Capítulo 4.

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Wally había ido todos los días a ver a Dick, desde el momento en que se entero de lo que éste sentía; sin embargo, Dick no se dignaba a abrir la puerta.
El pelirrojo finalmente opto por esperar al fin de semana, siendo el mejor amigo de Dick sabia bien que éste no pasaba los fines de semana en casa... sino en la mansión de su padre.
Así que el sábado por la mañana se dirigió a la mansión Wayne. Toco la puerta y Alfred le recibió, después de un cálido saludo e invitarle a beber algo, le dijo que Dick se encontraba en su habitación y tenia total libertad de pasar.
Wally —que ya se sabia el camino a la habitación de memoria— se encamino allá.
Al llegar toco la puerta, pero no hubo respuesta. Toco una vez más, y otra... estaba harto de ser evadido. Abrió la puerta de una sola, molesto, y comprendió por que Dick no había abierto.
En la gran cama, al centro de la espaciosa habitación color azul rey, el joven pelinegro se encontraba plácidamente dormido. Tenía una media sonrisa en el rostro, y se aferraba fuerte a un oso de peluche entre sus brazos. Wally no pudo evitar sonreír ante esa imagen... parecía tan pequeño... tal y como el día en que le regalo ese oso.

~FlashBack~

Era una tarde tranquila, el sol comenzaba a ocultarse dejando a Gotham más oscura y terrorífica de lo que era normalmente. Sin embargo, en cierta parte la luz era más fuerte que nunca. La feria, a las salidas de la ciudad, relucía llena de gritos, risas y luces de todos colores.
Dos chicos caminaban por ésta, entre la multitud. Wally comía de un algodón de azúcar, tan grande como su rostro; Dick solamente se dedicaba a chupetear una paleta.
—bien, ¿Ahora a cual? —el pelinegro de no mas de 14 años buscaba con la mirada un juego al que no hubieran subido aun.
En las últimas dos horas había obligado a Wally a subir a los juegos más altos y extremos, el pobre pelirrojo ya se encontraba mareado, rogó por que Dick no encontrara otro juego más.
—¿Que tal ese? —continuo el menor luego de unos minutos, apuntando a la casa del terror.
Wally, que a sus 16 años seguía siendo mas llorón que un niño de 3 (en cuanto de miedo se trababa), miro el juego con terror.
—D-Dick... ¿Que tal si vamos primero a... —miro a todos lados desesperado, con la esperanza de encontrar algo que se viera lo suficientemente entretenido como para que el pelinegro desistiera de su alocada idea por el momento.— eso de allá? —dijo apuntando finalmente a los juegos de tiro.
Dick sonrió —por supuesto —y como si se tratara de un niño corrió al lugar.
Wally, como era de imaginarse, no tardo en alcanzarle «cof cof, súper velocidad, cof cof».
Pidieron dos tiros y cada uno comenzó a disparar, primero Dick. El juego era simple, consistía en tomar un arma de postas y disparar a las múltiples figuras, con solo 3 postas.
El chico que atendía el lugar parecía desinteresado. La posta de Dick golpeo la primer figura, pero esta no se cayó. Creyendo que fue solo un error, atino a la segunda, pero ésta también se mantuvo en pie.
—¡Eh! Ya he golpeado dos y ninguna cae.
El chico del puesto apenas y los miro —lastima chico, pero usa ya tu última posta. No tengo todo tu tiempo, hay mas personas esperando.
Dick fruncio el ceño; pero, ¿Que le quedaba hacer? Así que sin otra opción disparo la ultima posta... y le dio, pero de nuevo no cayó.
—ahg, ¡que injusto!
Wally parecía bastante molesto, era injusto, sí. Echo un vistazo al chico del lugar, estaba sumido en su celular. Sonrió un poco y miro a Dick, para luego guiñarle el ojo y correr a súper velocidad dentro del lugar, dejándose ver solo un rayo rojo (del color de su playera).
Tumbo 3 de las figuras con los dedos y luego regreso a su lugar en un segundo. Tomo su arma y apunto hacia el chico, le disparo una posta en la frente.
—ahg —se quejo éste al fin levantando la vista del movil.
—ups, falle. —rió burlón el pelirrojo.— ahora quiero mi premio.
El tipo parecía sorprendido, pero sin refutar le dio a elegir uno de los premios.
Wally acabo por elegir un lindo osito de peluche, que tenia el aspecto del típico oso Tedy de todo niño.
Al tomarlo se lo ofreció a Dick al instante, éste se sonrojo a más no poder, pero lo acepto sin mucha pelea.
Unos minutos más tarde, ambos se encontraban en la rueda de la fortuna. El algodón de azúcar de Wally se había terminado, y la paleta de Dick también. Ambos estaban tranquilos, mirando abajo. Dick abrazaba con fuerza su nuevo peluche cuando rompió el silencio.
—gracias por este gran día.
El pelirrojo le sonrió con cariño —gracias a ti.
Y se quedaron mirándose a los ojos por un largo rato, el ambiente comenzaba a ponerse tenso, pero por alguna razón no apartaban la mirada. La rueda los dejo arriba unos momentos para bajar algunas personas.
—Dick. —dijo Wally, apenas en un susurro, acercándose más y más.
Dick se mantenía quieto, completamente —¿S-sí Wally?
La mirada del pelirrojo viajaba de los ojos a los labios de su compañero con impaciencia. Acerco la mano a su mejilla, sintiendo su corazón latir muy rápido, cerro los ojos y... el juego dio una pequeña sacudida, indicando que volvía a moverse. Algunos gritaron o rieron, y Wally cayo en cuenta de lo que hacía. Se alejo con rapidez, volviendo a sentarse correctamente en su lugar. Las mejillas del menor se tiñeron de rojo y miro abajo apenado.

~Fin del FlashBack~

Wally se dio un facepalm interno, ¿Es que siempre había lastimado a Dick de esa manera?¿Era tan idiota como para no notarlo hasta ahora? Sí, así era. Para ser el chico más rápido del mundo eso había sido bastante lento.
Dick murmuro cosas dormido, imposibles de entender, pero graciosas.
El pelirrojo se sintió demasiado mal, las cosas iban muy mal.
Miro a Dick unos segundos más, ¿Debía despertarlo? No, seguro que no, sabia exactamente lo que debía hacer.
Salió de la casa a toda prisa, rumbo a otra morada conocida.
~
La chica estaba desconcertada cuando Wally se lo dijo, lloro un poco incluso (pero no la culpen, varios años de relación no se superan fácil), pero finalmente lo acepto; con una pequeña sonrisa, Linda se despidió del chico que le había hecho tan feliz los últimos años.
Wally era un hombre soltero, ya estaba hecho. Estaba seguro de lo que hizo, pero... ¿Con que intención?¿Acaso pensaría en salir con Dick? No, para nada, debía estar loco. Justo ahora no estaba seguro de nada, pero se sentía libre.
Pensó por un momento en volver a la mansión, pero ya no tenía razón alguna para hacerlo.

Hola hola~
Capítulo un poco largo, ¿Eh? :D me inspire, espero les guste.
Comentarios, consejos y amenazas de muerte acá abajo por favor :3. También su voto me ayuda mucho.
Gracias por leerme~

Una Vida Sin Ti (Birdflash).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora