
"Eres el lugar en el que encuentro paz"
En respuesta lo beso, había sido el mejor regalo de navidad que había recibido. Después de haber paseado en ese hermoso carruaje caminamos hasta la cafetería en donde nos habíamos conocido por primera vez. Allí mientras desayunábamos el me hacía chistes bobos mientras yo hacía muecas con la comida. Ya en mi apartamento me arrodillo en el árbol.
-Ese es de parte de Hayle-responde mientras tocaba la caja rectangular. Al abrirla me encuentro con dos pequeñas camisas rosadas. Era obvio esa ropita era para mis bebes, mi obsequio como tal era una pulsera marca "Pandora". Dejo a un lado su regalo, busco mi regalo para Fernando quien me observo extrañado cuando se lo di.
-¿Creíste que no te daría un regalo?
Mi regalo para el consistía en una bufanda roja junto a una camiseta de botones color gris.
-Es hermoso, gracias.
Sonrió satisfecha de haber acertado en mi regalo y entonces tomo en mis manos una pequeña caja cuadrada. Era de parte de mama, su regalo se trataba de un pequeño instrumento de plástico.
"Tu primer aparato de sonido espero que mis nietas lo disfruten"
-Besos, mama
Mama había logrado hacerme llorar de felicidad.
Llegaría tarde a la cita si no me vestía pronto. Fernando dormía desnudo como todo un bebe. Habíamos tenido relaciones la noche anterior, en resumidas cuentas nuestro sueño lo tomamos tarde.
-Fernando, tenemos la cita de hoy
Fernando abrió los ojos asombrado, se puso en pie y me llevo del brazo hasta la ducha. Afuera la nieve caía con lentitud, mientras desayunábamos cereal la contestadora sonó dejando un mensaje.
-"Hola Jess, recuerda hoy a las 12:30 en VOGUE para las fotos, besos"-la voz de Hayle se escuchaba tranquila-
-¡Mierda! Las fotos, lo había olvidado por completo
-¿Qué fotos?
-Fue escogida como una de las embarazadas más bellas de VOGUE, en resumen saldré en la portada la revista en marzo.
-Felicidades, pero primero debemos asistir a la cita.
-Lo sé.
Tomo mi pastilla prenatal, agarro mi cartera junto a mis llaves.
Voy 15 minutos retrasada, el tráfico era uno enloquecedor, se acercaba cada vez más el año nuevo y los neoyorquinos incluyendo turistas llegaban a los lugares más prestigiosos de la cuidad solo para pasar las fiestas, provocando que la cuidad se viera más abarrotada de lo que era. Al llegar al consultorio, la secretaria me dice:
-Debes tomar asiento, estos 20 minutos retrasada.
Había llegado 20 minutos tarde a mi cita, llegaría tarde a la sección de fotos, estaba furiosa. La mano fuerte de Fernando apretó la mía.
-Todo saldrá bien, debes calmarte.
Lo ignoro observando el reloj....
ESTÁS LEYENDO
VENUS
RandomJessica lo tiene todo. Una carrera exitosa y un matrimonio en camino. Todo esto se ve destruido por un embarazo imprevisto, ahora Jessica está sin su matrimonio. Embarazada y sola con su profesión. Fernando De la Sierra es un magnate de restaurantes...