{4 DE JULIO}
El pelo completamente blanco de Fiona (salvo por un mechón castaño oscuro que le enmarcaba el rostro por el lado derecho) brillaba, aún cuando esa noche era completamente oscura, sin luna.
— ¿Si me ahogo, me salvarás? — le grité, haciendo bocina con las manos. Cada vez se alejaba más a nado.
— No lo sé, Víctor. No puedo cuidarte todo el tiempo. Si no quieres bañarte, no te bañes.
Sumergió la cabeza y buceó varios metros hasta volver a aparecer en la superficie. Fiona tenía un carácter complicado. Estaba constantemente hastiada, pero nunca confiaba en mí para contarme qué era lo que la amargaba. Entré en el agua sin esperar a que ella me lo pidiera, y nadé hasta alcanzarla. Cuando la abracé, noté cómo se destensaba un poco.
— Vamos a pasarlo bien, ¿vale?
Sentí cómo asentía entre mis brazos.
«Esta era mi última oportunidad.»
Me sobresalté.
— ¿Has dicho algo? — le pregunté.
— ¿Mm? No, nada.
— Me parecía haberte oído murmurar algo sobre una... ¿oportunidad?.
— Qué va. Oye, empiezo a tener frío. ¿Me traes mi ropa?
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Cuando, después de vestirme, me encaminé con la ropa de Fiona de vuelta al lago, vi su cuerpo flotando inerte en la superficie. El vestido se me cayó al agua.
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Cuando pasan cosas malas
Terror❝ Tres historias cortas para soñar con cosas feas ❞ - estado : completado 🪴 - editado el: 26 abr '20