¡Llegas una hora tarde!-la voz furiosa de Hayle entro por mis oídos en el momento que pise mi oficina.
-Lo siento, estaba en la cita
-¿Cómo te fue?
-Todo salió normal, gracias a Dios.
-Pues vámonos, tienes una sección de fotos a la que asistir.
Salimos a toda prisa del piso de edición y llegamos al famoso cuarto de ropa en VOGUE. Toda mujer fuera o no de Nueva York mataría por vestir ropa de VOGUE. El piso estaba lleno de diseñadores, maquillistas y modelos corriendo por todo el lugar. Camine con cuidado hasta una pequeña habitación la cual tenía marcado mi nombre en la puerta "Jessica Robert". Sonrió sorprendida, me sentía como toda una estrella de cine, tenía mi propio cuarto y con mi nombre en la puerta.
Dentro de la habitación estaba la ropa marcada por ocasión. Sería la embarazada elegante, todo mi guardarropa estaba repleto de vestidos con todo tipo de colores y marcas de diseñador.
-Regreso en cinco minutos y cuando lo haga espero verte vestida con aquella bata puesta-señalo la gran bata que estaba colgada de la puerta.
Me quito la ropa y envuelvo mi cuerpo en la bata tal como Hayle me había ordenado. Cuando regreso, detrás de ella había dos mujeres vestidas de negro. Las dos eran de estatura baja la primera era pelirroja y tenía amarrado su cabello en una mal hecha coleta de caballo su piel era pálida y en su cara tenia pequeñas pecas. La otra era de piel oscura y tenía su cabello color castaño oscuro, ondulado.
-Ella es Kelly, tú maquillista-dijo Hayle presentando a la pelinegra quien me sonríe con amabilidad-
-Y ella es Nicole, tu estilista-continuo señalando a la pelirroja-
Les dedico una sonrisa amable a ambas.
-Bueno amiga te dejo en buenas manos, nos vemos en 15 minutos en el estudio
Primero comenzó Kelly quien amarro mi cabello y dejando mi cara al descubierto comenzando así a maquillarme. Tonos suaves con un labial rojo, hicieron de mi maquillaje uno de gala. La chica era realmente talentosa.
-Hermoso
-Gracias, Srta. Robert casi nadie elogia mi trabajo.
-Porque son ciegos y estúpidos. Eres una excelente maquillista
Nicole entro en acción con mi cabello. Lo aliso hasta dejarlo como el de una japonesa para luego tomarlo y recogerlo en una perfecta dona.
-Gracias
-Por nada, cariño-respondió ella con tranquilidad-
El vestido era corto hasta las rodillas color rojo, de cuello alto por lo que cubría por completo mi pecho y a la vez moldeaba mi figura de embarazada. Lo zapatos eran altos color crema, gracias a esto me di cuenta que posaría sentada. Mientras Nicole me ponía unos pendientes Kelly continuaba retocando el maquillaje de mis ojos.
El estudio estaba decorado con un pequeño camino artificial que simulaba parte de Central Park detrás había una gran pantalla verde "chillón", si observabas esa pared por mucho tiempo quedabas mareada. El fotógrafo un hombre que rondaba por los 35 años, piel pálida, ojos castaños, cabello color miel amarado en una coleta de caballo me ordeno sentarme en la silla primaveral que había al lado izquierdo del camino.
-Siéntete cómoda
Como iba a estar cómoda en un lugar en el que habían tantas personas observándome.
-Tratare-respondo sonrojada-
-Leo tu columna mensualmente es costumbre en mi vida diaria, pienso que tienes una mente bendecida Jessica.
-Gracias es bueno saberlo-respondo sonriente al tiempo que un rayo nublo mi vista por un momento.
-La cámara te ama-observa la foto-
Vuelvo a sonrojarme, estuve posando de diferentes formas durante quince minutos. Luego proseguimos al siguiente vestido esta vez era largo y color morado mi recogido esta vez fue suplantado por muchas ondas que hacían que mi cara se viera redonda. Luego de eso fueron exactamente dos horas de cambio de vestuario, peinado y maquillaje. Al terminar la sección de fotos estaba cansada, quería largarme a casa y dormir todo el día.
