Lo siento.
Les juro que actualizare TODAS las novelas que abandoneMire alrededor de mi.
Me sentía perdida, mordí mi labio y mis piernas empezaron a temblar.
Estaba preparándome para mi graduación, en unos minutos tendré un título.
Han pasado dos años.
Dos años en los que no he visto de nuevo a Steven.
El se ha ausentado, dijo que el mayor lo tenía encerrado. Que eso allá duraba dos horas, pero que aquí eran mínimo dos años, y máximo 5.-Señorita, Ashley Prescott.-me levante de golpe, camine hacia la tarima y salude a los profesores, hasta que recibí mi título.
Tenía que dar mi discurso.
Me había preparado al menos una semana, y sin embargo todavía no quería decirlo, si no que tuve que leerlo. Para mi sorpresa lo hice mejor que nada.
Mis padres se ausentaron por su trabajo en Japón, ellos son escritores.
No tenía nadie con quien ir a la cena de graduación, a sí que lo único que hice fue...llegar a casa y cambiar mi vestimenta por una pijama y coger un bote de helado.A la mitad de la película, sin querer me había dormido. Pero fue en vano, porque el teléfono sonó y me despertó de golpe.
Mire mi pantalla y colgué sin contestar, era Jessica. Y de seguro era para rogarme que fuera al baile, no quería en lo absoluto ir sin nadie junto a mi.
Estaba lloviendo y los relámpagos inundaron la casa con su sonido y su luz.Llame inconscientemente a mi ángel, aunque sé que no va a aparecer, pero es que ya era mi manía principal necesitarle.
Intenté cerrar mis ojos denuevo, pero un relámpago me hizo abrirlos.
Por un mini segundo vi una figura parada junto a mi.
Mi corazón empezó a palpitar con fuerza.La lámpara se encendió, y nuevamente la sombra, esta vez más cerca.
Suspiré hondo.
-solo es tu mente.-susurre. Sentí la cama hundirse, sabía que la lámpara estaba encendida por la claridad bajo mis párpados, pero no quería abrir mis ojos.
Sentí una mano en mi brazo lo que me hizo gritar, pero de inmediato una mano tapo mi boca.El olor a una peculiar fragancia me inundó, abrí los ojos para ver a la bestia.
Y al parecer era MI bestia.
El bajó su mano, mis ojos se llenaron de lágrimas, mi pecho se contrajo y lo único que podía ver eran sus ojos azules. Su pulgar pasó por mis labios, su barba estaba rasposa, la mano en mi brazo ascendió hasta mi mejilla.
-S-Steven.
Lo odiaba, cada centímetro de mi despreciaba su ser. Pero por alguna razón su tacto me llena.
El sonrió y sus ojos se achinaron un poco, yo lo separe lentamente de mi, sintiendo como mi pulso se regulizaba.
-hola, pequeña.¿Otra vez con ese estupido sobrenombre? ¿De dónde sacó llamarme así?
-ya.-dije poniendo los ojos en blanco.
Miré el reloj y mordí mis labios.
6 y cinco minutos, el baile estaba comenzando.
Es increíble ¿no es así? Como ha faltado dos años y sigue tratándome como niña, lo que hace que lo odie más.
-¿no deberías estar en el baile?-dijo. Yo fruncí el ceño y negué con la cabeza.-no quiero ir sola.-dije, el asintió.
-¿no quieres ir conmigo?Yo me empecé a reír. Mi estómago dolía y mis ojos se llenaron de lágrimas de tanto reír.
Pero él seguía callado, yo me detuve y suspiré hondo.
-hablo en serio.-dijo cruzándose de brazos y evitando mi mirada.
¿Qué le pasa?