Juró mas de una vez que la amaba, que era su niña, que estaría ahí siempre que ella lo necesitara. En esos momentos era perfecto, agradable, de igual forma lo amaba, tanto como a su vida.
Pero de repente, él era todo lo opuesto a sus palabras, se empeñaba en recordarle sus errores. Su rostro se fascinaba al decirle que no la querían. Que la lastimarían. Que se había equivocado, e incluso si algo le quedaba mal la hastiaba y ofendía seguido como si disfrutase de ello. Lamentablemente, ella le creía y su sonrisa por completo desvanecía. Entendía que todo ese maltrato se lo merecía.
Su amor por él no disminuía, pero sí el amor a su propia vida.
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De luz y sombra.
AcakPasan cosas que nadie nota, y esas cosas me han hecho ser lo que soy en el día de hoy. Para bien y para mal. Para su beneficio y para mi desgracia. Para convivir y para distanciar.