Le pedí a Hayle que incluyera a Kelly y a Nicole en la lista de invitados para el baby shower. Mi siesta tendría que esperar porque tenía que comprarme la ropa que usaría en la fiesta de año nuevo que había organizado Fernando y su hermano mayor. Stan y Hayle serían mis invitados.
-Creo que esto de la cena no es buena idea
-¿Por qué? Fernando, él es tu hermano.
-Mi hermano como lo llamas es demasiado estricto, lleno de modales arrogancia y reglas.
-¿Crees que no puedo lidiar con personas como tu hermano?
-No quiero que te ofenda porque entonces perderé la cabeza.
A veces Fernando podía ser muy intenso no sabía si preocuparme o sentirme segura por eso.
-¿Por qué no hablamos del tema en la casa te parece?
-Está bien, recuerda partimos esta noche a la cabaña. Te amo
-Yo también-cuelgo el celular y lo dejo caer en mi cartera-
Tenía anos de lidiar con personas arrogantes como el hermano de Fernando. Muchas mujeres de clase alta quienes leían VOGUE odiaban mi visión con respecto a la moda. En un mundo así las personas arrogantes se podían encontrar como las hormigas en un hormiguero. Un ejemplo de esto era mi profesora de publicidad, su filosofía consistía en ser egoísta hasta la muerte.
Salgo de la oficina con tranquilidad y cuando las puertas del elevador se abren me encuentro con mi hermano.
-¿Qué haces aquí?-me abraza-
-Trabajo aquí, Stan ¿Qué haces tú aquí?
-Mi novia trabaja aquí.
-¿Quieres que te lleve a su oficina?
-No cariño, ya sé dónde queda su oficina.-sonríe burlón-
-Tonto
Las puertas del elevador se cierran separándonos y bajándome al primer piso. La chica asiática me sonríe con amabilidad.
-Que tenga linda tarde Srta. Robert
-Lo mismo digo y feliz anos nuevo
La cuidad estaba en movimiento, como todos los días. En el centro de Time Square los técnicos montaban la tradicional esfera que bajaría junto al conteo regresivo para recibir el año nuevo. Abajo se montaba la gran tarima en la cual se presentarían cantantes que en ese momento estaban de moda. Todos los pronósticos apuntaban a que sería un fin de semana sin nieve. Una noche perfecta para despedir el año. Turistas espectadores, prensa, artistas y neoyorquinos estarían presentes esa gran noche. Yo estaría junto a mi europeo, Stan Hayle y mi cuñado. En mi apartamento me esperaba Fernando sentado en el sofá junto con una copa de vino.
-¿Cómo te fue?
-La sección de fotos quedo hermosa espérala en marzo.-me quito los zapatos y me siento en sus muslos el rodea sus brazos en mi cintura. Beso sus labios.
-¿A qué hora partimos?
-En media hora
Me levanto asombrada y lo tomo del brazo.
-Pues espero tu ayuda para hacer mis maletas.
El hermano de mi europeo era mucho más alto que él. Cabello castaño con pequeños rayos blancos dándome a entender que rondaba fácilmente por los cuarenta o cincuenta años de edad, tez olivácea, ojos oscuros los cuales me observaron con cautela y un poco de desagrado. Fernando tenía razón este hombre trasmitía arrogancia.
-Gabriel De la Sierra-dijo besando mi mano-
-Jessica Robert-conteste sorprendida por tanta formalidad. Era como si el 1950 regresara a la moda, una época en el que los hombres eran caballerosos como machistas. Los ojos de Gabriel bajaron a mi vientre y luego se posaron en su hermano.
-Ya era tiempo que sentaras cabeza hermanito, nunca pensé que fuera con una neoyorquina.-enfático la palabra neoyoquina con desprecio-
-Cor...
-Sí, Gabriel es sorprendente seré papa de dos hermosas niñas-me callo Fernando mirándome para que no dijera nada sobre el embarazo.
-¿Pero no están casados?
-No Gabriel queremos hacerlo cuando las niñas hayan nacido.
-Pero y que dirán en el ámbito cuando sepan que no están casados.
-Gabriel, no estamos en el siglo 19 madura.-la voz seca de mi europeo me asusto un poco.
Bajo la mirada y subo a mi habitación. Gabriel era un completo idiota. "como se atrevía a darme clases de moral, si estaba mal o no ese era mi problema. No quiero ni imaginar que pasaría si se enterara que mis hijas biológicamente no son de su hermano". Decido quitarme la ropa y ponerme un pantalón deportivo y una camisilla blanca. Recuesto mi cuerpo en aquella cómoda cama. A los dos minutos escuche un grito de furia proveniente de abajo.
-¡Como te atreves a hablarle así!
Salí del cuarto con cuidado de no hacer ruido para escuchar con más claridad.
-¡Es una cualquiera, Fernando quiere nuestro dinero!
-¡No permitiré otro insulto hacia ella!
-Mama tenía razón, Fransico y tu son la perdición de esta familia.
-¡Vete al carajo Gabriel!
-No me faltes el respeto
-¡¿Para qué estás aquí?!
-Por órdenes de mama
-¿Así que ahora eres el monigote de mama?
-Ella solo quería saber cómo estabas y confirmar el rumor que se corría por Madrid.
Me lleve la mano a la boca ahogando un grito atónita con lo que acaba de escuchar. "¿Rumores? ¿Madrid?" definitivamente mis suegros eran unos políticos muy importantes.
-¿De qué hablas?
-La prensa te ha pillado con esa zorra
Escuche un crujido seguido de un fuerte golpe en la pared.
-Por un demonio Gabriel, ella pronto será mi esposa y tienes que respetarla.
Mi corazón latía de forma rápida, si algo conocía de Fernando era su mal temperamento descontrolado, su rabia era cegadora. El mismo me había contado de las muchas terapias a las que asistió para controlar la ira. En ese momento escuche la voz de mi hermano.
-¡Fernando!, Hayle busca a Jessica
-Ella está bien, esto es solo entre mi hermano y yo.
-Así que este es tu hermano.
-Stan no tengo tiempo para presentaciones, busca a Jessica
Corro a mi habitación y cierro la puerta.
-¿Jessica?
-Estoy aquí
Mi hermano entra seguido de Hayle quien me abraza. Ambos tomaron asiento en la cama.
-¿Qué demonios sucede entre ellos dos?
-¿Fernando está bien?
-Sí, solo hay una figura rota y tenía a ese señor pegado de la pared.
-Ese es Gabriel De La Sierra, el hermano mayor
-¿Por qué discuten?
-No quiero hablar sobre eso... ¿Cómo están ustedes?-trato de cambiar el tema-
Stan observo a Hayle y luego me ella me miro a mi poniendo en mi mano la suya. Mis ojos captaron un anillo.
-¿Estas de broma verdad?-lleve mi mano a la boca impresionada-
-Para nada hermanita
-¿Pero cuando?
-Hace tres días, planeamos casarnos en Italia solo nosotros, nada de boda grande sabes lo escéptica que soy para esas cosas.
La abrazo. Aún seguía sorprendida pero feliz por ambos.
-Felicidades
-Gracias-respondió-
-Vamos los llevare a su cuarto.-digo poniéndome en pie-
Ellos asienten, salimos de mi habitación y continuamos hacia la habitación continua a la mía. Allí ayudo a Hayle a desempacar mientras Stan observa impresionado la habitación.
-Bienvenidos Chicos.-me viro de espalda para ver a Fernando quien nos sonreía como si nada hubiera pasado.
-Gracias por recibirnos.-dice Hayle-
-Es un placer, si me permiten puedo llevarme a Jessica.
-Claro-respondo yo al instante-
-Están en su casa-dice Fernando antes de abandonar junto a mí la habitación.
En nuestra habitación el tomo asiento poniendo sus manos en la cabeza. Estaba molesto podía notarlo.
-¿Escuchaste todo verdad?
-Si...-respondo temerosa por su reacción-
-Como sabes vengo de una familia de políticos ¿verdad?
-Sí, pero no sabían que eran tan conocidos en Madrid
-No quiero exponerte a esa vida.
-No tienes que hacerlo-respondo-
-Tienes razón, no tengo que hacerlo y por eso te doy la opción de acabar con esto ahora mismo.-la tristeza y la furia invadían su voz-
-¿De qué hablas Fernando?-mi corazón latía con rapidez, quería que lo abandonara por eso. Estaba equivocado yo lo amaba y su familia si era famosa o no me importaba una mierda. Me acerco y con mi mano levanto su barbilla.-
-Mírame Fernando De la Sierra, escucha con atención. Sí, estoy sorprendida sobre el status social de tu familia, también tengo miedo de conocerla. Pero es tu familia por lo que debo aceptarla aunque no me agraden. Te amo y no me iré a ninguna parte.
Fernando se levanta, me atrae a él y me abraza. Escucho sus pequeños sollozos al tiempo que sus lágrimas caen en mi hombro. Toco su cabello con suavidad mientras me abraza.
-Perdóname, Jessica.
-No hagas eso Fernando yo no tengo nada que perdonarte.
Seco sus lágrimas y lo beso.
-Mis padres vendrán.
-¿Qué?
-Quieren verte y si no tendremos que viajar a Madrid. Vuelvo y te repito no quiero tenerte bajo su tutela quiero que te sientas segura, es mejor que ellos vengan.
-¿Cuándo vendrán?
-No tengo ni idea pero te avisare.
¡Carajo! Ahora si estaba jodida. No tenía la valentía de mirar a sus padres a la cara. Sonrió sin decir una palabra mientras Fernando vuelve a abrazarme.
La noche era una fría. La cabaña había adquirido un ambiente acogedor, la sala estaba muy bien decorada para la ocasión. La chimenea estaba encendida y los bocadillos se encontraban en la mesa del comedor. Mi ropa consistía en una camisa gris de mangas largas con cuello en forma de "V", jeans azul oscuras y tacones no muy altos negros. Mi cabello lo solté en ondas para que enmarcara mi rostro y adquiriera volumen. En mi cuello llevaba el collar que Fernando me había regalado. El vestía una camisa con botones color azul con el cuello abierto la cual estaba cubierta por un Jackes en cuero negro, jeans y unas pequeñas botas negras. Tenía su cabello peinado hacia el lado izquierdo y su sonrisa me tenía extasiada.
-Te ves hermosa
-Gracias.
-Ven aca-respondio besando mi cuello lo cual produjo cosquillas. Me rio a carcajadas cuando en ese momento entro a la sala Gabriel con la inexpresividad en su rostro seguidos de Stan y Hayle quien limpiaba su labio. Había complicidad y deseo en ambos.
El reloj marcaba las once avisándonos que el ano nuevo se aproximaba con rapidez. Habíamos ya cenado por lo que nos quedaba sentarnos a recibir el año nuevo. Fernando me tendió una corona que decía "FELIZ AÑO NUEVO" mientras él se ponía un sombrero de plástico con el mismo mensaje. Stan y yo caminamos a mi habitación para llamar a mama y papa. Pongo el teléfono en alta voz.
-Mis amores, Felicidades
-Felicidades, mamá-respondimos al unísono-
-Estoy muy agradecida y feliz han logrado tanto, son mi orgullo. Los amo muchísimo.
-¿Mama en donde estás?
-En casa de la tía Miranda
La tía miranda era más bien su mejor amiga. Ella era su segundo matrimonio después de mi padre.
-Envíale muchos besos de nuestra parte-respondí-
-Lo hare, espero que todo esté bien en Nueva York.
-Todo está bien aquí madre.-la voz de mi hermano era dulce-
-Bueno, tengo que colgar pero les llamare en la mañana los amo muchísimo.
-Adiós mama.-nos despedimos-
La llamada se cortó, llamamos con rapidez a papa
-Papa, ¿cómo estás?
-Estoy bien, en el apartamento junto a una copa de vino.
-Papa, te quiero mucho.
-Yo también te quiero mi princesa, espero que tengas un excelente ano nuevo lleno de bendiciones y amor.
-Gracias papa, espero que tu igual, debería pasar un tiempo contigo
-Eres bienvenida cuando quieras-respondió con amabilidad en su voz-
-Te deseamos lo mejor-dijo Stan-
-Igual a ti hijo mio-respondio papa-
Al terminar de hablar con nuestros padres volvimos a la sala con nuestras propias personas especiales. Fernando me esperaba en el sofá, charlaba tranquilamente con Gabriel mientras Hayle veía el televisor esperando que Stan la salvara del aburrimiento. Agarro un plato lleno de bocadillos para mi solita, mis hijas no dejaban de moverse. Toco mi vientre mientras como mis bocadillos con comodidad.
-¿Qué comes?-Fernando ya estaba a mi lado mirándome con curiosidad, toma de mi plato uno de mis bocadillos-
-¡Oye! Ve por los tuyos-respondí bromeando-
-¿Para qué? Si los tengo aquí.-besa mi cuello-
Eso me ponía muy caliente. Una de las ventajas de ser una mujer embarazada y con pareja es el sexo enloquecedor. La mayoría de las veces cada vez que Fernando me acariciaba al día siguiente estábamos desnudos. Las hormonas alocadas eran el detonante de los mejores, largos e intensos orgasmos de mi vida. Tuve una compañera en la preparatoria que la visita de la cigüeña le llego a los 17 años fue la bomba en el instituto lo que hoy en día era algo normal como comprar un bolso "Prada". Ella nos contaba las muchas noches en las que se encontraba caliente y sola. Ahora que lo pienso ella estaba jodida porque yo estaba teniendo unas noches fabulosas.
-Espera un momento eso lo guardamos para recibir el año nuevo.
Me acurruco en su pecho para mirar en el televisor como los neoyorquinos despedían el ano en Time Square. Cuando el reloj marco las 12 la gran esfera había bajado mientras las parejas comenzaron el tradicional ritual del primer beso del ano.
-¿Creo que deberíamos besarnos?-me dice Fernando-
-Creo que si-respondo poniendo mis manos en su cuello y juntando nuestros labios.-
El año pasado había despedido el ano en una cena de ejecutivos fue aburrido y llore mucho esa noche. Ahora estaba aquí feliz y tranquila pasándola junto a mis seres queridos. El hombre que estaba frente a mi representaba un futuro incierto y una vida llena de cambios. Este ano sería el de cambiar pañales, comprar biberones, escuchar dos llantos y sobre todo sería el comienzo de mi vida como madre. Luego del beso comenzaron los abrazos fraternales. Al llegar hasta Gabriel el solo hico una educada reverencia la cual respondí con lo mismo. Decidimos salir afuera para apreciar la gama de fuegos artificiales.
-Jessica...
Mis ojos lo encuentran en una esquina desabrochándose la camisa. Sus maneras de provocarme eran sorprendentes. Camino hasta él y agarro su camisa. Caminamos a nuestra habitación.
-Déjame eso a mí-respondo besando suavemente su pecho desnudo.
-Jessica...eres la mejor-responde el cuándo tomo su miembro erecto en mi mano.
-Lo sé-acaricio su miembro, bajo sus pantalones de un tirón y me pongo de rodillas con cuidado para luego liberar su miembro. Paso mi lengua por aquellos puntos estratégicos provocando que mi hombre gimiera de placer.
Él me pone en pie y de una sacudida me quita la camisa. Me acuesto en la cama, mi clítoris ansiaba ser atendido. Abro mis piernas y veo los ojos frenéticos de mi europeo mirarme con deseo. Su sonrisa era malévola y traviesa. Su lengua rodo con suavidad mi clítoris
-Oh...Dios...Fernando...-estos hormigueos eran maravillosos-
-Feliz cumpleaños, preciosa.-la voz seductora de mi europeo logro despertarme-
"15 de enero, Fabuloso" oficialmente era mi cumpleaños número 25. Beso a mi europeo. Camino hasta el baño junto a mi pesado vientre hasta el baño. Los dolores ya eran algo normal a esta hora de la mañana, además a estas alturas mis hijas se habían convertido en mi despertador todas las mañanas se movían con la intensión de levantarme. Me quito la pijama para luego mirar mi cuerpo. Mis curvas habían desaparecido y mis muslos habían aumentado en tamaño sin mencionar que mis pechos se habían vuelto duros. Creo que lo más sorprendente era lo estirado y grande que estaba mi vientre. Sabia en donde estaba localizada cada una de mis hijas, a mi lado izquierdo se encontraba Aurora, se movía mucho era la chica mala que no le daría miedo ser ella misma. Entonces a mi lado derecho teníamos a Isabel, todo lo contrario a Aurora Isabel era más tranquila y solo pateaba para avisarnos que estaba ahí sana y salva.
Fernando estaba nervioso, su expresión lo delataba.
-Fernando es solo mi cumpleaños.
-Vámonos
Asiento, la noche en Miami se extendía a nuestro paso. Nuestra visita a papa había sido cosa mía, además queríamos también huir de la tormenta invernal que se avecinaba. Fernando sostenía mi mano nervioso. "¿Qué demonios sucede?"-pensé- tenia puesto un vestido de seda color blanco mientras Fernando solo llevaba una camisa de botones crema y pantalones cortos negros, además andaba con sandalias. "¿a dónde diablos me llevara así vestido?"
-Tengo que cubrirte la vista.
-¿Para qué?
-Déjate llevar...
Mis nervios estaban a flor de piel.
-Esta...bien...-susurre en respuesta-
Me cubre los ojos con una cinta roja, luego me ayuda a bajar. Logro captar el olor a sal y el sonido de las olas. "¿Estamos en la playa?". Su mano me sostiene con firmeza.
-Te quitare los zapatos
Me detengo mientras él me quita los zapatos. Mis pies desnudos sintieron arena tibia, volvemos a detenernos esta vez el me quita la venda de los ojos. Observo un corazón hecho con velas encendidas en el medio había una cama llena de pétalos de rosa, mientras el mar rugía enloquecido y el cielo nos iluminaba con sus estrellas.
-Feliz Cumpleaños.
-Fernando que es...
-Jessica Robert, quiero que sepas que desde que me entrevistes quede fascinado por ti. Me enamoro tu coraje y compresión. Me enamoro la mujer que a pesar de todo estaba dispuesta a no estar conmigo solo por cuidar de sus hijas.
-Fernando...-mis ojos ya estaban llenos de lágrimas-
-Gracias a ti, comprendí que no estaba solo, me devolviste las ganas de enamorarme para toda la vida. Aquí frente al mar, las estrellas y la luna-se arrodillo y de su bolsillo saco un pequeño estuche, "oh Dios mío"- quiero pedirte que seas mi esposa.
No tuve que pensarlo dos veces, amaba a este hombre, quería pasar el resto de mi vida con él.
-Sí, Fernando De la Sierra acepto ser tu esposa.
ESTÁS LEYENDO
VENUS
RandomJessica lo tiene todo. Una carrera exitosa y un matrimonio en camino. Todo esto se ve destruido por un embarazo imprevisto, ahora Jessica está sin su matrimonio. Embarazada y sola con su profesión. Fernando De la Sierra es un magnate de restaurantes...