Capitulo 9 "Unos nacen y otros mueren por igual"

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Llegue al hospital preocupada y de la mano de Fernando. En sala de emergencias me dirigieron al sexto piso en donde era intensivo. Allí estaba mama junto a Stan. Hayle sobaba su espalda.
-¿Mama?
-Jessica, tu papa...
-¿Qué le paso a papa?-pregunte  mientras todo mi cuerpo comienza a temblar.
-Jessica, tranquila-la voz de Fernando sonaba preocupada-
-Tu padre tuvo un derrame cerebral
-¿Pero porque?
-Al parecer tu padre tenía un tumor ya regado en la mayor parte del cerebro. Tu padre lo sabía pero no quiso decir nada...
-No puede ser...
-¿Cuánto tiempo?-pregunta en voz baja Fernando-
-Puede que no sobreviva la noche.
-Estoy mareada...
Fernando me agarro con fuerza mientras me llevaba al asiento más cercano.
-Fernando, esto no puede estar pasando, el...estaba...bien...
-Jessica estas en estado de schok, necesito que pienses con la cabeza fría.
-No puedo...-las lágrimas no dejaban de caer-
-¡Mírame!-el desespero en su voz era evidente, él quería mi bienestar pero con todo lo que estaba pasando en esos momentos me era imposible. Mire sus ojos tomando el aire para mis pulmones con tranquilidad. Tratando de procesar toda la situación.
-¿Cómo sucedió esto?-pregunto Fernando-
-Después que Hayle nos explicó a donde habías ido el simplemente sonrió y al siguiente minuto ya estaba en el suelo.-respondió Stan-
-Quiero ver a papa
-Tu estas embarazada y el en intensivo.
-¿Y?
-Tu sistema inmune está comprometido-respondió mama-
Un doctor de mayor edad se acercó a mama mientras yo y Fernando nos posamos a su lado.
-El paciente abre los ojos y puede hablar con dificultad. Me pidió la visita de Jessica, Stan y usted. Solo puedo dejar que pase uno por uno decidan quien entrara primero para ordenar la vestimenta estéril que tienen que llevar.
-Entra tu primero mama.
-Stan tiene razón, ve tu primero.
Mientras esperábamos a mama, Stan tomo asiento al lado de Fernando.
-Regresaste.
-Regrese, para no dejarla jamás.
-Es bueno saberlo, ella necesita alguien fuerte que la sostenga en estos momentos.
Entonces todos los recuerdos, las miradas y sonrisas nostálgicas tomaron su propósito. Mi padre estaba despidiéndose a su manera de todos nosotros, solo era cuestión de tiempo para su muerte y el simplemente no quería que ninguno se preocupara.
-En la fiesta él se despidió de mí...
-¿Qué?
-Él lo sabía...
-Jessica, calma.
Lo ignoro y entonces mi madre salió hecha un mar de lágrimas. Stan la abrazaba mientras yo me limitaba a mirar el pecho de Fernando sin poder creer lo que sucedía.
-Sigo yo-dije-
-Ambos.-corrigió mi hermano-
El doctor simplemente se limitó a que lo siguiéramos, nos vestimos con una serie de vestimentas estériles las cuales consistían en: bata, guantes, sombrero de platico y mascarilla. Me sentía extraña, en el momento en que cruzamos las puertas de la habitación mis ojos vieron a mi padre acostado con una serie de máquinas. Con lágrimas en los ojos me pose al lado derecho de la cama mientras Stan se posaba al lado izquierdo.
-¿papa?
Mi padre abrió los ojos mirándonos a ambos. Su mirada nos sonrió mientras que débilmente señalo con su mano el saco que llevaba puesto en la fiesta. Mi hermano camino hasta él y saco una carta.
-¿Quieres que la lea?-pregunto Stan-
El asiente.
"Sé que en estos momentos estas furiosos conmigo, la muerte es a veces extrañamente rápida. Debo darles un digno y honesto adiós. La vida es un mar de momentos los cuales viví sin arrepentirme de cada uno de ellos. Le doy muchas a gracias a la vida por haberme puesto a Diana en el camino y a Dios por haberme dado la dicha de ser su padre. Quiero que entiendan las razones de mi silencio, Jessica no podía permitir quitarte la dicha de disfrutar tu embarazo por cuidarme y Stan no permitiría que dejaras de viajar el mundo como siempre me decías desde tus 5 años de edad. El motivo de esta carta no es para lamentos si no para dejarles saber que quiero ser cremado y mis cenizas sean esparcidas el día de mi nacimiento. Stan quiero que seas fuerte para tu madre, demuéstrale que puede contar contigo para lo que sea, sobre la Srta. Topson no tengo nada en contra al contrario creo que debes estar con ella es diferente a ti en todos los sentidos pero pueden complementarse. Jessica, siento no haber sido el padre tradicional que hubieses deseado. Quiero que luches, por mis nietas y les pidas perdón por haberme ido tan rápido. Siempre supe que tenías algo de tu madre y es ese auto seguridad en sí misma que las caracteriza a ambas. Vivan la vida de una forma sana, saludable y única. Recuerden eso siempre
Con amor                                                                            -papa

Mi hermano sostuvo la carta, sus ojos estaban llenos de lágrimas. Papa levanto la mano para que la sostuviera. Mientras Stan sostuvo la otra.
-Eres mi héroe papa.
-No cambiaria ningún momento que pasaste junto a nosotros, anda puedes irte a donde la eternidad si existe.-las palabras de Stan provocaron mi inevitable llanto.
Mientras ambos vimos como la vida escapaba de sus ojos, seguido del sonido de sus vitales quienes avisaban que no había vida alguna...


El funeral había sido rápido, yo no había asistido. Mi hermano decidió quedarse con las cenizas, emocionalmente no estaba preparada para ver el cuerpo de mi padre reducido en un mar de cenizas. Fernando estaba furioso por la propuesta de Ethan al mandarme dinero.
-Yo puedo mantener a las niñas, no necesitas el dinero de ese cabron.
-Fernando, él también es parte de esto no puedo negarme.
-No quiero volver a tocar este tema.
-Está bien como digas Sr. De la Sierra-respondo en tono burlón.
Decidí tornar un poco más interesante esta conversación. Tome su cara y deje que mis labios se fundieran en los suyos.
-Jessica, recuerda lo recetado por el médico, nada de sexo, solo caminar y reposar hasta que las niñas decidan salir.

Abrí los ojos al darme cuenta que Fernando no estaba. Tome una ducha rápida y luego me vestí con ropa deportiva. Mientras caminaba por la cuidad me daba cuenta de cómo había cambiado mi vida en 8 meses. Mi celular sonó.
-¿Hola?
-¿Jessica, donde estás?-Fernando sonaba preocupado-
-Estoy caminando.
-No regreses tarde, arregle todo en el trabajo para estar junto a ti en cuanto el momento suceda.
-Está bien no regresare tarde.
Cuelgo y entonces algo extraño sucedió. Solo logre sentir un par de piernas chocar mi vientre. Volví a sobarlo y me tope de nuevo con el hecho de que eran solo dos piernas las que pateaban. Mis ojos se abren como platos "¿Dónde están las piernas de mi otra niña?". Mis piernas comenzaron a fallar mientras todo me dio vueltas.
-¿Se encuentra bien?-un señor de mediana edad se acercó a mí-
-No...tome...marque el número de mi marido...Fernando dígale que llegue al hospital.-tendí mi celular el cual agarro con rapidez-
Camino hasta la calle pidiendo un taxi a gritos, me sentía impotente y desesperada. El hombre que había llamado a mi marido había logrado conseguirme un taxi.
-Su esposo, va en camino le pide calma.-dice el mientras tome asiento en el taxi-
-Gracias...
-Bobby
-Gracias, Bobby te lo agradeceré siempre.

En la sala de emergencias, sentí el inevitable aviso del rompimiento de fuente. Me sentía mareada, los brazos de Fernando fueron rápidos al sostenerme.
-Te tengo, preciosa.
-Fernando, no la siento...
La enfermera me sentó en una silla de ruedas mientras la desesperación poseía mi cuerpo con rapidez a tal punto que apreté el brazo de la enfermera con fuerza.
-No siento a na de mis hijas, acabo de romper fuente así que ábrame las piernas y dígame que cuando tengo que pujar.
-Necesitamos practicarle un sonograma.
-Pero, está loca esta mujer. ¡Joder!
-Jessica, mírame a mi.-la voz de Fernando sonaba ansiosa pero en sus ojos había tranquilidad, en ese momento me hubiera gustado tener esa tranquilidad pero no podía. Era desesperante. El doctor se incorpora junto a nosotros, sorprendida miro como nos llevan a un cuarto privado el cual parecía más una habitación de hotel que la de un hospital.
-Pague para tener un parto privado.-la respuesta de Fernando contesto mi sorpresiva mirada-
Mi prometido me cargo depositándome en la cama con suavidad. Las enfermeras automáticamente comienzan a desvestirme, mientras el doctor prepara el material. Ya vestida estaba acostada en la cama el dolor, era uno indescriptible, parecía como si recibiera 20 puñetazos al mismo tiempo en esa área. Una de las enfermeras introdujo su mano y dijo unos números que no comprendí. El doctor utilizo su estetoscopio para después meter la mano y dictar un número más sin yo saber de qué se trataba.
-¿Una cesaría de emergencia?
-¡Que pasa!
-Tenemos que practicarle una cesaría de emergencia los pulso de bebe dos son débiles, el cordón umbilical debe estar enredado en su cuello. Mientras más tiempo perdamos menos posibilidad tenemos de salvarla.
-Haga lo que sea Doctor
-En el ultrasonido practicado se puede ver que solo una está en posición para salir por lo que tenemos que sacarla ahora.-sentí como su mano entraba en mi tocando algo duro-
-Bebe numero 1 está asomándose con rapidez, Jessica necesito que pujes con fuerza.
-¿Pero y que pasa con la otra niña?
-Nuestra prioridad en estos momentos es sacar a bebe número 1 para que no quede ahorcada en el canal vaginal. Confié en mí y puje.
Apreté la mano de Fernando con fuerza quien besa mi frente.
-Lo harás bien.
-¡Ahora Jessica, puje!-bravo el doctor-
El dolor era completamente fuera de este mundo, era como si me rompieran 15 huesos a la misma vez. El grado de dolor iba en aumento mientras el doctor pedía a las enfermeras que estuvieran listas. Entonces el dolor ceso y fue suplantado por un llanto que provoco un salto en mi corazón. Mis ojos vieron un pequeño ser cubierto de sangre, Fernando soltó mi mano para cortar el cordón umbilical. Luego perdí de vista a mi bebe.
-¿A dónde se la llevan?
-Ella está bien, ahora nos enfocaremos en bebe dos, tenemos una hora para realizar la operación. El doctor hace un pequeño amarre que no sentí, luego entre dos enfermeras limpian mi área vaginal.
-Fernando, ¿Cómo está?
Mi europeo, lloraba feliz.
-Es hermosa
-Te amo.
-Jessica Robert no me equivoque en elegirte como compañera de vida.
El doctor inyecto una aguija que adormeció mi cuerpo desde mi abdomen hacia abajo. Fui tapada con una pequeña pared de papel mientras Fernando tuvo que vestir con batas de operaciones, se trataba de un proceso que según el doctor tenía que ser lo más estéril posible.
El tiempo pasaba con lentitud, mientras mis ojos veían como las enfermeras corrían de lado a lado. Hasta que entonces observe a una de ellas con otro ser cubierto de sangre, pero este ser a diferencia del primero no lloraba y el color de su piel era violeta. El doctor siguió a la enfermera.
-¿Qué le hacen? ¿Por qué no llora?
-Fernando me ignora y camina hacia las enfermeras.
-¡Dime!
-le practican CPR
Lo que indicaba que mi hija numero dos no respiraba. Mis ojos se llenan de lágrimas hasta que de la nada escucho el llanto de mi segundo bebe. Pude sentirme tranquila después de saber que mis hijas estaban, sanas a salvo y vivas. Quería verlas y abrazarlas. Definitivamente no me encontraba en Kansas, esto era mi paraíso personal...



Pronto comencé a incorporarme, lo sabía porque podía sentir la mano de Fernando agarrándome. La voz de Fernando se escuchaba desesperada.
-¿Cuándo despertara?
-Ya casi señor, espere a que se reincorpore.
Respire con tranquilidad mientras muevo un poco mis piernas y deliberadamente apreté la mano de Fernando.
-¿Jessica?-las manos de Fernando sobaron mi mejilla-
Abrí los ojos encontrándome los oscuros ojos de mi europeo.
-Regresaste...
-A donde crees que iría. Tonto.
Él sonríe besando mis labios con suavidad.
-¿Y mis hijas?
Al lado de la enfermera se encontraban dos cunas.
-Se parecen mucho a ti.-la voz de Fernando sonaba orgulloso-
-¿Puedo cargarlas?
-Claro que puede.-dijeron la enfermera y Fernando a la vez-
Fernando tomo a la primera la cual estaba cubierta por una manta azul. Sorprendida observe como mis brazos se ponían en posición perfecta para cargarla. Al tomarla en brazos, mire como la pequeña niña abría los ojos con rapidez. Las lágrimas llenaron mis ojos, la sensación era hermosa hubiera jurado que ella me estaba mirando. Sus ojos eran grandes y saltarines de un color azul cielo sorprendente.
-Ella es Aurora...-bese su brazo con ternura-
-¿Cómo lo sabes?-pregunto Fernando curioso-
-No sé cómo explicarlo es algo que solo yo se...
-Ella fue la que usted dio a luz de manera vaginal.-añadió la enfermera-
-¿Con que fuiste tú eh?-le digo con amor en mi voz-
-¿y Isabel?-añadí-
Fernando tomo a Aurora con cuidado para luego tenderme a Isabel. Quien se limitó a sonreírme acurrucándose más a mí.
-Esta es definitivamente Isabel-respondo besando su frente-
-Ahora si seremos una familia.-dice Fernando quien sostenía a Aurora con orgullo-
-Fernando, siempre tuya.
-Siempre mia-respondio el besando mis labios-
El destino a veces podía ser chistoso. Mi verdadera felicidad comenzó en ese pequeño pero hermoso instante...

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