la mansión

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Eran las 12 de la noche, me encontraba solo ,a las afueras de algún olvidado pueblo que ni en el mapa aparecía. todas las casas se veían desgastadas, como si no se les hubiera dado mantenimiento en un par de siglos, las calles sucias, el aire se sentía pesado, metálico. La única luz era la de un farol lejano, todo lo demás estaba en total oscuridad. El frío era intenso, como lamentaba no traer mi chamarra, las manos me temblaban y los dientes me castañeaban, estaba desesperado por conseguir donde pasar la noche protegido del inclemente clima, lo que parecía una misión imposible en ese lugar. En ese momento recordé a mi madre diciéndome "si alguna vez te pierdes en la noche, busca el resplandor de una luz, ella te guiara a un lugar seguro" decidí seguir aquel consejo , continué caminando en dirección al farol. A cada paso sentía mas pesados los pies como si fueran de plomo, pero no podía rendirme, tenia que conseguir donde pasar la noche y algo caliente que cenar para poder continuar mi camino al día siguiente.
Por algún extraño motivo tenia la sensación de que alguien o algo me seguía, lo cual era irónico ya que (como mencione antes) el pueblo parecía un pueblo fantasma de película de terror, sin embargo sentía escalofríos. No faltaba mucho para llegar al farol cuando divise algo a lo lejos, era una casa o mejor dicho una mansión y lo mejor era que en el tercer piso se veía una débil luz encendida. Me alegro tanto verla que acelere el paso hacia el preciado refugio.
Al llegar a la reja, me acerqué a una pequeña puerta, al interior se veían las siluetas de arboles arbustos y maleza muy descuidados, nuevamente la sensación de ser el protagonista de una película de terror me invadió. Intente apartar ese pensamiento de mi mente, esa mansión era la única opción que tenia. Me arme de valor y empuje la puerta un rechinido hizo que se me enchinara la piel.
Una vereda realmente tétrica era la única opción para llegar a la puerta principal, deje abierta la puertita, por aquello de que tuviera que salir corriendo perseguido por un zombie o algo parecido, conforme avanzaba por la vereda confirmaba que algo me observaba, pero por mas que me esforzaba no lograba ver mas allá de un metro, a pesar de haber luna llena todo estaba obscuro por que las nubes la ocultaban, mi único contacto con el exterior era la infinidad de ruidos, ladridos lejanos, un búho Ululando, grillos, de pronto, un aullido erizo mi piel, acelere el paso tropezando con algunos objetos que no lograba distinguir, Al final del camino, frente a el porche, había tres viejos escalones de madera apolillada todos chuecos y flojos, que rechinaban al sentirse vencidos por mi peso, lo que me provocaba severos escalofríos. Al centro de la puerta principal había una pequeña aldaba sin color definido con varias telarañas. Con temor a que alguna araña aun estuviera allí, Acerque la mano para tocar y una milesia de segundo antes de lograrlo, podría jurar haber visto que la aldaba tomaba la forma de una cabeza de murciélago, brinque hacia atrás, pero al volver a mirar la aldaba era solo eso, una aldaba como cualquier otra, nada de murcielago. Fue tan repentino que di por supuesto que era mi traicionera mente haciendo de las suyas.

Nuevamente acerque mi mano a la puerta. Toqué. El eco del interior de la casa, parecía decirme « huye , escapa de aqui, peligro,PELIGRO ». Los segundos que pasaron despues me parecieron una eternidad, por fin en el interior de la casa se escucharon unos débiles pasos acercándose a la puerta. El tintinear de las llaves al abrír la cerradura hacia que mi corazón latiera con una fuerza increíble, casi como si se me fuera a salir del pecho, por fin la puerta comenzó a abrirse, rechinando escalofriante mente, la luz bailarina de una vela se abrió paso entre la ranura creciente que dejaba la puerta al abrirse, cuando llego a la mitad de su camino, mis ojos se saltaron, mi corazón estaba a punto de explotar, el aire me faltaba, quede paralizado al ver.........


La maldición de CunninghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora