Epílogo

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Querido Draco:

Tres días después de tu liberación, enfermaste. No podías respirar, estabas ahogándote con tu propia respiración... fue horrible.

Te llevamos al hospital. Narcissa se apareció contigo y Lucius me llevó en automóvil para allá. Tres días después, me pediste que nos casaran "In extremis" y accedí. Treinta minutos más tarde, te declararon muerto.

Scorpius tiene 6 años y es el orgullo de todos. A Veces me pregunto, ¿cómo hubiese sido la vida si Bellatrix no te hubiese maldecido? Creo que todos estaríamos felices, incluyéndote.

Ese día, que la maquina pitó tu último latido, juro que quise morir... pero...

— Hermione— llamó una voz tras la muchacha... Ella escribía en el escritorio y miró a la puerta. Draco tomaba a una pequeña en su brazo; un rubia pequeñita de tres años de cabello lizo y ojos azules quien sonreía—, Scorpius y Arya quieren mostrarte algo— dijo a tiempo que el niño de 6 años aparecía al lado de la pierna de su padre. Rubio de cabello completamente alborotado y ojos grises.

— ¿Me darían unos minutos? Estoy terminando algo.

— Pero apúrate mamá, o te quedarás sin sorpresa— dijo el pequeño Scorpius. Hermione sonrió y asintió—, te esperamos en el jardín.

... Pero saliste de esto. A penas te declararon muerto y yo lloraba, comenzaste a convulsionar. Tu brazo izquierdo, lo que quedaba de él, estaba verde. Los doctores decidieron cortar en ese momento el brazo por completo, dejándote solo con tu hombro, sin nada más. La herida fue limpia, no estaba verdosa como la primera herida. Cuando ocurrió, tu boca expulsó una cosa color verde que encerraron en el laboratorio de san Mungo para ser analizado, resultando ser energía maligna que fue erradicada de la faz de la tierra por Harry. Aún recuerdo lo que me dijiste.

Estaremos juntos... nadie me separará de ti, hermosa.

Y aquí estamos, luego de todos estos años, 6 años, el día de hoy, de nuestra primera unión y pronto también de la segunda (en la que Cissy se divirtió de lo lindo planificándola).

Te escribo esta carta por algo importante. Uno, para recordarte que nunca he olvidado lo que ocurrió y que hay que tenerlo en mente para cuando estemos cansados y quieras salir corriendo... estamos juntos, ahora los cuatro. Y segundo, querido hurón desteñido... serás padre de nuevo... Feliz aniversario, amor mío.

Con amor, Hermione.

La muchacha caminó con la carta en mano hacia el jardín. Vivían en una casa muy cercana a la mansión Malfoy, por la que los abuelos podían estar con sus nietos cuanto quisieran. Ahí, sus hijos y su esposo la esperaban. Draco subió el brazo derecho para abrazar a Hermione y esta lo abrazó con fuerza.

— Ahora, Scor... con cuidado— ordenó Draco sonriendo.

El muchacho abrió una caja y sacó una bola de pelos color naranja.

— Feliz aniversario, mamita— dijeron los niños alzando sin mucho cuidado un pequeño gato color naranja desteñida quien maullaba.

— ¡Ay!, ¡es como Croockshanks!

— De hecho, se llama Croockshanks... este es bebé, así que...— Draco se alzó de su hombro y sonrió. Hermione besó a su esposo y luego lleno de besos a sus hijos, quienes reían. Lucius y Narcisa miraban la escena y reían.

— Tu regalo— dijo Hermione entregándole la carta a Draco—. Léela en silencio, ¿bueno?—pidió Hermione a lo que Draco sonrió y guiño un ojo a tiempo que Hermione se sentaba en el pasto con sus hijos y el gatito bebé.

Draco abrió la carta y comenzó a leer serio. Cissy y Lu podían ver las caras de confusión y dolor que hacía su hijo, pero luego una sonrisa tranquila para luego ver que abría desmesuradamente los ojos.

— ... ¿estás embarazada?—preguntó Draco, en shock. Hermione sonrió y asintió a tiempo que sus hijos tomaban de nuevo el gatito y ella se colocaba de pie.

Narcissa gritó y dio brinquitos de emoción a tiempo que los niños corrían con su abuelo para pedir explicaciones, mientras Hermione era abordada por un beso de Draco y la levantaba con su brazo, haciéndola girar.

— ¡Te amo!—dijo Draco entre el beso.

— No te vayas.

— No mientras viva— dijo Draco para volverla a besar.

Habían aprendido a amar como nadie, a perdonar, a respetarse y a ser una familia. No podían estar más felices. Y el gato desteñido maullaba por ahí, en los brazos de Arya quien veía a sus padres felices.


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Muchísimas gracias por estar conmigo en esta aventura. Sinceras de corazón y del alma. Mis letras les agradecen el tiempo y la compañía. Espero que me acompañen en mi siguiente aventura.

Besos

Alice~

Querido hurón desteñidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora