Sueño o realidad. 2da parte.

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Capítulo 3

Sueño o realidad. 2da parte.

"A veces me creo un sueño dentro de otro sueño y me confundo en cuál de los dos soy real..." Orlando Faias

—Buenos días, Bella.

—Para mí no son nada buenos, me quiero ir a mi casa.

—¿Estás segura? Yo te noto realmente excitada, tus ojos brillan de lujuria y estás jadeante.

—Edward, por favor, ¿qué significa todo esto? ¿Cómo me puedes tener retenida aquí contra mi voluntad? ¿Y a esas chicas? —cuestioné señalando las jaulas a mi alrededor.

—Ellas quieren estar aquí, es su decisión y el día que deseen marcharse, lo harán, romperemos el Contrato y no las retendré.

—Quizás tengas razón, pero no es lo que yo deseo. Déjame ir, por favor.

—Si abro tu puerta ¿Te comportarás?

—Sólo necesito ir al baño y luego marcharme a mi casa, esto no está bien —recordé lo que me había dicho Bree "Te aconsejo que te quedes lo más sumisa que puedas, no desearas ganarte un castigo o que nuestro Amo se moleste" ¡Joder!

Así que sin pensarlo me arrodillé, imitando la posición que había visto en ellas. Escuché como Edward habría mi puerta y se acercaba a mí, pero ahora lo único que podía ver eran sus pies desnudos.

¡Santo Cristo, hasta los pies los tenia hermosos este hombre!

«Céntrate, Bella» me reprendí.

—Te agradezco el respeto, en verdad lo aprecio, pero no estás en la obligación de postrarte, ya que no eres mi sumisa, por lo menos por ahora. —Tomó mis manos haciendo que me incorporara. —Ahora irás a asearte, desayunarás con nosotros y podrás preguntar todo lo que desees saber. —Me abrazó, pegándome a su firme torso desnudo, sentí mis pezones endurecer—. Te pido disculpas, Bella, no quiero dañarte, deseo que quieras estar aquí por tu propia voluntad. Entiendo que hice mal, pero te quedaste dormida y no podía dejarte sola en esa habitación, te veías muy apetecible y tentadora para tu propio bien —susurró en mi oído y yo me sentí terriblemente excitada, por su abrazo y su forma sugerente de hablarme.

¡Estaba totalmente perdida!

«¿Sería que Bree tenía razón? ¿y había una sumisa esperando a ser liberada dentro de mí?»

—Edward, yo estoy muy confundida —susurré contra su pecho.

—Todo va a estar bien, ya verás, pero primero quiero hacer algo para que bajes esta tensión sexual que te está consumiendo ¿Te parece? —Continuaba susurrando en mi oído mientras acariciaba mi espalda, consolándome, alejando mi preocupación—. Voy a vendarte los ojos, no te asustes, solo quiero que te relajes. Necesito que te concentres y disfrutes.

Sueño de una SumisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora