la melodía

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Nada.

No había nada. Mire a todos lados en busca de alguien o algo que estuviera cerca, pero me encontraba solo. Tenía una inmensas ganas de echarme a correr, alejarme de ese pueblo para siempre y no volver nunca más, sin embargo mis piernas no me respondían y una fuerza sobrenatural me empujaba al interior del recinto sin que yo pudiera evitarlo, como si fuera un iman gigante atrayendome hacia si. En pocos segundos me encontré en el interior de la casa, ni siquiera me había dado cuenta de cuánto tiempo había pasado. Oí el golpe de la puerta al cerrarse con gran fuerza, estaba atrapado. Mi cuerpo seguía sin responder así que comencé a respirar hondo y poco a poco me fui tranquilizando, hasta que al fin logre respirar moderadamente y mis neuronas volvieron a trabajar haciendo que comenzara a reaccionar cada partícula de mi cuerpo, que estaba helado y tembloroso.

Cuando logré controlar mis nervios percibí una triste melodía que provenía de algún lugar cercano. Cuando distinguí mejor la tonada un escalofrío recorrió mi cuerpo, sin darme cuenta comenzé a seguir el sonido y conforme me acercaba a su origen se volvía cada vez más fuerte.'' El efecto Doppler'' pensé, lo que por cierto fue una tontería ya que ¿Quién rayos piensa en un tema de física en una situación como esta? Sin embargo no pude evitar recordar cuando el maestro nos dio ese tema y por un segundo me olvide de lo que pasaba, lamentablemente no duro más y pronto volví a la realidad.


La maldición de CunninghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora