Anónimo

Flor de Amapola

―Sabes que lo eres todo para mí ―le digo a la persona que está frente a mí―. No tienes nada que esconder. ―Él lo piensa durante unos segundos, luego asiente lentamente.

Me abraza. Sonrío al sentir sus cálidos brazos alrededor mío y cierro los ojos. Estar junto a él es como nadar en el agua más pura del más largo río, mientras la corriente se lleva todo lo malo consigo.

No soy la típica persona que se deja llevar por los estereotipos de lo que es atractivo y lo que no. Podría decir que mi perspectiva es distinta a la de los demás. Aunque sé que siempre, no importa cómo sean las cosas, se tiene el riesgo de terminar perdiendo algo. A veces algo insignificante; a veces algo muy preciado.

No somos como el resto de la gente, tenemos un secreto que nadie puede conocer. La luna llena nos transforma, nos hace salvajes y nos envicia a aullarle en la oscuridad.

Sueño con estar siempre a su lado, incluso estando despierta. He tenido fantasías en las que parece moverse en cámara lenta mientras se acerca a mí, sin ropa. Él es especial, y a pesar de sus raíces, demuestra que incluso entre las hierbas pueden crecer hermosas flores.

Me gusta ver la fragilidad de la gente, ya sea liberada o reprimida; es bonito apreciar los sentimientos de los otros.

Él toca mi mano, siento la necesidad de decirle que lo quiero. Las palabras están estancadas en mi mente pero mi garganta no las articula. El viento sopla, pareciera que habla en mi lugar. No puedo mentir estando en este estado tan emocional. Desobedezco mis propias reglas:

―Te quiero ―suelto al fin, susurrando junto a su oído.

***************

Debo aclarar que esto fue una transcripción que hice como tarea para mi clase de lectura. Transcribí la letra de Flor de Amapola de Mon Laferte de una canción a un cuento muy pequeño.